Este pasado domingo, se vivió en Anfield uno de los partidos más disfrutados y esperados por la afición de los Reds, un partido que devolvió al Liverpool esa confianza que había perdido tras los mediocres partidos de liga que había venido disputando y, sobre todo, tras la derrota en Europa League ante el Zenit de San Petersburgo. Los Reds tenían que demostrar que sabían jugar al fútbol y qué mejor escenario que Anfield y contra un rival en auge, el Swansea.
Los de Gales jugaban fuera de casa y reservaron a muchos jugadores para la final de la Copa de la Liga que se disputará este domingo en Wembley, entre ellos a su estrella, Michu. La tragedia para ellos se masticaba en el ambiente y el partido no fue ni mucho menos decepcionante. El Liverpool le endosó nada menos que una manita, 5-0. Sin lugar a dudas, fue un partido memorable para el Liverpool, que exhibió buen fútbol, goles y sobre todo muchas ganas sobre el césped.
Pero dejando de lado la apabullante victoria, había un futbolista en el que todo el mundo tenía puesta la mirada, Philippe Coutinho. El brasileño llegó a la ciudad de los Beatles este invierno procedente del Inter de Milán y aún no había conseguido debutar ante la grada del Liverpool. La incógnita estaba en si un jugador tan joven y procedente de una liga como la italiana iba a poder adaptarse y cuajar en la Premier League.
Rodgers apostó por sacarle de titular y no se equivocó. El brasileño se marcó un partidazo e incluso consiguió anotar un bonito gol con un potente disparo desde la frontal de área. Coutinho salió en la banda izquierda, una posición poco habitual para él, ya que donde le gusta jugar es en la media punta, por detrás del delantero. Sin embargo, su labor en esa nueva posición fue todo un éxito, con constantes galopadas por banda y pases interiores al delantero.
Fue el debut soñado por todo jugador, pero a pesar de ello, aún tiene que trabajar mucho si quiere ser un fijo en la alineación de Rodgers, además de dejar de lado esa irregularidad que tanto le caracterizaba en el Inter y en su breve paso por el Espanyol.
A sus 20 años, Coutinho es un diamante en bruto, por lo que el Liverpool va a tener que poner mucha paciencia y empeño para hacer del joven brasileño una estrella.