Pasar de llegar a invierno en la cuarta plaza y con oportunidad de entrar en Champions League para terminar en la 12ª plaza de la tabla de la Premier League a final de temporada es algo que no ha caído en mucha gracia para los fanáticos del fuerte martillo. Esto valió para que ‘Big Sam’ Allardyce no se viera más en un futuro con el equipo del sur de Londres, equipo que le debe un gran agradecimiento ya que él quien los hizo salir de la Championship en la temporada 2011/2012, regresando al West Ham a la alta gama del fútbol inglés.

En su carrera como entrenador, ha tenido momentos muy relevantes. Baste con echar un vistazo a su aporte al seleccionado nacional de Croacia, haciendo un gran papel desde los juveniles hasta la primera línea de la selección de mayores, tomando la batuta que había dejado Zlatko Kranjčar (padre de Niko Kranjčar, el mejor amigo de Harry Redknapp, precisamente el técnico que fichó a Bilic para el West Ham). Entre sus grandes logros estuvo liderar con mano de hierro la eliminatoria para la Eurocopa de 2008, dándose el lujo de dejar afuera a Inglaterra, ganándole en Wembley en un 2-3 más que memorable para los balcánicos. Ya en la competición continental, superaron la fase de grupos con contundencia, pero fueron frenados por la selección de Turquía, donde los otomanos le mostraron la puerta de salida al equipo de uniforme ajedrezado. La mira estaba puesta en el Mundial de Sudáfrica 2010, donde rozó la posibilidad de clasificar, quedando tercero en su grupo. Para la Eurocopa de 2012 lograron quedar segundos en su grupo clasificatorio y se vengaron de Turquía al eliminarles en la repesca, clasificando al torneo magno europeo. Sin embargo, una vez en la Eurocopa cayeron eliminados en la primera fase de la competición.

Las burbujas sonrientes y el canto sin parar de los aficionados ‘Irons’, más el asomo del Estadio Olímpico de Londres al horizonte como su nueva casa a partir de 2016-17, hacen pensar que tiempos gloriosos se avecinan para este equipo histórico. Sin embargo, no existen garantías al respecto, al menos desde el punto de vista futbolístico, por las siguientes razones:
1. Pasión balcánica. Slaven Bilić es un técnico conocido por analizar en profundidad a los equipos contrarios antes de enfrentarse con ellos pero a menudo se deja llevar por las emociones en la banda. Lleva a flor de piel la emoción y el júbilo de su equipo, así como también la desidia y desesperación (como otro exjugador de los Hammers, un tal Paolo Di Canio), lo que en ocasiones le impulsa a tomar cuestionables decisiones y planteamientos tácticos dudosos que lo llevan a perder partidos clave.
2. Carácter ganador sí, ¿resultados ganadores? Bilic no es un técnico copero, no es un técnico ganador. Si hacemos revisión de su palmarés como entrenador es poco lo que se puede encontrar, al menos si de preseas estamos hablando. No tendrá fácil inaugurar su palmarés como entrenador en el West Ham.
3. Cerrar los partidos. En su máximo apogeo, sus equipos pueden desplegar un fútbol glorioso, a tal punto de hacer meritorio que sus equipos ganen. Sin embargo, a menudo les cuesta dar el tiro de gracia para obtener los triunfos que más necesita, analógico a nadar y estar tan cerca de la orilla pero terminar hundido en una muerte penosa. Vamos, un poco como el Arsenal.
4. Un modelo claro, sea del siglo que sea. West Ham necesita urgentemente un patrón de juego que dé resultados para no estar de nuevo lidiando con tener que transformarse de un fútbol vistoso a uno del siglo XIX (como les acusó José Mourinho en una ocasión), afectando en forma directa a los resultados que el equipo pretende.
5. Fichajes clave. Alex Song no seguirá en Upton Park la próxima temporada. Es la única baja en principio (veremos qué sucede con la cesión de Carl Jenkinson) de un equipo que debería incorporar un central (el medio centro Kouyaté tuvo que ocupar esa posición en algunos partidos a causa de las bajas), un medio centro para sustituir al mencionado Song y poco más. De la habilidad de Bilic en el mercado dependerá la capacidad de los Hammers para asegurarse posiciones ideales de cara a objetivos más ambiciosos como el ingreso a la Champions League, generando mayores oportunidades de índole futbolística y económica.
6. De viaje por el extrarradio europeo. Soportarse la Europa League no es fácil, y mucho menos cuando te toca empezar desde la primera ronda de clasificación el 2 de julio para intentar arañar el pase a la fase de grupos. No es de extrañarse que veamos a este equipo tomando un billete de British Airways a lugares como Islandia, Moldavia, Estonia o incluso Azerbaiyán para disputarse un cupo. Sin ser suficiente que deben empezar su pretemporada más tempranamente por la obligación de esta competición, en caso de llegar a la fase de grupos, tendrá Bilić que ingeniarse una buena idea de diseñar una temporada magnífica entre la Premier League, la Europa League, la FA Cup y la Copa de la Liga, que son las competiciones que los Hammers disputan.
Se ve con buenos ojos la llegada del croata a dirigir a la Academia del fútbol, aportando más pasión y fortaleza, dando rudeza e inclusive amor propio (ese mismo que le ha faltado al West Ham en varias ocasiones durante los últimos dos años) para disputarse los partidos como una final a muerte; no obstante, más allá de la gallardía hay también que saber ganar con inteligencia y las estrategias correctas. Lo que es seguro es que estas últimas irán acompañadas de una actitud innegociable desde el primer minuto. Slaven Bilić ve cómo los martillos salen de la herrería, a punto de tomarlos con sus manos llenas de adrenalina y esfuerzo neto como todo lo que nace en un territorio guerrero como la península balcánica. El punto aquí es saber si, con ese llamado carácter, será suficiente para que el martillo pegue firme y en el lugar correcto para hacer del West Ham United un grande del fútbol inglés.