Apuntes de la 37ª jornada de Championship

 

Resurgir y de qué manera. Eso es lo que ha hecho el Rotherham gracias a la llegada al banquillo de Neil Warnock, un veterano de mil batallas que está logrando sacar el máximo de sus jugadores. Después de tres victorias consecutivas se les presentaba un Derby County todavía con el objetivo de pelear por el ascenso directo. Como hiciese en la jornada anterior el Middlesbrough, el Derby sometió por completo a un Rotherham que se defendía como buenamente podía. Y aguantó así casi una hora de juego, hasta que Tom Ince (55) no perdonó. Ocho minutos más tarde, Chris Martin aumentó la ventaja. Y tan sólo dos minutos después, de nuevo Martin marcó el gol que parecía sentenciar al aprovecharse de un garrafal fallo del guardameta rival Lee Camp, a quien los aficionados del Derby (equipo por el que pasó antes de jugar con el Nottingham Forest, el máximo rival) le dedicaron el siguiente cántico: “Campy, Campy, ¿cuál es el resultado?”. Nadie se imaginaba lo que acabaría sucediendo. En el minuto 83, Danny Ward marcó el que parecía el gol del honor. Dos minutos después, Leon Best (otro ex del Derby) marcó el 2-3. Y el propio Best se encargó de desatar la locura en Rotherham al conseguir un empate imposible, una remontada única, una inyección de moral tremebunda para un equipo luchando por su vida.

 

 

Se podría decir que el derbi de las West Midlands no llegaba en el mejor momento para ninguno de los dos, con los Wolves intentando enderezar el rumbo y los Blues con un mejorable bagaje como visitante. Los locales empezaron mejor, apretando bastante en la primera parte. En la cual dominaron ante un Birmingham que repelía bien los ataques contrarios pero que estaba ofreciendo muy poco en ataque, ni siquiera al contragolpe. En la segunda parte esto cambiaría. El Wolverhampton fue perdiendo terreno paulatinamente frente a la mayor mordiente que fueron mostrando los pupilos de Gary Rowett, que terminaron desechando su habitual postura de esperar replegados y contraatacar para ir directamente a buscar el esférico presionando la salida de balón local. Pero se toparon con una defensa, la de los “lobos”, más sólida de lo habitual. Rowett puso más carne en el asador sustituyendo al medio centro defensivo holandés Maikel Kieftenbeld por el extremo zurdo francés Jacques Maghoma. Éste, sin embargo, desaprovecharía una ocasión pintiparada de gol frente al portero Carl Ikeme. Parecía inevitable que el 0-1 terminase llegando ante las múltiples intentonas que estaban llevando a cabo. Pero la joven defensa del Wolverhampton resistió hasta sacar un valioso punto del derbi.

 

Probablemente este era uno de los partidos más dramáticos de la temporada, con dos equipos completamente sumidos en el caos. Viniendo de lejos la batalla entre afición y mandatarios del Charlton, lo que pilló a todos por sorpresa fue lo del Middlesbrough. Segundos, luchando por el ascenso, nada podía ir mal. Pero la situación estalló de repente. Pese a reseñar el pasado lunes su gran relación con toda la gente en el club, Aitor Karanka abandonó el entrenamiento del viernes por la tarde tras un supuesto enfrentamiento con los jugadores. El sábado por la mañana el club anunció que el asistente Steve Agnew tomaría las riendas del equipo para su visita al Charlton. Todo un completo desconcierto. El partido empezó, de manera un tanto cómica, con los aficionados del Charlton arrojando al campo una enorme cantidad de balones de playa de color negro y blanco en señal de protesta por la gestión del club. Después de despejar dichos balones, el partido siguió adelante. Como era previsible, hubo gran dominio de la posesión del esférico por parte del Boro. Sin embargo, se mostraron muy planos en ataque, más allá de algún destello de Albert Adomah, Gastón Ramírez o incluso Emilio Nsue. Terminaron pagando caro el no ser capaces de abrir el marcador. Sobre la hora de juego, el central portugués Jorge Teixeira marcó el 1-0. Mientras el Middlesbrough no lograba reaccionar se veía una pancarta de “Aitor forever” y se escuchaban cánticos de “Oh Aitor Karanka” y “queremos a Karanka de vuelta” por parte de su afición. Finalmente, Callum Harriott marcó el gol que remató la contienda y que le dio al Charlton tres puntos de oro en su pelea por salir del descenso, cumpliéndose, además, el día antes 10 años de su última victoria ante el Boro.

 

El Brighton-Reading tuvo que ser pospuesto debido a la participación en FA Cup de los segundos. El Burnley continuó en modo apisonadora para sumar su sexta victoria seguida y 39 de sus últimos 45 puntos en juego. Mostrando su perfecta sintonía colectiva no tardaron en encarrilar su choque en Huddersfield para ganar por un resultando final de 1-3. Tras ser humillado en Brighton, el Leeds ha reaccionado de la mejor manera posible ganando sus tres siguientes partidos, pasando ese tercer compromiso por Blackburn, donde se impusieron por 1-2. Un Hull City inoperante vio adelantarse a un MK Dons que, sin embargo, sólo aguantó dos minutos antes de que Sam Clucas, uno los mejores jugadores de los Tigers este año, empatase para el definitivo 1-1. A pesar de golpear primero, el Bolton, cada vez más enterrado en la tabla, no fue capaz de aferrarse a su ventaja y el Preston le dio la vuelta al marcador (1-2) para llevarse los tres puntos del Macron Stadium. En un duelo directo por alcanzar el play-off y en el que los dos equipos no se concedieron ni un metro, el Cardiff logró derrotar al Ipswich (1-0) con un gol a balón parado del zaguero gabonés Bruno Ecuele Manga para mantener así la comba con los puestos de promoción. En otro enfrentamiento directo, en este caso por eludir el descenso, el Fulham se puso por delante gracias a su estrella Ross McCormack. Sin embargo, por enésima vez, fueron incapaces de cerrar el partido para la consiguiente remontada (1-2) de un Bristol City en el que debutó el nigeriano (cedido por el Stoke) Peter Odemwingie y que toma ventaja mientras los Cottagers se hunden. También en el oeste de Londres, en uno de los derbis de la zona, el Queens Park Rangers arrolló al Brentford (3-0) con una más que formidable actuación. Un devastador Sheffield Wednesday hizo lo propio en su visita a Nottingham. Las estrellas de los “búhos” brillaron y conectaron: primero Barry Bannan con Aiden McGeady para abrir la lata, después Fernando Forestieri con Gary Hooper y finalmente, aún habiéndose quedado con 10, Atdhe Nuhiu con Marco Matias para poner el lazo (0-3) a una sobresaliente tarde, que por el contrario desembocó en el despido del entrenador del Forest, Dougie Freedman, el día siguiente.