Dueños asiáticos y multimillonarios y una sumatoria de puntos insuficiente como para encarar el resto de la temporada con tranquilidad. Podríamos estar hablando de cualquiera de estos dos equipos que hoy se enfrentaron en Ewood Park en uno de esos famosos «six-pointers» (partidos de seis puntos) en la lucha por no descender.

 

Uno de ellos tiene un entrenador nuevo, se reforzó con interesantes figuras en el mercado de invierno y vive una etapa de estabilidad institucional pocas veces vivida en los últimos años. El otro está inmerso en una crisis que parece no tener fin. Los hinchas no pueden ni ver a los dueños y están en campaña activa para protestar contra el entrenador.

 

Pero hoy ganó 3 a 2 y esquivó una bala plateada al corazón al sumar tres puntos y negárselos a su rival de turno. Ese equipo es el Blackburn Rovers, que arrastró de los pelos al Queens Park Rangers, que se acerca al sótano de la Premier League y sigue sin encontrar ningún tipo de respuestas.

 

El 7-1 que el Arsenal le propinara la semana pasada, todavía estaba fresco en la mente de los hinchas y jugadores, que sabían que perder ante el QPR de local no era una opción válida si no querían volver al Championship la temporada que viene.

 

Yakubu Ayegbeni regresaba tras su suspensión y tardó 15 minutos en dejar su marca. Control y media vuelta desde la puerta del área y nada que hacer para Anton Ferdinand antes y Paddy Kenny después.

 

El peligroso Junior Hoilett preocupó a los locales cuando permaneció en el suelo recibiendo atención médica. No sólo pudo continuar, sino que unos segundos después del susto, armó toda la jugada para que Steven Nzonzi definiera con un implacable remate de primera a contrapierna de Paddy Kenny. Era 2-0 para Blackburn en 23 minutos.

 

QPR sufre la ausencia del argentino Alejandro Faurlin, lesionado para toda la temporada a principios de enero en un partido de FA Cup vs. MK Dons. Precisamente el mediocampo de los Superhoops fue uno de sus puntos flojos. Los supuestos estelares fichajes de Joey Barton y Shaun Wright-Phillips a principio de temporada, están redondeando una campaña francamente decepcionante y hoy entregaron más de lo mismo.

 

El primer tiempo se cerró con un tercer gol que también contó con la participación imprescindible de Hoilett. El delantero recibió libre por izquierda y vio su remate desviarse en Nedum Onuoha para luego colarse cerca del poste más lejano. Nada que hacer para Kenny. Golpazo para el QPR con ese gol que llegó al quinto minuto agregado antes del descanso.

 

QPR mejoró en la segunda mitad y contó con las mejores ocasiones de gol, aunque Yakubu avisó que todavía quería más cuando impactó un disparo contra el travesaño.

 

Luego de un par de ocasiones desperdiciadas, QPR llegó al descuento a través de Jamie Mackie. El escocés volvía al lugar en el cual había sufrido una doble fractura hacía 13 meses y se encontró con una oportunidad inmejorable tras un pase atrás de Taye Taiwo.

 

Faltaban 19 minutos para que el QPR pudiera dar vuelta la historia. Un gol más sería sinónimo de final apretadísimo en el que el equipo que ganaba por tres podría sufrir un ataque de pánico y cualquier pelota al área llegaría con olor a empate milagroso.

 

Ese segundo gol llegó. Y fue una maravilla. Jamie Mackie tomó el balón cerca de la puerta del área y cruzó un disparo alto y cruzado. Inatajable para Robinson. El problema para el QPR era que el reloj marcaba 92 minutos minutos. El problema para el Blackburn era que se jugaría hasta los 94.

 

QPR tuvo un corner más pero no contó con otra chance de gol y se le esfumó el milagro y los tres puntos. Aunque como consuelo queda que la diferencia de gol lo mantiene por ahora fuera de la zona de descenso directo.

 

Tres puntos imposibles de describir por lo valiosos que son para el Blackburn. Que si bien no salió del grupo de los tres del fondo, sí logró y con creces levantar el ánimo y encarar la batalla encarnizada que protagonizan los cinco equipos del fondo con un poco más de optimismo.