Juan Antonio Parejo

Benítez estajanoviza al Chelsea (0-0)

Partido aburrido y con escasas alternancias que acabó sin goles en el debut de Rafa Benítez, muy criticado por su propia afición. El Chelsea mutó por una versión conservadora y algo pobre. El empate le supone perder el liderato a un Manchester City muy gris.

 

Premier League

Chelsea 0
Manchester City 0
Ficha técnica
0 – Chelsea: Cech; Ashley Cole, Ivanovic, David Luiz, Azpilicueta; Mikel (Oriol Romeu, 78), Ramires, Hazard (Moses, 70), Oscar, Mata; Fernando Torres.
0 – Manchester City: Hart; Kolarov, Nastasic, Kompany, Zabaleta; Barry, Yayá Touré, Milner, Silva; Dzeko (Tévez, 68), Agüero (Balotelli, 85).
Goles: No hubo.
Soporífero partido el disputado en Stamford Bridge, donde las defensas se impusieron a las delanteras, pese al cartel de ambos contendientes. La nota del partido era el debut de Rafa Benítez como nuevo técnico «blue» y su acogida en la parroquia local. O más bien, el rechazo manifiesto de los parroquianos hacia el entrenador español. Pocos cambios en los onces de los visitantes, salvo la inclusión de James Milner, y en los locales, con Ivanovic de central como corrector del alocado David Luiz y César Azpilicueta de lateral.
 
Las novedades vendrían en el planteamiento de Benítez. Quien mucho abarca poco aprieta debió pensar el madrileño y optó por taparse con la manta hasta el cuello. Ocurre que la manta del Chelsea no es demasiado larga y apenas logró inquietar el marco de Joe Hart durante todo el encuentro. Como muestra, el primer disparo a puerta del conjunto londinense llegaría no lejos del descanso, en una falta lejana botada por David Luiz. Un partido le ha bastado a Benítez para cambiar la cara del Chelsea. De las líneas adelantadas y el descontrol de Di Matteo ha pasado a defender replegando con todo el equipo salvo Torres por detrás de la posesión rival. Al City, por su parte, siempre le resultó farragoso tener que atacar en estático y la presencia de Silva le era indispensable. Pese al esfuerzo en no dejar espacios y no permitir desdobles por los costados, los ejes formados por Milner y Kolarov, por un lado, y Zabaleta y Silva por otro, le permitieron acercarse con cierto peligro al marco de Cech, pero chocando una y otra vez con Ivanovic y David Luiz, más comedido ayer que de costumbre. La pretura de los centrocampistas «blues» y los pocos espacios concedidos impidieron a Touré desplegarse, adoptando una posición mucho más retrasada, desligado casi por completo de Silva, Agüero y Dzeko.
 
El ritmo lento y las constantes pérdidas de los dos equipos motivó que las primeras situaciones de gol se viesen con cuentagotas, llegando hacia el minuto veinte en los pies de Zabaleta y en la cabeza de Agüero cerca del descanso, con un David Silva que claramente fue de más a menos. En los locales, un voluntarioso pero desacertado Torres contemplaba el esférico desde su posición como quien mira a las estrellas.
 
Tras el descanso, las carreras de más depositadas en las piernas de Hazard y Mata, y su cierta displicencia defensiva abrió un tanto un encuentro donde a Oscar le costó encontrar su sitio. Al alambicado mediapunta brasileño le perjudicó sobremanera la intención de llegar al área de Hart a la velocidad de la luz, así como las constantes transiciones directas entre Mata y Hazard. Un par de disparos lejanos de Ramires, más ocupado de sujetar la medular que de pisar el área y de Touré, quien desperdiciaría un fantástico contragolpe, errando el pase definitivo a Agüero serían las únicas acciones que lograron agitar el encefalograma plano del partido. Fernando Torres también la tuvo, a media hora del final, pero su zurdazo se fue rozando el larguero. Llueve sobre mojado para el de Fuenlabrada. Ya con Tévez sobre el césped, el Manchester City pudo llevarse los tres puntos de Londres en los involuntarios pies de Ivanovic, espléndido ayer, y en un cabezazo de Nastasic ya en el descuento. Los cinco minutos que jugó Balotelli al menos dieron para contemplar su última ocurrencia, que no fue otra que la de buscar una falta peligrosa estampándose voluntariamente como un kamikaze contra el pecho de David Luiz. Eso o que aún no conoce alguna ley física concerniente a la imposibilidad de atravesar cuerpos.
 
Empate a cero que habla claramente del conformismo de unos y otros, en un partido plagado de imprecisiones y del que aún no se pueden sacar conclusiones definitivas. El nuevo Chelsea de Benítez parece haber adoptado una vertiente mucho más estajanovista y rígida, alejada de aquel vertiginoso pero inseguro equipo de Di Matteo. Sus lagunas, sin embargo, se cuentan con los dedos de las dos manos, no siendo la menor de ellas sus profundos problemas en el mediocentro. El botín obtenido por el Manchester City tampoco luce demasiado, que ve perder de nuevo la cabeza de la Premier la semana en que quedó apeado de la Champions League.
 

Sobre el autor

Juan Antonio Parejo