Quico Muñoz

Ascender por elección

Hasta 1986, los ascensos y descensos desde la actual Conference (5ª división) a League Two (4ª división y escalafón más bajo del fútbol profesional) no se realizaban por méritos deportivos sino que eran los equipos profesionales los que votaban los equipos que subían y bajaban de categoría.

 
Si hay algo que cualquier aficionado al fútbol tiene asumido es la existencia de los ascensos y los descensos. Salvo que seas aficionado estadounidense o australiano, claro. Pero entonces serias aficionado al soccer y la afirmación seguiría siendo válida. Ojo, no quiero decir que en aquellas latitudes no se juegue bien a fútbol, el problema es que su sistema de franquicias no me acaba de gustar; llamémosle soccer por tanto.
 
Y si esta asumido es porque, en realidad, desde el inicio del fútbol o, más concretamente, desde su organización en ligas es común encontrar diversas divisiones, todas ellas ordenadas de manera piramidal y conectadas por un sistema de ascensos y descensos que permite a los clubes moverse entre ellas según sus resultados deportivos. Inglaterra tiene dos divisiones desde 1892, Francia desde 1896, Italia desde 1927, España desde el inicio de su liga en 1928 y Alemania desde el inicio de la Bundesliga en 1963.
 
Esto permite que, por ejemplo, si nos focalizamos en Inglaterra, cualquier equipo que compita en cualquiera de los 22 niveles de la pirámide pueda soñar con ganar la Premier League si sus resultados deportivos le hacen merecedor, como mínimo sobre el papel, aunque a nivel práctico sea un poco más difícil. Pero en realidad esto solo es posible desde 1986, anteriormente había un enorme cortafuego que impedía que esto pudiera suceder, como mínimo solo por méritos deportivos.
 
¿Quiere decir esto que los ascensos no existían en Inglaterra hasta después de 1986? Obviamente no. El sistema de ascensos funcionaba a la perfección dentro de la Football League (las primeras cuatro divisiones, todas profesionales) y también lo hacia fuera de ella (Southern League, Northern Premier League e Isthmian League y todas las divisiones que las alimentaban). Es más, la expansión de la Football League y la creación de sus divisiones más bajas se había creado en base a la absorción de pequeñas ligas regionales fuera de ella en los años 20. El problema estaba en el momento en que ambos puntos del sistema se tocaban. No había un sistema de ascensos por méritos deportivos que funcionara entre la Football League y el futbol amateur.
 
Pero que no existiera un sistema que midiera los méritos deportivos no significa que no existiera ningún sistema que permitiera a los equipos amateur, o que jugaran en las ligas amateur, integrarse en la Football League. La entrada en el profesionalismo inglés era decidida en base a una elección anual, es decir, los mejores equipos de las ligas inferiores (o cualquiera que lo deseara, en realidad, pero era importante hacer méritos para conseguir el acceso) pedía la inclusión en la Football League y los equipos profesionales votaban. En esta votación, por supuesto, también se incluían los cuatro últimos equipos de la división más baja, que tenían el riesgo, si no eran votados, de perder la categoría y caer en el abismo del fútbol amateur.
 
Este sistema tenía un talón de Aquiles que más de un lector avispado ya habrá imaginado: el corporativismo. Era muy difícil para cualquier equipo externo a las ligas profesionales ganarse el acceso a ellas por un simple hecho. Los equipos profesionales apoyaban a los que podían descender para conseguir que, llegado el caso, ellos fueran apoyados de igual manera. Por tanto, salvo excepciones, como un gran equipo amateur que destacara sobremanera o un equipo profesional que demostrara un nivel muy bajo, las elecciones no tenían ningún sentido.
 
Por ejemplo, entre 1950 y 1979 solo hubo siete equipos que lograron entrar en la Football League, y todos lo lograron tras grandes éxitos o por culpa de un equipo profesional en problemas. Estos fueron Workington, Peterborough United, Oxford United, Cambridge United, Hereford United, Wimbledon y Wigan United. ¿Qué hicieron para conseguirlo? El Hereford United eliminar al Tottenham en una eliminatoria de FA Cup, el Wigan United y el Wimbledon batir el récord de asistencia en un partido amateur, con 27.000 espectadores en una eliminatoria de FA Cup, o acumular cinco títulos de liga consecutivos en su nivel como Peterborough. Otros, por el contrario, se beneficiaron de problemas en equipos profesionales, como la renuncia del Accrington Stanley, que benefició al Oxford United.
 
Los equipos de fuera de la liga, enfurecidos por este corporativismo, decidieron reaccionar tratando de unirse y concentrar los votos. Crearon una nueva división en 1979, llamada Alliance Premier League y situaron las tres ligas anteriores por debajo de ella. Con ello, consiguieron reducir el número de equipos que pedían el ingreso de alrededor de 15 a solo 4 por temporada, haciendo más sencillo que hubiera ascensos. Pese a todo, no lograron su objetivo y ningún otro equipo logró ascender al fútbol profesional hasta 1986, donde por fin se asumió el sistema de ascensos y descensos automáticos que existe hoy en día.
 
Como era de esperar, este sistema dejó cosas curiosas que comentar, como el caso del Hartlepool United, que ostenta el récord con 14 votaciones entre 1924 y 1984, evitando el descenso en todas ellas. Algo curioso que también introdujo este sistema fue que la llegada de cualquier nuevo equipo solía revolucionar la liga, ya que muchos de ellos tenían un nivel más elevado que algunos de los equipos que competían en ella. Por ejemplo, el Wigan rozó el ascenso el año de su llegada a la liga y poco tiempo después ganó el Football League Trophy con un dominio aplastante. Este último ejemplo fue el que llevó a la FA a terminar con las elecciones en 1986.
 
Pese a todo, a día de hoy el salto entre la élite del fútbol amateur y la última división profesional sigue siendo uno de los más complicados y solo dos equipos lo logran anualmente. El sistema sigue tratando de mantener el status quo en el ámbito profesional de la Football League. Aunque ahora ya no sea a costa de votaciones.
 

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Quico Muñoz