Premier League
Chelsea | 2 |
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Arsenal | 0 |
Ficha técnica |
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2 – Chelsea: Begovic, Ivanovic, Zouma, Cahill, Azpilicueta, Fàbregas (Mikel, 92), Matic, Pedro, Oscar (Ramires, 9), Hazard. Diego Costa (Remy, 82). |
0 – Arsenal: Cech, Bellerín, Gabriel, Koscielny, Monreal, Coquelin (Chambers, 45), Cazorla, Ramsey, Özil (Giroud, 75), Sánchez (Oxlade-Chamberlain, 75), Walcott. |
Goles: 1-0, m.53: Zouma. 2-0, m.90: Hazard. |
Arrobas de talento pisaban el césped de Stamford Bridge en un partido que no fue ni mucho menos de quilates, sino de estraperlo y en el que el fútbol subterráneo de unos y otros pronto socavó las asociaciones ofensivas. El Chelsea comenzó con dos líneas macizas de ocho jugadores (cuatro cada una) en diez metros por detrás del balón desde la frontal ante la que el Arsenal, pese a la inventiva de Santi Cazorla y la gran movilidad de Theo Walcott, se estrellaba una y otra vez.
Empantanado y con un Kurt Zouma imponente, el duelo no tenía picante alguno. Cansado del escaso protagonismo de su equipo, Cesc Fábregas se animó a la posición de regista para levantar a los Blues, contabilizando un disparo de Diego Costa como su primera tentativa. Pero la línea de trincheras no se fracturaba, aunque a la media hora Pedro se quedó a centímetros de embolsar un mortal envío del mismo Fábregas. Cazorla intentaba mover a los suyos, pero en el barro fenecían constantemente Alexis Sánchez y Aaron Ramsey, con un fantasmal Mesut Özil mediante. En los barracones comenzaría a dirimirse la trastienda. Solo Pedro y Diego Costa en un par de disparos alteraban su encefalograma plano.
El partido bordeaba, insulso, el descanso, cuando Diego Costa soltó dos manotazos a Laurent Koscielny que bien hubieran valido su expulsión. Novato y juvenil en lides barriobajeras, Gabriel Paulista optó por involucrarse y vio la amarilla junto al delantero Blue, consumado especialista en sacar la bolsa o la vida. Citándose para el vestuario, el central Gunner mordió el anzuelo del ariete de Lagarto y le coceó. Mike Dean se percató y dejó al Arsenal con diez y herido de muerte, mientras Diego Costa se relamía: objetivo cumplido.
En la reanudación y con un Arsenal desmadejado, al Chelsea no le costaría demasiado batir a Petr Cech, que regresaba a la que fue su casa durante años. Fábregas lanzó una falta frontal y Kurt Zouma, libre de marca, anotó el primero del derbi londinense, consolidando su gran actuación. Los de Mourinho se enseñorearon por completo del partido y comenzaron a navegar a placer por la línea de tres cuartos cañonera, con opciones para avanzarse aún más en el electrónico en disparos desde la frontal, caso de Eden Hazard.
Para los de Highbury-Islington la segunda parte fue una tortura china, aunque pudo empatar en una negligencia de Gary Cahill de la que bien pudo beneficiarse Alexis. Con el paso de los minutos, el Arsenal trató de adecentarse como en un disparo de Theo Walcott, aunque a renglón seguido Hazard volvía a meter el miedo en el cuerpo a los Gunners tras jugada individual y consiguiente remate. Hábil al espacio y desacertado de cara a puerta, Pedro falló todos y cada uno de sus disparos al arco de Cech.
A falta de un cuarto de hora compareció Olivier Giroud y el Arsenal se arrimó al balcón de Asmir Begovic, susurrando versos de guerra. Sin embargo, en un cruce entre Cazorla y Fábregas el asturiano llegó una décima tarde y atropelló al de Arenys de Mar, viendo la segunda amarilla y dejando a los suyos con dos jugadores menos y la yugular abierta. Los minutos siguientes solo mostraron cadenas de pases horizontales y un gol afortunado de Hazard.
Pese a ello, ni contra nueve jugadores pudo mostrar una imagen presentable el Chelsea. Malos síntomas, enjuagados eso sí con tres puntos vitales, para los Blues, que siguen ingresados en planta. Por su parte, el Arsenal cierra una pésima semana tras perder en Zagreb y por enésima vez ante Mourinho, salvada la excepción de la Community Shield. Àrsene Wenger tendrá el argumento de horrible gestión de Mike Dean de la acción decisiva del partido, pero también tendrá mucho trabajo que hacer si desea seguir el rastro del Manchester City, aunque sea de lejos, muy de lejos.