Daniel Levy no es un hombre con suerte. Como exitoso hombre de negocios que es, le gusta llevar la iniciativa en el rumbo de sus empresas. Quiere que el futuro de ellas dependa de él. Por desgracia, no es lo que ocurre con el Tottenham, club del que es presidente.

 

Y es que, aunque la Premier League ya acabó y los Spurs firmaron una digna 4ª plaza debido a la pírrica victoria del Arsenal ante el West Bromwich, todavía le queda al Tottenham el partido más importante de la temporada. Será el próximo 19 de mayo, cuando se enfrentarán Bayern de Múnich y Chelsea en la final de la Champions League. Aunque convivan en la misma ciudad con el Chelsea, el corazón de los Spurs estará con los alemanes. En caso de ganar el Chelsea, el Tottenham de Daniel Levy se quedará sin Champions League para la próxima temporada.

 

Algo que sería un drama para el futuro del Tottenham. Más allá de las graves consecuencias económicas, muy probablemente Luka Modric, Emmanuel Adebayor, Rafael Van der Vaart y Gareth Bale, los cuatro mejores jugadores del club en estos momentos, no volverían a vestir la elástica del equipo del norte de Londres. Es decir, el equipo debería volver a construirse. 

 

La más clara muestra del drama que supondría se vio en White Hart Lane. Adebayor puso a los suyos por delante cuando apenas habían transcurrido dos minutos, gracias a una pared con Van der Vaart. Tras el gol, los Spurs no pudieron finiquitar el encuentro hasta entrada la segunda parte, cuando Defoe marcó el segundo. Sin los cuatro jugadores que probablemente se marchen del club en caso de no entrar en Champions, todos titulares ante el Fulham, el Tottenham no habría ganado este partido. Y no habría quedado cuarto. Ya se oyen las plegarias en White Hart Lane para que el Bayern de Múnich gane la Champions. La más ruidosa, la de Daniel Levy.