En 1981, la FA implementó el actual sistema de puntuación (3 puntos por victoria, 1 por empate y ninguno en caso de derrota), con el objetivo de obligar a los equipos a buscar la victoria. Querían que hubiera goles, la esencia del fútbol. Sin embargo, quién sabe por qué, Alex McLeish no parece haberlo entendido.

 

El técnico del Aston Villa parece anclado en los años 70, tanto por sus ultradefensivas tácticas como por el propósito de las mismas. No ha entendido que los empates valen poco en el fútbol del siglo XXI. El empate ante el West Brom es el 16º del Villa esta temporada. Y es el séptimo sin goles. 

 

En The Hawthorns, como ya es habitual en McLeish, los «villanos» fueron inferiores. El West Brom, salvado matemáticamente y lejos de Europa, tuvo la posesión y las ocasiones, pero ni Shane Long ni Peter Odemwingie estuvieron acertados de cara a portería.

 

Por su parte, los de McLeish jugaron como nos tiene acostumbrados el entrenador escocés: a defender el empate a cero. No importa el rival o el estadio, el 0-0 siempre es considerado bueno para los «villanos». Ante el West Brom, la alineación dejó claro ese posicionamiento. Mientras Bannan, Ireland y Weimann estaban cómodamente sentados en el banquillo y Albrighton ni siquiera formó parte de la expedición, los defensivos Herd, Clark y Warnock deambulaban por el medio del campo. Para más inri, Emile Heskey, con ya 34 años, volvió a ser titular. 

 

El resultado fue el deseado por McLeish: 0-0. El único problema para el escocés es que no sabe contar. A base de empates no logrará la permanencia. En este momento, el Villa está empatado con el Wigan a 37 puntos y solo tres por encima de QPR y Bolton. Este último marca el descenso, pero tanto los Trotters como los Rangers cuentan con un partido menos. De ganar ambos el partido que tienen pendiente, empatarían a puntos con los «villanos». Alex McLeish, que ya descendió dos veces al Birmingham, está cerca de descender al otro equipo de la ciudad. Una hazaña que le obligaría a mudarse. No de Birmingham. De Inglaterra.