Aunque Craig Bellamy fue probablemente el jugador más decisivo de los 27 que pisaron este viernes el césped de Anfield, su compañero Steven Gerrard será quién cope los titulares de mañana. En su segundo partido tras volver de su larga lesión, el capitán del Liverpool solo necesitó media hora para marcar el tercer gol que selló el encuentro a favor de los «reds».
El Liverpool fue otro con Gerrard en el campo. Impuso el ritmo y aportó la creatividad de la que el equipo carecía, y por poco casi logra lo increíble: que Carroll marcara un gol. Pero hay cosas tan complicadas que ni siquiera un jugador del talento de Gerrard puede lograr.
El encuentro venía marcado por la titularidad obligada de Carroll por la sanción a Luis Suárez. Más si cabe cuando se enfrentaba a su antiguo club, donde se encontraba un tal Demba Ba, su sustituto en las «urracas», que ha logrado la friolera de 14 tantos en liga esta temporada.
Ninguno de los dos tuvo mucha participación en los primeros compases. De hecho, fue el colegiado Lee Probert el que propició la primera ocasión del partido al interceptar sin querer el balón a Gabriel Obertan. Esto permitió a Adam disparar a puerta, pero el balón se fue por encima del larguero.
El Newcastle se adelantó a mediados del primer acto con un gol que mezcló fortuna, confusión y pésima defensa. Haris Vuckic recibió un balonazo en la cara de Glen Johnson y decidió que debía abandonar el campo inmediatamente para ser atendido. Esta distracción permitió a Ryan Taylor centrar cómodamente desde la izquierda para que Yohan Cabaye rematara de cabeza. Su flojo y centrado remate tocó en Agger, que estaba pegado a Demba Ba y despistó a Pepe Reina.
Las cosas se ponían negras para el Liverpool, que apenas había inquietado la portería rival hasta entonces. Pero los «reds» solo tardaron cuatro minutos en igualar. En una jugada embarullada en el área de las «urracas» tras un centro de Adam, el balón se cruzó en el camino de Craig Bellamy, que disparó entre un mar de piernas.
Justo después, Martin Skrtel estuvo a punto de adelantar a los suyos tras un córner, pero su remate se fue fuera por poco. Con el empate se llegó al descanso.
Tras la reanudación, Cheik Tioté tuvo suerte de no ser expulsado tras una dura entrada sobre Jay Spearing. A los 55 minutos, Carroll tuvo una buena ocasión tras una falta lanzada por Craig Bellamy. El cabezazo de Carroll pareció un despeje defensivo en lugar de un remate propiamente dicho. El mejor ejemplo de la falta total de confianza que afecta al delantero del Liverpool.
Dalglish se agarró a su única esperanza: Steven Gerrard. A falta de media hora, el capitán sustituyó a Adam e intervino inmediatamente con un centro desde la derecha que Carroll no pudo rematar. Una vez más.
Pero la actuación de Carroll alcanzaría su momento álgido cuatro minutos después, cuando no fue capaz de controlar un balón en profundidad de Gerrard. Los aficionados del Newcastle comenzaron a cantar «What a waste of money» («Qué forma de tirar el dinero»).
Pero el segundo gol del Liverpool no tardaría en llegar. Tioté cometió falta sobre Agger al borde del área y Bellamy lanzó duro pero centrado. El portero Krul podría haber controlado el balón, pero la intervención de Simpson, que intentó despejar con la cabeza, lo impidió. Un gol tan absurdo como decisivo.
Entonces llegó la acción que pudo cambiar el partido. Ba superó a Reina con un delicado toque pero Skrtel evitó milagrosamente que el balón traspasara la línea. En respuesta, Carroll estrelló un cabezazo al larguero tras un nuevo centro medido de Gerrard.
Harto de centrar para que Carroll rematara fuera, Gerrard decidió saltarse al intermediario. Jordan Henderson le habilitó en profundidad y Gerrard batió con inteligencia a Krul con su pierna izquierda. Minutos antes, Dalglish había sustituido a Bellamy, que se marchó ovacionado. Incluso Fabricio Coloccini le despidió con un obsequio marca de la casa, un codazo en pleno rostro que provocó la ira del galés, que se marchó insultando a Coloccini, Pardew y todo el que se le puso por delante.
Los tres puntos permiten al Liverpool superar al Arsenal y empatar con el Chelsea. El Newcastle demostró, como ya hizo ante Manchester City o Chelsea, que todavía no está preparado para luchar por Europa.