Pese a no ser quizás un derbi como tal, un Watford-Arsenal siempre ha sido un encuentro bastante acérrimo debido a la gran cercanía geográfica que hay entre ambos clubes. Durante la historia pocas veces han estado al mismo nivel y hacía ya ocho años del último duelo que enfrentó a estos dos. Siempre han tenido buenas relaciones y de hecho el Watford entrena en las antiguas instalaciones deportivas del Arsenal que están pegados a las nuevas instalaciones del conjunto Gunner.

En el primer rato de encuentro en Vicarage Road, el Arsenal llevó la iniciativa y dominó con suma comodidad desplegando un juego muy fluido. Aunque el Watford fue entrando en calor y no tardó en empezar a dar réplica a las tentativas rivales. Se podía esperar un duelo muy cerrado en el que los Hornets apenas saliesen de su propio terreno, pero, nada más lejos de la realidad, los chicos de Quique Sánchez Flores plantaron cara.

Con un Troy Deeney que iba a pelear el balón allá donde estuviese, fue el flanco izquierdo la vía más utilizada por los locales para intimidar a los defensores del Arsenal. El suizo Almen Abdi, que cumplía 100 partidos con la camiseta del Watford, conducía y combinaba bien con Deeney, siendo el objetivo primordial de ambos que el esférico le llegase a Odion Ighalo. No obstante, el Arsenal seguía teniendo tramos de posesión y de presencia en campo rival; incidiendo básicamente por el costado derecho con unos formidables Héctor Bellerín y Aaron Ramsey.

Estaba siendo un partido bonito, con alternativas y mucho más abierto de lo esperado. Mesut Özil estaba entrando de forma asidua y acertada en el juego, Alexis también tenía su cuota de protagonismo con sus incisiones en la banda izquierda, siendo siempre una amenaza muy a tener en cuenta por parte de los zagueros rivales. Bellerín, (que volvía al estadio en el que debutó como profesional siendo cedido por el Arsenal en el Watford allá por 2013), combinaba bien con el resto en la medular y en tres cuartos. La batalla entre ambas salas de máquinas también estaba resultando interesante. Aunque hubo muchas ocasiones realmente pintiparadas, Ramsey tuvo la más clara en el tramo final del primer periodo.

En la segunda parte el Watford continuó empleando su juego atrevido, pero, de forma paulatina, comenzaban a notar el desgaste físico que conlleva jugarle de tú a tú al Arsenal. Los de Wenger se repelían bien de las acometidas de los locales. Y al final, llegó el tanto de los londinenses. Tras una gran conducción de Alexis, el balón lo recibió Özil, que efectuó una gran pared con Cazorla y se adentró en el área hasta que cayó al suelo y entonces reapareció el chileno para recoger la jugada y batir a Heurelho Gomes. El gol supuso un jarro de agua fría para un Watford que había plantado cara pero que a partir de ese momento decayó claramente.

Obviamente el Arsenal sacó partido de la situación para rematar el encuentro. Wenger sustituyó a un espeso Theo Walcott por Olivier Giroud. Éste tan sólo tardó cuatro minutos en aprovechar una asistencia de Özil y anotar el 0-2. Con el Arsenal teniendo el completo control de la situación y seis minutos más tarde del tanto de Giroud, Ramsey recibió un gran pase de Bellerín para asestar el golpe definitivo y sellar la victoria por 0-3 de un Arsenal que celebra el hecho de que Alexis vuelva a estar a su máximo nivel y que gracias a él todo vuelva fluir. Habrá que ver si ahora que están lanzados si son capaces de ganar en su próximo duelo de Champions League al Bayern de Múnich en un choque absolutamente crucial. De momento, por el camino correcto en la Premier.