Ilie Oleart

David Luiz le complica la vida al Chelsea (1-1)

El Chelsea se complicó la vida en la Champions League tras dejar escapar un triunfo que tenía al alcance ante el Genk. Ramires puso por delante a los «blues», que tuvieron un penalti para sentenciar el encuentro, pero David Luiz falló. En la segunda parte, empataría el Genk.

 

Champions League

Genk 1
Chelsea 1
Ficha técnica
1 – Genk: László Köteles, Nadson, Anele Ngongca, Thomas Buffel (Dugary Ndabashinze, 69), Daniel Tözsér, Fabien Camus, Anthony Vanden Borre, Kevin De Bruyne, Khaleem Hyland, Kennedy Nwanganga (Anthony Limbombe Ekango, 82), Jelle Vossen (Elianiv Barda, 87).
1 – Chelsea: Petr Cech, José Bosingwa, David Luiz, Branislav Ivanovic, Ashley Cole, Raul Meireles, Florent Malouda, Oriol Romeu (Juan Mata, 77), Ramires (Frank Lampard, 66), Nicolas Anelka (Daniel Sturridge, 66), Fernando Torres.
Goles: 0-1, m.25: Ramires. 1-1, m.61: Vossen.
Echemos la vista atrás tan solo un par de semanas. El Chelsea era tercero en la Premier League, Torres parecía haber recuperado el gol gracias al flamante fichaje de Juan Mata, el equipo parecía estar asimilando las nuevas tácticas de André Villas-Boas. Y de repente, la debacle: el plan de construir un nuevo estadio se desvaneció por la negativa a vender de los propietarios del terreno de Stamford Bridge, John Terry se vio involucrado en una lamentable historia de insultos racistas en un partido que el Chelsea perdió y el Arsenal puso la guinda a la catástrofe con cinco goles.
 
Esta noche, el Chelsea podrá añadir un par de muescas más a su particular tragedia. Para empezar, dejó escapar un partido cómodo y se complicó la vida en la Champions League cortesía de David Luiz, que insiste en asumir responsabilidades que no le corresponden. Y segundo, y aún peor, buena parte de los aficionados de los «blues» que viajaron a Bélgica entonaron cánticos contra Anton Ferdinand, presunto blanco de los insultos racistas de Terry.
 
Y sin embargo, las cosas empezaron bien para los «blues». Ramires adelantó a los suyos a los 25 minutos. En una de sus pocas intervenciones acertadas del partido, Fernando Torres hizo la pared con Ramires, que se adentró en el área con el balón controlado y marcó con precisión.
 
El Chelsea debería haber sentenciado el partido en la primera parte. Pero David Luiz, un central con alma de media punta creativo, se empeñó en lanzar un penalti que Torres, Anelka o Malouda nunca le deberían haber dejado lanzar. A los 39 minutos, Malouda se internó por la izquierda, centró y Thomas Buffell tuvo un momento de enajenación mental e interceptó el balón con la mano. Por suerte para los belgas, David Luiz fue el encargado de lanzar el penalti. Lo tiró flojo y el portero Koteles detuvo el lanzamiento.
 
El Chelsea se mostró sólido aunque no brillante en la primera parte. Hizo lo que quiso para la izquierda y algunas combinaciones entre Torres, Ramires y Meireles les permitieron gozar de ocasiones más o menos claras. Meireles, el mejor en la medular, disparó al palo. Pero lo que debería haber sido una formalidad se convirtió en la segunda parte en una auténtica batalla.
 
El empate del Genk fue justo. Y podría haber sido peor para el Chelsea. El gol de los locales llegó a los 61 minutos. El mejor jugador de los belgas, Kevin De Bruyne, se internó por enésima vez por su banda izquierda, cedió a Camus, que envió para que Jelle Vossen marcara con un disparo mordido. Decir que el Chelsea defendió mal sería asumir que defendió de alguna forma, algo que no sucedió.
 
A pesar de todo, el Chelsea pudo ganar el partido en el 77. Sturridge, el mejor desde que entró en el campo, desbordó por la derecha y centró raso al área pequeña. Lampard llegó libre de marca y solo tenía que empujar el balón, pero acomodó mal el cuerpo y envió el balón fuera.
 
El Chelsea sigue líder de su grupo, así que todavía hay margen. Pero la próxima jornada no pueden permitirse una derrota ante el Leverkusen si no quieren comprometer seriamente sus opciones de estar en octavos de final. Los «blues» estuvieron mal, Torres de nuevo desaparecido y la defensa cada día parece más vulnerable. 
 

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Ilie Oleart