Sobre el primer interrogante, lo cierto es que los equipos de Pellegrini (tomemos como referencias al Villarreal y al Málaga) suelen presentar una serie de patrones muy definidos y personales, apostando por un 4-4-2 o un 4-2-3-1 con mediapunta, con un juego inequívocamente de pase corto y asociación, tan en boga en estos últimos años.
El chileno apuesta por un 4-4-2 o un 4-2-3-1 con un juego de asociación
A falta de algún retoque, la plantilla del City se ajusta a lo que necesita
Suele empezar a jugar desde atrás, generalmente con centrales sin mal pie, como fue Demichelis y como lo son Nastasic y Kompany y con laterales largos. En el eje central, siempre ha apostado por un mediocentro más posicional y otro con más recorrido, para lo que Gareth Barry y Touré siguen siendo idóneos y a los que se añade el talento de Fernandinho para posiciones algo más adelantadas. En los costados, recordando a Cazorla, Pirés o Isco, tendrá a Silva o al aún inconsistente Nasri, mediapuntas reconvertidos que garantizan la fluidez de juego. Empero, para ello le faltará Isco, la perla malacitana que tanto ansió el Ingeniero pero que finalmente acabó firmando por el Real Madrid. Sin embargo, y obedeciendo a una novedad que introdujo en el Málaga con Joaquín, volverá a contar con otro extremo derecho puro como Jesús Navas, del que se espera una evolución que le permita abarcar terrenos más allá de la cal diestra, tal y como ocurriese con el hoy jugador de la Fiorentina, que acabó por jugar en cualquiera de las demarcaciones de los tres cuartos. Y arriba, en caso de jugar con dos puntas, suele preferir una disposición fija de un delantero móvil (Forlán o Rossi, en el Villarreal) y otro más estático (Guille Franco o Joseba Llorente, por ejemplo). De nuevo el Kun Agüero acompañado por Álvaro Negredo semeja una pareja calcada a algunas con las que jugó en ambos equipos, pero indudablemente con un nivel incomparablemente superior. En la recámara, aguardaría en principio Stevan Jovetic, otro de los grandes fichajes del verano. Y en caso de necesitar un tercer centrocampista, Fernandinho o adelantar la posición de Touré (la maniobra favorita de Mancini) serían sus posibles respuestas. Parece pues, que a falta de algunos últimos retoques (quizá algún lateral más), la plantilla del City se ajusta perfectamente a las demandas del entrenador chileno.
Su experiencia en el Madrid siembra algunas dudas futuras
La exigencia en el Etihad no difiere demasiado de la de Chamartín
El lector, sin embargo, habrá notado que no hemos hecho referencia a su frustrada experiencia en el Real Madrid. Y es que si en el anterior apartado hemos hablado de las certezas que presenta la carrera de Pellegrini, en torno a la segunda cuestión nos adentramos en el terreno de la incertidumbre. Como entrenador blanco, tal vez diera la sensación de sentirse algo superado, a lo que se sumaron algunas decisiones de todo punto erróneas (como alinear a Mahmadou Diarrá en la ida de aquella fatídica eliminatoria en Lyon). En su descargo habría que decir que jamás contó con el apoyo decidido de la directiva, al que le importaba más bien poco sus peticiones (véase, la continuidad de Sneijder) y un vestuario no siempre dócil (como los desaires de Guti o la pasividad de Benzemá). Por si fuera poco, desde el inicio de esa temporada no transcurrieron ni dos meses hasta que sectores de la prensa de Madrid pidieron su cabeza, todo un récord. Queremos resaltar su estancia en Chamartín porque lo que le espera en Manchester en este sentido posiblemente no difiera demasiado en cuanto a presión, exigencia y entorno mediático, aunque en este caso sí que parece contar con el total apoyo y confianza de las cúpulas del club, Txiki Beguiristáin entre otros. En términos de disciplina, el desembarco en Italia de Tévez y el anterior de Balotelli, habrán resultado un alivio para Pellegrini.
Si la pregunta anterior nos concita algunas dudas, en la última es imposible tener una respuesta. Ya dijimos alguna vez que exigir la victoria en el fútbol es imposible. Básicamente porque en este negocio solo puede ganar uno y no veinte, teniendo en cuenta además la ferocidad de sus rivales en lo que es la liga más competitiva del mundo. Lo que sí es exigible y parece que el equipo del Ingeniero responderá satisfactoriamente es que peleará y estará en pole position por al menos dos competiciones (su historial en Copa nunca sido brillante. Recuérdese, ejem, Alcorcón…). En cualquier caso, cuenta con el respaldo suficiente y con un plantel conforme a sus esquemas y de sobrada calidad para poder hacer jugar al Manchester City de acuerdo con sus ideas. Ha sucedido que cuando entre sus manos ha tenido el material deseado y no le han traído “una lámpara en lugar de un sofá” (Rafa Benítez dixit), lo cierto es que sus equipos han gustado y han volado. Tal pareciera que hay motivos para el optimismo en el Manchester azul…