Si finalmente David Moyes abandona el Everton a final de temporada, una opción que parece posible considerando que el técnico todavía no ha renovado su contrato con los Toffees, Roberto Martínez es posiblemente el mejor situado para sustituirle. Sobre todo tras la excelente tarjeta de presentación que dejó en Goodison en cuartos de final de la FA Cup. El Wigan, amenazado anualmente por el descenso, ha accedido a semifinales tras golear por 0-3 al Everton gracias a cuatro minutos brillantes que dejaron el partido visto para sentencia.

 

David Moyes reconoció tras el encuentro que «el Wigan jugó bien y nosotros no, fueron mejores». Los suyos fueron abucheados al descenso, al final del encuentro y en alguna ocasión durante el partido. La decepción en Goodison fue palpable y con razón. El Everton está sexto en la Premier League, con 45 puntos, mientras el Wigan está 18º con 24. Esta era la 28ª presencia del Everton en los cuartos de final de la FA Cup, mientras que era solo la segunda para el Wigan. Perdieron la anterior.

 

Martínez optó por una derecha de cinco, con Jean Beausejour en la izquierda para frenar a Steven Pienaar y la estrategia surtió efecto. Los Latics estuvieron a punto de adelantarse a los diez minutos, cuando Shaun Maloney disparó al palo con Jan Mucha, sustituto del lesionado Tim Howard, ya superado. Arouna Koné también desperdició una clara ocasión de cabeza tras un centro de Maloney, que fue el mejor del partido junto con el paraguayo Antolín Alcaraz.

 

El Everton solo generó peligro esporádicamente a través de Sylvain Distin y Nikica Jelavic, pero jamás inquietó al español Joel Robles, el portero de los Latics en la copa.

 

El Wigan se adelantó a la media hora gracias a un remate de cabeza de Maynor Figueroa en el segundo palo tras un córner lanzado por Jordi Gómez. En un minuto, los Latics pusieron el 0-2. Phil Neville perdió el balón y Callum McManaman superó a Mucha cruzando el balón ante su salida. Y a los 33 minutos, Gómez puso el 0-3 con un fantástico disparo desde fuera del área que sorprendió a contrapié a Mucha.

 

Moyes dio entrada al descanso a Victor Anichebe y luego a Darron Gibson por Marouane Fellaini, que fue abucheado al salir y se marchó directamente hacia los vestuarios.

 

La mejor ocasión de los Toffees en la segunda parte fue un gol anulado de Kevin Mirallas. Aparte de eso, no hubo noticias de los de Moyes.

 

Martínez estaba exultante tras el encuentro. «Si perdemos, es porque somos el Wigan, si ganamos es porque el rival ha jugado mal. El Everton no jugó mal, es mérito de mis jugadores». Pero el más feliz era el propietario del Wigan, Dave Whelan, que a sus 76 años viajará con su equipo a Wembley para disputar las semifinales. «Estoy muy orgulloso. Cuando jugué la final de 1960, me rompí la pierna a los 42 minutos y siempre sentí que tenía una tarea pendiente en Wembley».