Premier League
Stoke City | 1 |
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Tottenham | 2 |
Ficha técnica |
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1 – Stoke City: Begovic; Shotton (Cameron, 74), Huth, Shawcross, Wilson; Whitehead, Nzonzi, Etherington (Wilkinson, 67), Adam; Walters, Crouch (Jerome, 67). |
2 – Tottenham: Lloris; Vertonghen, Dawson, Caulker, Walker; Huddlestone, Parker (Dembelé, 68), Dempsey (Sigurdsson, 83); Bale, Adebayor, Lennon (Defoe, 74). |
Goles: 1-0, m.2: N’Zonzi. 1-1,m.19: Dempsey. 1-2, m.82: Adebayor. |
Del Britannia Stadium se puede salir vivo y con los tres puntos en el zurrón, pero en rara ocasión sin sufrir. Y el Tottenham no fue una excepción, permaneciendo atento a lo que pueda hacer el Wigan en el Emirates el próximo martes. Villas Boas conocía de antemano el partido que Pulis le preparaba y alineó a Caulker de central y Vertonghen en el lateral zurdo, en previsión de los conocidos bombardeos potters buscando a Crouch y Walters.
Cuando el duelo aún se estaba desperezando, una falta botada por Charlie Adam fue fácilmente cabeceada a gol por Nzonzi. Si ganar en Stoke supone escalar una enfilada pared, a los Spurs les tocaba hacerlo con piedras en la mochila. El plan del Stoke era elemental: evitar como fuese que el Tottenham pudiera correr y ahogar al iniciador Parker con la marca de Whitehead. Con vigilancias constantes y frecuentes emparejamientos dobles, a Bale le tocó una difícil papeleta , aunque apenas cinco minutos del gol local obligó a Begovic a emplearse a fondo en un disparo lejano.
El plan de Pulis funcionaba a la perfección, trufado como bien se sabe de balones largos desde atrás. En defensa, los Potters esperaban guarnecidos por detrás de la divisoria central, aunque en ocasiones adelantaban líneas para asfixiar la salida rival. A los veinte minutos de juego, el Stoke cometió dos errores imperdonables en un achique. Whitehead se olvidó por un momento de Parker, quien filtró un pase a Lennon. Una falta de entendimiento entre Begovic y Shotton sirvió en bandeja el gol a Dempsey cuando peor lo estaba pasando el Tottenham. Pese al gol, el Stoke, siempre generoso en el trabajo colectivo, no se descompuso y el partido continuó igual de duro y embarrancado, lleno de minas para los Spurs, a los que les costaba avanzar como si estuvieran en las Ardenas. Pocas ocasiones ofrecía el partido y en una de ellas Dawson estuvo a punto de emular el inicial tanto de Nzonzi. Gareth Bale tampoco anduvo lejos en un disparo que atajó el siempre sobrio Begovic. Con una peligrosa internada de Charlie Adam terminó el primer tiempo.
Y nada más empezar el segundo, el escocés volvió a ser el protagonista. Contaba ya Adam con una amarilla y cuando Vertonghen progresaba por su banda, el ex del Liverpool tuvo la feliz ocurrencia de derribarle por detrás. La expulsión fue tan clara que ni siquiera tuvo ánimos para protestar. La cuesta arriba se le hacía un poco más suave al Tottenham, que sin embargo tuvo que sudar y sudar para llevarse la victoria, llegando con cuentagotas las ocasiones para los londinenses. El ejercicio de solidaridad y la multiplicación de esfuerzos para suplir las carencias técnicas y la expulsión de Adam del Stoke resultaban encomiables, aunque no acabaría por servir de mucho.
Gareth Bale pudo anotar el segundo de los Spurs a falta de quince minutos tras un fabuloso reverso dentro del área, pero el Tottenham no encontraba ninguna vía de agua. Por si fuera poco, en otra falta lateral Huth cabeceó alto por muy poco. Acostumbrados como están a la carrera y a su juego vertiginoso, los Spurs sufren en estático, más aún ante un muro como el que presentó el Stoke en torno a su área. Y por si fuera poco, sin Sigurdsson ni Holtby, solo Parker, sustituido por Dembelé, tenía la clarividencia suficiente como dibujar algún pase que rompiera líneas enemigas. Pero el repertorio de Gareth Bale cada vez es más amplio. Cuando los hinchas Spurs pedían a gritos a Sigurdsson, Bale se disfrazó del habilidoso mediapunta islandés y habilitó a Dempsey dentro del área, quien asistió a Adebayor a puerta vacía para el gol de la victoria. Gol y asistencia del texano, clave en la victoria.
Para amarrar los tres puntos, al Tottenham ya solo le bastó con acumular posesión y esperar el pitido final, aunque en los estertores del duelo Wilson volteó el corazón de los aficionados Spurs, en un cabezazo picado que se marchó alto por centímetros. Con la tercera plaza adjudicada al Chelsea, los Spurs no ceden y esperan el tropiezo del Arsenal para el cuarto cupo de Champions League. Tras una temporada que quizá se les esté haciendo algo larga, los de Villas Boas tendrán puestas sus miras en lo que puedan hacer Wigan y Newcastle. Pese a la derrota, el milagro de Pulis en Stoke sigue vivo y el año que viene volverán a codearse en la Premier League. Un logro que, vistas sus rudimentarias armas, no es pequeño.