Alan Pardew es un hombre especial. No solo porque es el técnico que ha conducido al Newcastle a su mejor arranque liguero en los últimos 17 años (25 puntos en 11 partidos, único equipo imbatido junto al poderoso Manchester City), sino también por su fuerte personalidad y su curiosa forma de aterrizar en el mundo del fútbol.

El propio Pardew, en una entrevista publicada recientemente por el Daily Mail, recordó aquella época: «Jugué en una liga amateur en Yeovil mientras trabajaba como vidriero en Londres. Conducía hasta Yeovil para los partidos y luego volvía a Londres para estar en el trabajo a las 6.30 de la mañana del día siguiente».
En aquel entonces trabajaba como vidriero, pero anteriormente también había trabajado como taxista. Pero en 1987 se produjo el punto de inflexión en su carrera, cuando fichó por el Crystal Palace. Allí empezó una exitosa carrera como jugador, a lo largo de la cual pasó por el Charlton Athletic, el Tottenham, el Barnet y, finalmente, el Reading. No logró ningún título, pero formó parte del mítico Crystal Palace que llegó a la final de la FA Cup en la temporada 1989-90. En semifinales, marcó el gol de la victoria ante el Liverpool (4-3), y luego disputó la final ante el Manchester United que ya entrenaba Sir Alex Ferguson. Tras empatar a tres en el primer partido, el Palace perdió el «replay» por 1-0.
Del césped a los banquillos
Su primera experiencia como técnico le llegó siendo todavía jugador. Fue en 1997, cuando se convirtió en asistente de su entrenador en el Barnet, Terry Bullivant. Cuando éste fichó por el Reading, en 1997, Pardew le siguió y se hizo cargo del equipo de reservas del Reading, mientras seguía formando parte de la primera plantilla.
Una vez retirado, en 1998, siguió relacionado con el Reading, del que se ocupó temporalmente como entrenador del primer equipo tras la salida de Bullivant en marzo de 1998. Al concluir la temporada, Tommy Burns le sustituyó en el cargo y Pardew volvió a ocuparse del equipo de reservas. Sin embargo, cuando Burns fue destituido por no lograr el ascenso a la First Division (la segunda división, por debajo de la Premier League), Alan Pardew fue nombrado entrenador del Reading de forma permanente.
Fiel a su lema «tenacidad, espíritu y estilo», estuvo cerca del ascenso en su segunda temporada al frente del Reading, pero tuvo que esperar a la tercera para que Alan Pardew ascendiera al Reading a la First Division. La temporada siguiente al ascenso clasificó al equipo para los play-off de ascenso a la Premier League, pero cayó ante los Wolves en semifinales.
Un paso adelante: West Ham
A pesar de no haber logrado el ascenso a la Premier League, sus excelentes resultados en el Reading hicieron que un club tan mítico como el West Ham se fijara en él. Pardew tenía claro que quería marcharse y, aunque el Reading trató de retenerle por todos los medios, dimitió en setiembre de 2003 y en octubre ya estaba dirigiendo a los «hammers».
Por aquel entonces, el West Ham se encontraba en la misma división que el Reading, la First Division. Pero la mayor capacidad financiera de los «hammers» y la excelente plantilla que le aguardaba en Upton Park decidieron a Pardew de cambiar de aires. Y es que allí estaban Anton Ferdinand (actualmente en el QPR), Michael Carrick (Manchester United), Matthew Etherington (Stoke City), Nigel Reo-Coker (Bolton), Bobby Zamora (Fulham), Elliot Ward (Norwich City) y Mark Noble (el único que sigue en el West Ham).

En su primera temporada de regreso en la élite, la 2005-06, el West Ham completó una campaña magnífica. Los «hammers» acabaron en una cómoda novena plaza en liga y disputaron la mítica final de la FA Cup de 2006 contra el Liverpool. El West Ham se adelantó con 2-0 pero el Liverpool remontó y colocó el empate a dos en el marcador. Los «hammers» se volvieron a adelantar pero Steven Gerrard puso el 3-3 en el marcador en el minuto 91. Tras una prórroga sin goles, el West Ham cayó en la tanda de penaltis después de que Anton Ferdinand fallara el penalti decisivo.
La suerte que le faltó a Alan Pardew para ganar la FA Cup fue la misma que le faltó al inicio de la siguiente temporada. A pesar del fichaje de dos jugadores de talla mundial como Javier Mascherano y Carlos Tévez, el West Ham llegó a diciembre en la 17ª plaza, además de haber sido eliminado en primera ronda de la Copa de la UEFA. Una derrota por 4-0 ante el Bolton acabó por condenar a Pardew, que fue destituido el 11 de diciembre de 2006.
Vuelta a empezar: Charlton Athletic y Southampton
Dos semanas después de ser despedido por el West Ham, el Charlton Athletic, que en aquel momento ocupaba la 19ª posición en la Premier League, lo contrató. No consiguió evitar el descenso aquella temporada y una mediocre undécima posición en el Championship al año siguiente le puso al borde de la destitución, que acabaría confirmándose en noviembre de 2008.
Tuvo que esperar hasta el verano de 2009 para volver a trabajar. Lo hizo en el Southampton, al que no consiguió ascender de la League One al Championship en su primera temporada, la 2009-2010. Aunque se alzó con el Footaball League Trophy, una competición disputada por los equipos de la League One y la League Two. Aquel título fue el primero del club desde 1976. Sin embargo, las desavenencias con el todavía presidente del club, Nicola Cortese, provocaron su destitución el 30 de agosto de 2010.
Un regalo envenenado: Newcastle

Sin embargo, la relación de Pardew con el Newcastle no comenzó con buen pie. Después de reconducir la situación en sus primeros dos meses al frente del equipo, el último día del mercado invernal perdió a su gran estrella, el delantero Andy Carroll. El corpulento delantero había anotado 11 goles en 19 partidos en lo que llevaba de temporada pero la suculenta oferta del Liverpool (35 millones de libras) pudo con todo.
Pardew finalizó su primera temporada al frente del Newcastle en una digna duodécima plaza pero en verano todo se complicó. A la venta de Carroll en enero le siguió la de Kevin Nolan, el capitán del equipo y máximo goleador de la temporada, al West Ham. A partir de entonces, Joey Barton comenzó sus andanadas constantes contra el club a través de Twitter, su canal oficial de comunicación. El díscolo centrocampista amenazó con la salida de José Enrique, la de Jonás y la suya propia, alegando que el club era un «circo» y estaba pecando de falta de ambición al vender a Carroll y Nolan.
Las claves del Newcastle actual
1. La gestión del grupo
Ya en 2006, Nigel Reo-Coker, capitán del West Ham en la época de Alan Pardew, alabó la capacidad de Pardew para dirigir el grupo sin ser excesivamente estricto y su preferencia por los grupos equilibrados, sin grandes personalidades: «Él es el jefe, pero lo hace ameno. Crea una atmósfera donde los jugadores jóvenes se mezclan con los del primer equipo. No hay súperestrellas. Otros técnicos no habrían superado las críticas, pero él lo ha logrado y ha reído el último».
En el Newcastle, Pardew se ha mantenido fiel a su política de deshacerse de los jugadores con demasiado peso. Como Barton había anunciado durante todo el verano, José Enrique y él mismo acabaron abandonando el club. Pero lejos de provocar la debacle del Newcastle, Alan Pardew ha llevado al equipo a su mejor arranque en 17 años, con 25 puntos en 11 partidos). La marcha de Carroll, Nolan, José Enrique y Barton, jugadores con gran influencia tanto en el vestuario como en el campo, ha permitido que emergieran otros jugadores que hasta entonces habían permanecido a la sombra de los anteriores. Es el caso de Fabio Coloccini, al que Pardew concedió la capitanía del equipo, su compañero en el eje de la defensa, Steve Taylor, el centrocampista Cheik Tioté o el lateral Ryan Taylor. El propio Pardew lo reconoció en la mencionada entrevista publicada por el Daily Mail: «No digo que sea algo bueno o malo no tener a Joey, pero la salida de un jugador con semejante personalidad ha permitido que emergieran otras personalidades».
Billy Smith, una de las grandes figuras del fútbol modesto en Inglaterra, fue quién convenció a Pardew de regresar al fútbol cuando tomó las riendas como técnico Corinthian Casuals. Smith conoce bien a Pardew: «Creo que ha sorprendido a todo el mundo con el éxito que ha alcanzado como técnico. Siempre fue un poco cabeza de chorlito, llegaba tarde a los entrenamientos y ese tipo de cosas».
Lee Richardson, gran amigo de Pardew desde que coincidieron como futbolistas y que tuvo ocasión de trabajar con él como ojeador en el West Ham, está de acuerdo con esa impresión respecto al Pardew de antaño. «Ahora es una persona muy meticulosa. Y sus habilidades para dirigir jugadores son excelentes. Aprendió mucho viviendo en el mundo real y no solo en la burbuja del fútbol».
2. Estrategia defensiva
Tácticamente, la clave de este Newcastle se encuentra en la retaguardia. Las «urracas» son el equipo menos goleado de la Premier League, con solo ocho goles.

Según el propio Pardew, «han habido muchos goles en la Premier League. Hay jugadores fantásticos y, en ocasiones, por bien que defiendas y por disciplinado que seas, alguien con calidad puede marcar. Hasta ahora, nuestra resistencia y calidad defensiva nos han permitido ser los mejores en ese ámbito».
Hasta ahora, Pardew ha podido alinear los mismos cuatro jugadores en los once partidos de liga de la temporada. con Fabricio Coloccini y Steve Taylor en el eje y Danny Simpson y Ryan Taylor en los laterales.
Una de las decisiones más importantes del técnico fue optar por Tim Krul en lugar de Steve Harper como portero titular. Hasta ahora, el holandés no ha decepcionado. Sin embargo, Pardew ya le ha dejado claro que «todavía le faltan cosas por aprender, carece de experiencia pero tiene todo lo demás. Chuta bien, saca bien con la mano, habla bien, está seguro con los centros y ataja bien los disparos».
3. Fichajes con hambre
Pardew no solo ha acertado con las ventas. También lo ha hecho con los fichajes realizados este verano.
El propietario del club, Mike Ashley, fue muy criticado cuando este verano no gastó los 35 millones de libras que recibió del Liverpool por la venta de Andy Carroll en un nuevo delantero. Aunque no fue una decisión sorprendente teniendo en cuenta que el club ya tenía cinco o seis delanteros compitiendo por dos lugares.
El único fichaje en punta fue Demba Ba, procedente del West Ham, donde ya destacó los seis meses que permaneció en Upton Park. Le costó adaptarse a St James’ Park pero ya está totalmente integrado y es el claro ejemplo de porqué el Newcastle se ha convertido en una de las revelaciones de la Premier League. Ba es ahora mismo un jugador lleno de confianza, sin miedo a intentar cosas y, por supuesto, a marcar goles.
Una de las fortalezas del club es su red de ojeadores, que ha desarrollado un profundo conocimiento del fútbol francés, de donde han traído a varios jugadores capaces de adaptarse rápidamente a la Premier League.
El más importante, el centrocampista Yohan Cabaye, que llegó procedente del Lille este verano y ha realizado un inicio de temporada espectacular junto a Cheik Tiote, fichado la temporada pasada.
Junto a ellos, han llegado otros futbolistas con ganas de revancha, como Gabriel Obertan, que apenas tuvo oportunidades en sus años en el Manchester United, y Davide Santon, un lateral cuya proyección se estancó y desea recuperar el tiempo perdido en el Newcastle.
En las próximas tres jornadas, el Newcastle se enfrentará a Manchester City, Manchester United y Chelsea. Ahí podremos calibrar si este Newcastle luchará por los puestos europeos o el milagro de Alan Pardew no es más que una flor de verano. En cualquier caso, si las cosas se ponen muy negras, Pardew siempre podrá volver a colocar cristales.