Las primeras impresiónes del partido fueron favorables a Newcastle, que volvió a demostrar que sabe cómo manejar un partido. Sin embargo, el Stoke City, a través de su intensidad física, se cerró bien atrás y recurrió a sus característicos pelotazos largos para intentar encontrar a un Newcastle mal parado. Pero esta vez el equipo de Alan Pardew estuvo muy firme atrás y no sufrieron para lidiar con la amenaza de Peter Crouch.

 

Los locales, por otro lado, buscaban la profundidad con sus laterales, Davide Santon y Mathieu Debuchy, que cada vez pesan más en el juego ofensivo de las «urracas» gracias a sus grandes desbordes. Pero esto no sirvió de mucho ya que Papiss Cissé no consiguió conectar ningún centro. La presión en conjunto de la Toon Army provocó que el partido se planteara en tres cuartos de la cancha. Ante la defensa cerrada de los Potters, los locales intentaron buscar con tiros de larga o media distancia pero Asmir Begovic no sufrió para repelerlos.

 

Tampoco la visita logró incomodar al portero inglés Rob Elliot ya que los centrales Mapou-Mbiwa Yanga y Steven Taylor fueron una barrera infranqueable para los atacantes de los Potters. La jugada más peligrosa del Stoke City fue un pase atrás de Mapou que quiso jugar un balón con la cabeza a su portero. Elliot, sorprendido a contrapié, tuvo que ensuciarse un poco la ropa pero el asunto no pasó a mayores.

 

El segundo tiempo siguió la misma tónica. El Newcastle se hizo con el control del partido en la medular. Yohan Cabaye manejaba los hilos del partido y Cheik Tioté cortaba hasta el aire. Moussa Sissoko volvió a mostrar poseer más pulmones de los que los seres humanos suelen llevar. Sin embargo, cuando parecía que Newcastle iba a someter y golpear a su rival en cualquier momento, sucedió lo contrario.

 

Cheik Tioté, que corta mucho pero a veces con más revoluciones de las recomendadas, desestabilizó a Jonathan Walters dentro del área y el árbitro cobró penal, que él mismo se encargaría en transformar en gol. A falta de veinte minutos, el Stoke se encontraba en ventaja, una situación poco común lejos del Britannia, donde los Potters solo han logrado una victoria en toda la temporada.

 

Newcastle debía digerir rápido el gol y contó con la inestimable colaboración de sus rivales. Un pase erróneo hacia atrás derivó en Sissoko mano a mano contra Begovic. La jugada acabó en falta en la puerta del área de penalti, prácticamente un penal con barrera. Yohan Cabaye se encargó de ingresarlo en la portería para igualar el marcador con un delicado lanzamiento.

 

Newcaslte aprovechó el impulso del empate y provocó que el Stoke se refugiara atrás. Ya en el tiempo añadido, Sylvain Marveaux dío un pase milimétrico que terminó dejando cara a cara a Papiss Cissé contra el portero Begovic. El senegalés selló una victoria crucial para los locales.

 

Ahora, Alan Pardew deberá pensar en el Anzhi, que visitará St James’ Park el jueves. Lo podrá hacer con la tranquilidad que ofrece tener la permanencia al alcance de la mano.