El partido de replay frente al Birmingham en FA Cup ha supuesto para el Chelsea un respiro tras la tormenta generada por el despido de André Villas-Boas. El equipo londinense incluso logró mantener su portería a cero, aunque es cierto que no sufrió en exceso para hacerlo.

 

El partido fue mediocre y no hará mucho por reforzar la candidatura del técnico interino, Roberto di Matteo, de cara a un eventual nombramiento hasta final de temporada.

 

El Birmingham, sumido en una crisis de resultados en el Championship, no alineó a sus mejores hombres. Tampoco lo hizo el Chelsea, que dejó a Frank Lampard, Didier Drogba y Michael Essien en el banquillo, junto al recuperado John Terry.

 

Como exjugador del Chelsea, Roberto di Matteo gozó del cariño y el afecto instintivos que le faltó a Villas-Boas, un extraño en Stamford Bridge. Aún así, los aficionados visitantes dedicaron más tiempo a vetar candidatos que a apoyar a Di Matteo. En concreto, Rafael Benítez fue el blanco de las críticas.

 

Aunque carente de brillo, el Chelsea estará satisfecho con la victoria. Al fin y al cabo, el equipo solo ha logrado cinco victorias a domicilio esta temporada en la Premier League.

 

El partido fue tan malo que un cabezazo de Zigic rechazado por Petr Cech a los 39 minutos fue uno de los grandes momentos de la noche. Primó el esfuerzo y el sudor por encima de la imaginación y la creatividad durante toda la noche. Por ambos bandos.

 

La segunda parte no fue mucho mejor que la primra pero al menos deparó dos goles. A los 54 minutos, Ramires centró desde la derecha y el disparo de Salomon Kalou fue rechazado por la defensa, pero el rebote le cayó a Mata, que marcó el primer gol de la noche. A la hora de juego, Raul Meireles puso el definitivo 0-2 con un excelente disparo desde fuera del área.

 

Mata pudo marcar el tercero de penalti poco después pero Colin Doyle detuvo su lanzamiento, después de que Guirane N’Daw hubiera derribado claramente a Torres. No importó. El partido estaba más que resuelto.