Noventa minutos dan para mucho. Una hora y media es tiempo más que suficiente para hacer millones de cosas: ver una película, disfrutar de una exposición de arte, casarse, abrir una cuenta en Twitter para intercambiar exabruptos con Joey Barton o hacerse el mismo peinado que Emmanuel Frimpong. En cuanto al fútbol, en ese tiempo, el reglamentario para un partido de fútbol profesional en el caso de no haber prórroga, también pueden ocurrir multitud de cosas: desde peleas entre jugadores hasta goles espectaculares. Sin embargo, generalmente, seis minutos no dan para tanto. Pero el encuentro disputado hoy en The Hawthorns demostró lo contrario. El partido se puede resumir en seis ajetreados minutos.

 

Como de costumbre, el Swansea monopolizó el balón en la primera parte. De hecho, fueron los galeses los que tuvieron las mejores ocasiones. Pero, también como de costumbre, no lograron ser todo lo efectivos que les gustaría. Mientras, el West Brom se dedicó a defender para buscar el gol a la contra. Finalmente, el resultado gafas que predominó en el electrónico pareció justo.

 

La segunda parte fue distinta, especialmente los primeros quince minutos. Tan pronto como al octavo minuto de la parte complementaria, empezó la fiesta. El West Brom se adelantó a través de una de las pocas vías por las que podía lograrlo: a balón parado. Tras un córner que el joven central inglés de los Swans Steven Caulker no logró despejar, el balón le cayó a Fortuné, que puso el 1-0 en el marcador. Lejos de rendirse, el Swansea solo necesitó cinco minutos para remontar el gol inicial.

 

Solo un minuto después del gol, una de las habituales excelentes jugadas de Scott Sinclair por la banda izquierda acabó con un envío al corazón del área, desde donde el recién llegado Gylfi Sigurdsson definió a la perfección. No contentos con el empate, cuatro minutos después, un centro de del onmipresente Sigurdsson lo remató Danny Graham al fondo de la red, anotando su octavo gol de la temporada.

 

Todavía quedaba media hora de juego, pero los «baggies» no fueron capaces de empatar el encuentro. El goleador Fortuné y Odemwingie, desaparecido esta temporada, no atinaron en las dos ocasiones más claras que tuvo su equipo. Shane Long fue baja por lesión.

 

La victoria consolida, más si cabe, al Swansea, que logró su segunda victoria visitante tras la cosechada en Villa Park. El encuentro de hoy volvió a reflejar la arriesgada apuesta estilística propuesta por Brendan Rodgers. Reciben un gol en contra tras una jugada a balón parado y logran remontar gracias a dos acciones colectivas. Mención especial merece Gylfi Sigurdsson, el mejor del partido. Sus ya usuales vertiginosas combinaciones con Allen y Britton en el centro del campo culminaron en un gol y una asistencia.

 

Por otra parte, aunque todavía lejos del descenso, la sensación es que el West Bromwich Albion lo va a pasar mal para mantener la categoría. Hoy sus errores defensivos constituyeron un cóctel mortal junto con la falta de efectividad en la delantera. Particularmente preocupante es el caso de Peter Odemwingie, un hombre que el año pasado anotó quince goles y que este año apenas lleva cuatro.