Ilie Oleart

Allardyce comienza a trabajar en el West Ham y el club rechaza una oferta de venta

El primer día de Sam Allardyce como entrenador del West Ham United pasó a un segundo plano después de que el millonario malasio Tony Fernandes anunciara en Twitter que había hecho una oferta para comprar el club que ha sido rechazada.

 
Después de que los cambios de propietario le costaran el trabajo en el Blackburn Rovers y el Newcastle United, Sam Allardyce, nuevo técnico del West Ham, confesó que estaba «perplejo» por la oferta de compra del club y dijo que uno de los factores clave para entrenar al West Ham había sido el compromiso del copropietario David Sullivan.
 
Tony Fernandes ya intentó hacerse con el control del club en enero de 2010, cuando Sullivan y David Gold lo compraron. Aunque estos dos últimos estarían dispuestos a recibir una inversión extra, la oferta de compra de esta semana ha sido rechazada.
 
Sullivan afirmó que el hecho de anunciar la oferta en Twitter era una muestra inequívoca de la poca seriedad de la misma. Además, afirmó que «no queremos vender el club pero nos gustaría que otros inversores se nos unieran para reconstruir el West Ham. En caso de que un inversor serio, como sucedió en el Chelsea y en el Manchester City, quisiera unirse a nosotros, lo consideraríamos por el bien del club. Pero este no es el caso».
 
Fernandes, presidente de Air Asia y director del equipo Lotus de F1, hace tiempo que expresó su intención de comprar el West Ham.
 
Solo horas después de que Allardyce firmara por dos años como entrenador, Fernandes escribió en Twitter: «He presentado una oferta a los actuales propietarios del West Ham. Veremos si aceptan».
 
Allardyce dijo que deseaba una estabilidad en cuanto a los propietarios. «No quiero divisiones entre los propietarios porque mi reputación ya se ha visto afectada por nuevos propietarios en Newcastle y Blackburn, simplemente porque llegaron nuevos propietarios y querían a otra persona que no era yo».
 
Gold y Sullivan controlan el 62% del club pero tienen una opción de tres años para comprar el resto a Straumur, el banco que heredó el club tras el colapso del imperio financiero del antiguo propietario, el islandés Bjorgolfur Gudmundsson.
 

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