«Cásate con un arqueólogo. Cuanto más vieja te hagas, más encantadora te encontrará.» Agatha Christie
Personalmente, opino que a las personas hay que valorarlas por lo que son. No por la familia en la que hayan nacido, el dinero que tengan o quien hayan sido. Lo que importa es lo que son. Ahora. Éste es el motivo por el cual ahora mismo Alex Ferguson está sobrevalorado.
Ferguson es un fantástico entrenador. ¿El mejor de la historia? Depende del criterio que se utilice para argumentar tal afirmación. Sin embargo, aunque mantiene la misma cara de póker y su habitual costumbre de masticar chicle a la hora de observar los encuentros, creo que ya no se le puede catalogar uno de los mejores técnicos de la actualidad, aunque sí de la historia. Escribo esto a día de 6 de junio de 2012 porque ayer se oficializó el fichaje de Shinji Kagawa.

El media punta japonés de 23 años, sin duda un jugador excelente y una gran incorporación para los «red devils», es para mí la constatación de que Ferguson se ha quedado anticuado. Kagawa es el tipo de jugador que, junto a un medio centro creativo, necesitaba el United el año pasado. Pero no llegó Modric ni ningún otro. ¿Por qué no tiraron los de Manchester la casa por la ventana el verano pasado? Dos podían ser las lecturas:
1. Ferguson creía que con Carrick, Fletcher, Jones, Anderson y Giggs le bastaba para cubrir el centro del campo.
2 Iba a dar cancha a la cantera y Paul Pogba, Ravel Morrison y Tom Cleverley tendrían su oportunidad.
A día de hoy podemos afirmar que la opción correcta era la primera, como evidencian la marcha en busca de experiencia de Pogba a la Juventus, la de Morrison al West Ham y los pocos minutos (aunque es cierto que las lesiones afectaron) de Cleverley a final de temporada. Entonces, ¿por qué Ferguson ficha a Kagawa? Porque, como diría Giuseppe di Lampedusa, algo tiene que cambiar para que todo siga igual. En las finales de Champions de 2009 y 2011, el United perdió contra el FC Barcelona principalmente por la debilidad del centro del campo de los «red devils». La pareja Carrick-Giggs, denominador común en ambas finales, no pudo contener a Xavi y compañía. Cometer el error una vez es perdonable, dos no. Sus 70 años han hecho que su reputación mejore y tenga el «efecto arqueólogo» que cita la novelista Agatha Christie, pero ha dejado de ser tan dinámico e innovador como se mostró en la época adolescente de Ryan Giggs, Paul Scholes y compañía. Aunque deseo lo contrario, creo que, a menos que Kagawa haga una temporada de escándalo, en los partidos de vida o muerte seguirá confiando en la vieja guardia, se llame Scholes, Park o Giggs. Una pena. Un técnico mediocre como Roberto Mancini podría volver a ganar la Premier.