Señoras y señores, damas y caballeros, seres de todo credo, raza y condición, empieza el lío de la temporada. En siete días tendremos el regreso de nuestra valorada y apreciada Premier League, pero antes tenemos la Community Shield. La Supercopa Inglesa para los más despistados en este eterno e insípido páramo de semanas sin fútbol.
Arsenal y Chelsea competirán por el primer título de la temporada. Los Gunners como vencedores de la última FA Cup, los Blues como campeones de la Premier. En Wembley. Sin duda, un título menor, pero el primer partido de cierto rango y relevancia dentro de la temporada. El morbo de la pasada temporada fue la participación de Cesc Fábregas. Tras un crecimiento exponencial y ser santo y seña del Arsenal de Arsene Wenger, su traspaso al Chelsea desde el Fútbol Club Barcelona supuso un zarpazo en el respeto y admiración de los aficionados del Emirates por el centrocampista español.
Este año, las miradas se focalizan en Petr Cech. El portero checo ha cambiado Stamford Bridge por el norte londinense. El Arsenal es su nuevo hogar. Sin embargo, queda una rémora realmente especial en los aficionados Blues. Aquella magnífica actuación en la Champions League de 2011 fue fundamental para la consecución del título en favor del Chelsea. Diversos títulos de liga, una Europa League… Y Cech siempre tuvo un papel protagonista y profesional en todos ellos.
Dejando ya de lado el sentimentalismo, cabe reseñar que la llegada del guardameta al Emirates ha sido el único traspaso de relevancia este verano para los Gunners. Que tampoco han necesitado realizar más incorporaciones por sus escasas salidas. Tan sólo Lukas Podolski y Abou Diaby, traspasados, y cesiones como la de Carl Jenkinson al West Ham y Yayá Sanogo al Ajax, que no han supuesto un gran perjuicio en el plantel de Wenger. Tampoco el Chelsea ha realizado grandes variaciones en su equipo. Las llegadas de Radamel Falcao y Asmir Begovic han subsanado las salidas del propio Cech y la marcha de Didier Drogba a la Major League Soccer. Sólo el hueco dejado hace escasos días por Filipe Luis no ha sido cubierto por Jose Mourinho hasta el momento.
Estas ideas de continuidad por parte de ambos entrenadores simbolizan la confianza y proyecto que tienen para sus vestuarios. La solvencia de los Blues para hacerse con la Premier y el soberbio tramo final de temporada de los Gunners, han supuesto una inyección de tranquilidad y sosiego a la hora de preparar una pretemporada y un inicio de campaña con esmero y paciencia. Sin grandes variaciones en las plantillas.
Un gran punto a favor la continuidad en las plantillas. Sin embargo, las adquisiciones hechas por ambos equipos dejan lugar a la duda. El horrendo papel en Champions League de ambos, y el discreto tercer puesto del Arsenal, hacen pensar que ambas escuadras necesitan un punto de inflexión en su calidad como equipo. Como combinado. Hacer lo mismo y esperar un resultado diferente es de locos.
El flanco izquierdo del Chelsea ya mencionado y un elenco de mediapuntas que suscitan cierto recelo (regular aportación de Oscar y Willian, poca influencia de Eden Hazard en los partidos importantes o el fracaso de Juan Cuadrado) parecen defectos a cubrir en la plantilla del Chelsea. Mientras que el Arsenal sigue adoleciendo de un goleador de garantías además de algún mediocentro de contención de nivel que pueda ayudar o competir con Francis Coquelin.
De cualquier modo, queda un mes para poder resolver todas estas incógnitas y necesidades. Partido grande en Wembley para abrir la temporada. La fiabilidad del Chelsea contra la incógnita del Arsenal. Mourinho contra Wenger. Empieza lo bueno. A disfrutar.