Alvaro Oleart

David Luiz y Mata llevan al Chelsea a la victoria (2-0)

Sin acabar de convencer con su juego, al Chelsea le valió con su pegada para vencer a un Bayer Leverkusen que no opuso demasiada resistencia. Fernando Torres siguió con su sequía goleadora, pero dio muestras de recuperación, asistiendo a David Luiz y Juan Mata en los dos goles del partido.

 

Champions League

Chelsea 2
Leverkusen 0
Ficha técnica
2 – Chelsea: Cech; Bosingwa, Ivanovic, David Luiz (Alex, 76), Cole; Mikel, Meireles (Lampard, 65), Malouda; Sturridge (Anelka, 65), Mata, Torres
0 – Bayer Leverkusen: Leno; Reinartz, Toprak, Kadlec, Castro; Rolfes, Bender (Balitsch, 80), Ballack (Augusto, 66); Sam (Deryikov, 73), Schurrle, Kiessling
Goles: 1-0: David Luiz (67), 2-0: Mata (92)
El pasado sábado ya pudimos advertir el inicio de la esperada «revolución Villas-Boas». El portugués concedió la titularidad a tres recién llegados, Raúl Meireles, Daniel Sturridge y Juan Mata, y dejó en el banquillo a un desacertado Torres, que fue sustituido por Anelka. Además, como buen aprendiz de José Mourinho, Villas-Boas no va a regalar la titularidad a nadie, ni tan siquiera al mismísimo Lampard.
 
Y es que ya empieza a ser costumbre que André Villas-Boas nos sorprenda con su once inicial, tal y como ya hizo el fin de semana pasado ante el Sunderland. En defensa, la mayor sorpresa fue la de David Luiz, baja por lesión hasta hace una semana, que debutó esta temporada con los «blues» en detrimento de Terry, que andaba tocado físicamente. En el centro del campo, sorprendió la titularidad de un Obi Mikel que no fue ni convocado el sábado. El nigeriano jugó al lado de Ramires y Malouda, que retrasó su habitual posición de extremo para participar en el inicio de las jugadas. Por último, en el ataque «blue» desconcertó la titularidad de Torres tras la polémica suscitada a lo largo de esta semana. El delantero español ocupó la punta de ataque, mientras que Mata y Sturridge repitieron titularidad.
 
El encuentro no pudo empezar con más ritmo. De hecho, incluso el árbitro, Stephane Lannoy, se contagió de él. Todo comenzó con un remate acrobático de Fernando Torres, cuando tan solo habían transcurrido dos minutos de juego, que se marchó alto. Tan solo un minuto más tarde, comenzó lo bueno. Primero, Lannoy anuló un gol anotado por el Bayer Leverkusen tras un córner rematado por Rolfes por falta previa al remate de cabeza. No contento con uno, Lannoy invalidó otro gol un minuto más tarde, aunque esta vez fue en la otra área. Torres fue el autor del gol, que fue anulado porque su compañero Meireles intervino en fuera de juego en la jugada despistando a los defensas, aunque no llegó a tocar el balón. Por si el cúmulo de despropósitos vividos por Torres a lo largo de la semana y en los primeros cinco minutos de partido no había sido suficiente, en el minuto diez fue amonestado por una fea entrada con un fuerte olor a impotencia.
 
Tras estos intensísimos diez primeros minutos, el partido decayó. Los alemanes se echaron atrás y dejaron que fuera el Chelsea el que llevara la batuta. Mata, Meireles y Sturridge fueron los que lo intentaron con más ahínco, pero no lograron materializar el claro dominio del Chelsea, que tenía en Leno, el prometedor portero alemán del Leverkusen (aunque juega en calidad de cedido procedente del Stuttgart) de tan solo 19 años, un auténtico muro.
 
El 0-0 que reflejaba el electrónico al descanso era muestra de la falta de profundidad del Chelsea, que se empeñó en canalizar su juego por el carril central, y de la nula presencia en ataque de los alemanes, encantados con el empate.
 
La segunda parte, al igual que la primera, comenzó con un ritmo vertiginoso. Torres y Sturridge tuvieron el gol para el Chelsea, mientras que Schurrle y sobre todo Ballack lo acariciaron para los germánicos. A falta de 25 minutos y sin goles todavía, llegaron los cambios para ambos equipos. En el Leverkusen, Michael Ballack fue despedido por Stamford Bridge (quizá por última vez) en medio de una gran ovación, siendo reemplazado por Renato Augusto, un joven media punta que no causó mayores problemas en la zaga londinense. En el lado contrario, Lampard y Anelka entraron al terreno de juego en detrimento de Meireles y Sturridge, el mejor del Chelsea hasta ese momento.
 
Un minuto después de efectuar los cambios, una subida al más puro estilo Beckenbauer de David Luiz acabó en gol. Torres, de espaldas a la portería, le dejó el balón en perfectas condiciones para que el central brasileño le pegara con la rosca de fuera a dentro, haciendo inútil la estirada de Leno.
 
El gol tranquilizó a los de Villas-Boas, que a partir de entonces jugaron con más calma, algo que se antojaba sencillo ante un Leverkusen que parecía conformarse con abandonar Stamford Bridge con una honrosa derrota en el zurrón. Sin embargo, en el último minuto, Torres volvió a aparecer para llevarse un balón con más potencia que habilidad y servírsela en bandeja de plata a su compatriota Mata, que solo lo tuvo que empujar para colocar el 2-0 definitivo.
 
Esta victoria permite al Chelsea viajar a Old Trafford con la tranquilidad de haber hecho los deberes en la Champions League. Y, lo que es más importante, Torres, con dos asistencias, parece ver la luz al final del negro túnel en el que está encerrado desde enero. Parece que el tridente ofensivo formado por Mata, Sturridge y el propio Torres va adquiriendo galones. Los dos primeros fueron los mejores del Chelsea en el día de hoy, ya que, tal y como dijo Torres del propio Mata, dieron una velocidad al juego que los «blues» no alcanzan con Lampard o Anelka.
 
Por último, destacable también la actuación de David Luiz, que, más allá del gol, transmitió sensaciones muy positivas de cara al partido del domingo, en el que probablemente arrebate el puesto a Ivanovic para formar pareja con Terry.
 

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Alvaro Oleart