Casi con total seguridad, el Burton Albion es, para muchos de los posibles lectores de este artículo, el equipo más desconocido de la Football League. Nadie, o pocos, sabrán que los derechos de nomenclatura de su estadio los tiene Pirelli, ni que esta es su tercera temporada en las categorías profesionales del fútbol inglés y puede lograr su primer ascenso dentro de ellas. También es difícil, por otra parte, que los atrevidos lectores de estas líneas sepan que el equipo surgió de una unión de los cuatro equipos de la ciudad en 1950, Burton Swifts, Burton Town, Burton United y Burton Wanderers. Pero a partir de entonces, la entidad se convirtió en un club familiar muy querido por más de uno.
Nigel Clough, hijo de Brian, actualmente entrenador del Derby County, fue el primer y gran artífice de la gesta que está logrando la entidad esta campaña. Sin él, no se habría logrado el ascenso a League Two. Clough llegó al club en el año 1998. Su trabajo era sencillo: intentar ascender y asentar al club en el fútbol profesional a medio y largo plazo. Y los resultados llegaron. En 2002 llegó el primer ascenso, a Conference. Tras unas temporadas bastante tranquilas, llegó la hora de intentar asaltar la cuarta división. En 2008 se decidió arriesgar y emprender un proyecto ilusionante. Con una plantilla joven, aunque con jugadores experimentados como Aaron Webster y Kevin Pools (guardameta retirado el pasado año con 47 años) se instaló pronto en la primera posición y ya no la abandonaría hasta ascender. Quién sí abandonó el barco, en enero de 2009, fue Nigel, que recibió la llamada del Derby County, el club donde su padre ya había dejado huella, y que ahora le daba oportunidad al hijo. Tras la partido de Clough, llegó Roy McFarland, aunque sólo permaneció en el club hasta el ascenso en mayo.
Desde Derby, de nuevo, llegaban noticias, pero en forma de nuevo entrenador. Paul Peschisolido, delantero canadiense con dilatada experiencia en Football League recién retirado se hizo cargo del club. Fue una apuesta arriesgada pero era una nueva etapa en la que había que probar cosas, y sobre todo disfrutar de una merecida estancia entre los mejores equipos del país. A pesar de la inexperiencia del técnico, el inicio no fue malo del todo y el primer año no se pasaron excesivos apuros. Además, se empezó a importar talento al club, como Jaques Maghoma, media punta francés joven y pretendido por varios en la categoría.
La segunda campaña en League Two se sufrió, aunque no en exceso, para salvar la categoría, pero la pasada llegó una debacle que podría haber costado un descenso. A falta de seis jornadas para la mayoría de equipos, ellos tenían aún diez encuentros por disputar y estaban metidos en descenso por un punto. Todo hacía presagiar que de los cuatro partidos pendientes que tenían respecto a sus rivales, alguno ganarían y saldrían de abajo. No obstante, el equipo encadenó la peor racha de la temporada, llegando a falta de cinco jornadas metido en la lucha, aunque finalmente logró salvar los muebles. La víctima de esta situación de incertidumbre durante la parte final de la temporada fue Paul Peschisolido, que no siguió dirigiendo en el Pirelli Stadium. Su sustituto fue Gary Rowett, su segundo.
Rowett estuvo en Liverpool para defender al Everton como jugador, entre otros clubes, pero parece que su futuro como entrenador pinta mejor que su pasado como futbolista, que ya de por sí fue brillante. Tras salvar la pasada campaña al equipo, este año trajo jugadores de la categoría de Marcus Hoelness, central que ha estado las últimas temporadas en Rochdale y ha mantenido a pilares como Maghoma o Calvin Zola.
Sin duda, el mejor regalo para este modesto club puede ser ganar la promoción de ascenso, donde se enfrentarán al Bradford en semifinales, y escribir un nuevo y bonito capítulo a esta historia que comenzó con Nigel, el hijo de Brian.
