En muchas ocasiones se sabe el cómo pero falta el cuándo. Así le sucedió a Steve McClaren, quien intentó con algunos chispazos de buen fútbol sacar a las urracas del abismo pero los resultados recientes y su ubicación de penúltimos en la tabla colmaron la paciencia de la dirigencia. Esta semana le hicieron un llamado y lo que parecía inevitable cobró realidad, Steve fue despedido.
En un movimiento rápido, decidieron contactar a Rafa Benítez, y éste fichó por tres temporadas con una cláusula de libertad en caso que el club llegase a descender. Recordemos que Benítez tuvo experiencias irregulares en Italia con Inter y Napoli, le fue muy bien con Valencia al darle dos ligas y bastante mal con el Real Madrid. Sin embargo, no podemos negar que vuelve a su especialidad, los equipos ingleses: FA Cup, Community Shield, Champions League y Supercopa de Europa con el Liverpool y una Europa League con el Chelsea avalan su carta de presentación.
La experiencia de Benítez en la Premier League es un punto a favor, como también provoca un impacto psicológico directo a sus rivales directos Sunderland y Norwich, quienes están en la misma tónica de evitar la catástrofe a toda costa, pero sin éxito alguno. Lo que pone más crítica la situación es el hecho de quedar menos de 10 fechas para que finalice el campeonato, y los aires de Championship parecen estar más que nunca sobre el cuello de las urracas.
Si Rafa quiere el éxito rotundo y evitar un cataclismo en Newcastle-upon-Tyne, debe ocuparse puntualmente de dos cosas: la primera, solidez defensiva, y la segunda, ganar cuanto antes sea posible. Al primer tópico debemos decir una cruda verdad, la defensa de las urracas es sencillamente un “gran espanto”, convirtiéndose en el cuarto equipo más goleado con 53 anotaciones permitidas (Aston Villa tiene 55, Norwich y Sunderland 54 respectivamente), lo cual es demasiado apabullante. El técnico español tiene una solidez defensiva notable en sus equipos, así que un poco de esa sapiencia no le vendría mal al Newcastle.
El segundo punto, ganar partidos y ganarlos inmediatamente. Podríamos decir que en esto tiene gran parte de responsabilidad la defensa, debido a que el Newcastle ganando partidos, no retiene el resultado y los deja ir a última hora, gran desacierto para un equipo con aspiraciones de salvación. La primera prueba de fuego será nada más y nada menos que contra el Leicester City, y de allí, tiene choques directos de local contra Sunderland y Swansea, de visita contra el Norwich, en la penúltima fecha con el ya sombrío y desahuciado Aston Villa que da sus últimos pasos en la Premier.
Mike Ashley junto con su directiva se están jugando la vida con esta movida riesgosa de traer a Benítez, un técnico que viene de una muy mala posición debido a su salida desastrosa del Real Madrid. En Newcastle saben que este puede conducirlos a la salvación y a reestructurar al equipo a partir de la próxima temporada, sin embargo, en sus mentes ha de estar presente, que el fracaso permanece latente, porque un mínimo error ante los rivales directos significaría el descenso inminente a la Championship por segunda vez en menos de diez años. Los últimos cartuchos se están quemando, las cartas están sobre la mesa. Ahora queda ver si las urracas tendrán un escape heroico o si se someterán al ostracismo de la segunda división como acompañantes del Aston Villa.