Con respecto a los partidos que abrieron la temporada para ambos, el Chelsea no varió su once inicial un sólo ápice después de lograr con él una convincente victoria por 3-1 ante otro recién ascendido como el Burnley. El Leicester sí que cambió un par de piezas del once con el que se midió y empató ante el Everton en casa la pasada semana. El medio centro Danny Drinkwater era baja por lesión, baja importante para el técnico Nigel Pearson, que recurrió a otro centrocampista de menor calidad pero de gran trabajo como Dean Hammond. El extremo francés Anthony Knockaert fue suplente debido a ciertas molestias físicas y fue reemplazado por el potente y rápido ghanés Jeffrey Schlupp.

 

El partido arrancó muy vivo, con un ritmo alto, con una buena puesta en escena tanto por parte de los Blues como de los Foxes. Era el Chelsea quien llevó el peso en los primeros compases, pero el Leicester estaba fenomenalmente situado sobre el campo y contenía muy bien al rival. Aún sin estar produciéndose ocasiones de gran peligro, el duelo estaba resultando ser bastante entretenido.

 

Los medios centros del Leicester, Dean Hammond y Andy King, realizaron una fantástica labor en la recuperación de balones y en la iniciación de transiciones ofensivas. En el minuto 32, el argelino Riyad Mahrez, efectuó el disparo más peligroso del Leicester hasta el momento, con un lanzamiento que Courtois detuvo. Alrededor de la media hora de juego, el ritmo descendió en cierta medida, lo que benefició al conjunto visitante. El club londinense dispuso de alguna que otra ocasión de gol, pero experimentaba dificultades para crear peligro ante la compacta defensa y centro del campo del Leicester.

 

Aunque la primera parte finalizó con un ritmo más bajo, le segunda parte comenzó con suma rapidez e intensidad. Una doble oportunidad de gol, que incluyó un disparo al palo para el Chelsea fue solamente el aperitivo de lo que llegaría en los minutos posteriores. En prácticamente la jugada siguiente, Hammond inició un fantástico contraataque con un preciso pase a David Nugent, que corrió con el balón hasta la frontal del área donde ejecutó un medido disparo que rozó en el defensa Gary Cahill. Aún así, Thibaut Courtois consiguió despejar el esférico de manera magnífica.

 

Después, el alemán Andre Schürrle dispuso al fin de sitio para armar una jugada ofensiva en velocidad y con espacios, que cerca estuvo de acabar en gol, pero el disparo se marchó demasiado alto. Ivanovic tuvo una intentona propia con un lanzamiento que el portero danés Kasper Schmeichel despejó. Fábregas también tuvo la suya con una especie de vaselina que no terminó en nada productivo. Poco más tarde, el Leicester volvió a pillar al Chelsea a contrapie con otro contragolpe, que de nuevo estuvo cerca de ser el tanto que supusiese el 0-1 para los Foxes, pero que gracias a Courtois una vez más, Nugent no pudo convertir su ocasión en el gol visitante.

 

Con un ritmo, por momentos frenético, Ivanovic desplegó una espectacular carrera por la banda derecha, llegando a entrar en el área contraría donde con un quiebro mandó a dos jugadores del Leicester, valga la expresión, a por hielo para finalmente poner el balón en el área pequeña. Diego Costa aprovechó el balón enviado por el serbio para adelantar al Chelsea en el marcador.

 

El gol logrado por los de José Mourinho dejó un tanto tocados a los de Nigel Pearson. Con la ventaja en el luminoso, el Chelsea fue incrementando la inercia aprovechando el cansancio de los «zorros» y fue creando más y más oportunidades. También se dieron varias sustituciones (como el debut de Marc Albrighton con los Foxes), antes de que Eden Hazard (76), sentenciase al Leicester marcando, tras llevar acabo una diagonal hacía dentro del área, el 2-0 definitivo.

 

Unos tres minutos tras el gol, se produjo un momento histórico para el Chelsea, que dio entrada a Didier Drogba para reemplazar a Diego Costa. Drogba, como no podía ser de otra manera, recibió una ovación unánime por parte de la afición Blue que le daba la bienvenida a Stamford Bridge de nuevo, después de su marcha del equipo en 2012 tras ganar, con su último toque de balón con la camiseta del Chelsea, la Champions League.

 

Se sucedieron varias ocasiones en el tramo final de encuentro a favor de los locales. Schmeichel estuvo excelente deteniendo o despejando todos los disparos que efectuaron los futbolistas rivales. Finalmente el árbitro Lee Mason pitó el final de un encuentro que concluyó con el luminoso de Stamford Bridge señalando 2-0 a favor de los locales. Este resultado mantiene al Chelsea con 100% de victorias en esta presente temporada y en la cima de la clasificación por el momento con seis puntos, mientras que el Leicester se sostiene por encima del descenso con un punto en su casillero.