Aunque sabíamos que éste día iba a llegar es posible que no todos estemos preparados para afrontar un par de meses sin Premier League. Para los más indecisos y temblorosos: diez consejos, diez.
Consejo N.º1: su suegra puede ser tan entretenida como un partido del Stoke City
Sentarse en su sillón favorito un sábado por la tarde, mecánicamente, no hará que la Premier League vuelva a ese televisor suyo de incontables pulgadas. Le recomiendo que alargue más sus sobremesas sabatinas. Escuche con atención las absurdas historias de sus hijos adolescentes, muestre interés por las andanzas, las venturas y desventuras de su mujer en la oficina. Ría a mandíbula batiente las historias que le regala al oído su suegra. Recuerde que, no por repetidas hasta la saciedad, las anécdotas de su amada madre política, en cualquiera de sus versiones, pierden un ápice de su encanto. ¡Ría, ría como si le fuese la vida en ello!
Sentarse en su sillón favorito un sábado por la tarde, mecánicamente, no hará que la Premier League vuelva a ese televisor suyo de incontables pulgadas. Le recomiendo que alargue más sus sobremesas sabatinas. Escuche con atención las absurdas historias de sus hijos adolescentes, muestre interés por las andanzas, las venturas y desventuras de su mujer en la oficina. Ría a mandíbula batiente las historias que le regala al oído su suegra. Recuerde que, no por repetidas hasta la saciedad, las anécdotas de su amada madre política, en cualquiera de sus versiones, pierden un ápice de su encanto. ¡Ría, ría como si le fuese la vida en ello!
Consejo N.º2: un centro comercial puede ser tan divertido como un estadio de fútbol
Una tarde en un abarrotado centro comercial puede ser una actividad muy relajante para usted. Disfrute con los cientos de miles de personas que deambulan por los pasillos del recinto, déjese atropellar por los carritos de los niños, entre en todas las tiendas que pueda aunque no tenga intención alguna de comprar nada: en cuantas más mejor. Aguante colas interminables para comprarse y poder degustar un perrito caliente incomible acompañado de un refresco aguado, con todas sus burbujas en busca y captura. Tarde horas en volver a su casa, atrapado en una hilera interminable de coches que se empeñan en salir por el mismo sitio. Disfrute de la tarde del sábado de una manera diferente y agradable.
Una tarde en un abarrotado centro comercial puede ser una actividad muy relajante para usted. Disfrute con los cientos de miles de personas que deambulan por los pasillos del recinto, déjese atropellar por los carritos de los niños, entre en todas las tiendas que pueda aunque no tenga intención alguna de comprar nada: en cuantas más mejor. Aguante colas interminables para comprarse y poder degustar un perrito caliente incomible acompañado de un refresco aguado, con todas sus burbujas en busca y captura. Tarde horas en volver a su casa, atrapado en una hilera interminable de coches que se empeñan en salir por el mismo sitio. Disfrute de la tarde del sábado de una manera diferente y agradable.
Consejo N.º3: las tareas del hogar pueden ser tan relajantes como una goleada en casa
Participe en las tareas de la casa, si ha conseguido llegar a ella a una hora prudente tras su estancia comercial. Descubra lo relajante que para usted puede resultar elaborar el menú de la cena, aunando criterios sobre su contenido con su adolescente progenie, siempre dispuestos a acatar sus propuestas o rebatirlas, en su caso, con infinidad de argumentos de indudable peso y razón. Disfrute salpicándose hasta las cejas de aceite hirviendo que salta de la sartén de los fritos, bata huevos con energía, corte el pan, ponga la mesa, plato llano, hondo encima, la cuchara a la derecha, el tenedor a la izquierda, los cuchillos volando, su suegro dormitando. ¿Se puede ser más feliz?
Participe en las tareas de la casa, si ha conseguido llegar a ella a una hora prudente tras su estancia comercial. Descubra lo relajante que para usted puede resultar elaborar el menú de la cena, aunando criterios sobre su contenido con su adolescente progenie, siempre dispuestos a acatar sus propuestas o rebatirlas, en su caso, con infinidad de argumentos de indudable peso y razón. Disfrute salpicándose hasta las cejas de aceite hirviendo que salta de la sartén de los fritos, bata huevos con energía, corte el pan, ponga la mesa, plato llano, hondo encima, la cuchara a la derecha, el tenedor a la izquierda, los cuchillos volando, su suegro dormitando. ¿Se puede ser más feliz?
Consejo N.º4: no abandone el terreno de juego inmediatamente después del encuentro
No se vaya a la cama justo después de cenar, recoger la mesa, fregar los cacharros, barrer la cocina y untarse la cara con crema para las quemaduras infringidas por el aceite hirviendo: no es recomendable. Siéntese en el salón con su familia, o con lo que queda de ella, teniendo en cuenta que sus hijos adolescentes ya se encontrarán encerrados en sus habitaciones tras engullir los manjares que tanto esfuerzo le ha costado componer dejándole en la mesa con la palabra en la boca. Una buena película de cine español “sesentino” o un programa televisivo sobre las apasionantes vidas de los más glamurosos, en compañía de su esposa y familia política puede resultar una buena actividad para antes del inicio de un sueño reparador. Se lo ha ganado.
No se vaya a la cama justo después de cenar, recoger la mesa, fregar los cacharros, barrer la cocina y untarse la cara con crema para las quemaduras infringidas por el aceite hirviendo: no es recomendable. Siéntese en el salón con su familia, o con lo que queda de ella, teniendo en cuenta que sus hijos adolescentes ya se encontrarán encerrados en sus habitaciones tras engullir los manjares que tanto esfuerzo le ha costado componer dejándole en la mesa con la palabra en la boca. Una buena película de cine español “sesentino” o un programa televisivo sobre las apasionantes vidas de los más glamurosos, en compañía de su esposa y familia política puede resultar una buena actividad para antes del inicio de un sueño reparador. Se lo ha ganado.
Consejo N.º5: manténgase en forma para la nueva temporada
No salte de la cama, al clarear el día, como un poseso en busca de su periódico deportivo favorito. No lo haga. En su defecto descubra lo tonificante que puede resultar para su cerebro una sesión de carrera continua bajo la pertinaz lluvia que azota su localidad. Procure que el recorrido de su atlético trote pase o finalice por una pastelería, panadería, horno tradicional o similar con el fin de hacerse con unos exquisitos complementos de bollería que añadir al opíparo desayuno que preparará cuando arribe a casa con el único fin de agasajar a su familia y, más concretamente, a esos hijos suyos que cuando usted arribó ya estaban despiertos, vestidos, con los zapatos puestos y con los ojitos tiernos, casi cerrados y algo rojos debido, sin duda, a la emoción que les proporciona su gesto.
No salte de la cama, al clarear el día, como un poseso en busca de su periódico deportivo favorito. No lo haga. En su defecto descubra lo tonificante que puede resultar para su cerebro una sesión de carrera continua bajo la pertinaz lluvia que azota su localidad. Procure que el recorrido de su atlético trote pase o finalice por una pastelería, panadería, horno tradicional o similar con el fin de hacerse con unos exquisitos complementos de bollería que añadir al opíparo desayuno que preparará cuando arribe a casa con el único fin de agasajar a su familia y, más concretamente, a esos hijos suyos que cuando usted arribó ya estaban despiertos, vestidos, con los zapatos puestos y con los ojitos tiernos, casi cerrados y algo rojos debido, sin duda, a la emoción que les proporciona su gesto.
Consejo N.º6: emule a sus héroes
Es posible que, llegado a éste punto, haya decidido que su vida no tiene sentido y que tirarse a las vías del tren, coincidiendo con el paso por ellas del cercanías de Cercedilla de las 11:15, sea una buena solución para acabar con tanto suplicio. ¡ERROR! Alivie sus penas, corra al armario de su habitación y enfúndese esa camiseta de fútbol, que ya no quiere entrar en su cuerpo, con la que usted fue delantero pichichi en las fiestas patronales del pueblo de su señora esposa, conquistando así su corazón, y que guarda como oro en paño, testigo mudo de sus gestas deportivas. Salga a un descampado, saque un corner, remátelo usted mismo y deténgalo tras soberbia estirada. Lance, con milimetrada precisión sobre sí mismo, el contraataque, llegue al área contraria y simule un penalti. Láncelo al hiperespacio, como hacen sus héroes. Levante los brazos: ¡escuche a la grada enfervorizada corear su nombre!
Es posible que, llegado a éste punto, haya decidido que su vida no tiene sentido y que tirarse a las vías del tren, coincidiendo con el paso por ellas del cercanías de Cercedilla de las 11:15, sea una buena solución para acabar con tanto suplicio. ¡ERROR! Alivie sus penas, corra al armario de su habitación y enfúndese esa camiseta de fútbol, que ya no quiere entrar en su cuerpo, con la que usted fue delantero pichichi en las fiestas patronales del pueblo de su señora esposa, conquistando así su corazón, y que guarda como oro en paño, testigo mudo de sus gestas deportivas. Salga a un descampado, saque un corner, remátelo usted mismo y deténgalo tras soberbia estirada. Lance, con milimetrada precisión sobre sí mismo, el contraataque, llegue al área contraria y simule un penalti. Láncelo al hiperespacio, como hacen sus héroes. Levante los brazos: ¡escuche a la grada enfervorizada corear su nombre!
Consejo N.º7: su suegra y el Stoke, segunda parte
Su minuto de gloria ha finalizado. Ya en casa, sereno. Recuerde que sentarse en su sillón favorito un domingo por la tarde, mecánicamente, no hará que la Premier League vuelva a ese televisor suyo de incontables pulgadas. Le recomiendo que alargue más sus sobremesas dominicales. Escuche con atención las absurdas historias de sus hijos adolescentes, muestre interés por las andanzas, las venturas y desventuras de su mujer en la oficina. Ría a mandíbula batiente las historias que le regala al oído su suegra. Recuerde que, no por repetidas hasta la saciedad, las anécdotas de su amada madre política, en cualquiera de sus versiones, pierden un ápice de su encanto. ¡Ría, ría como si le fuese la vida en ello!
Su minuto de gloria ha finalizado. Ya en casa, sereno. Recuerde que sentarse en su sillón favorito un domingo por la tarde, mecánicamente, no hará que la Premier League vuelva a ese televisor suyo de incontables pulgadas. Le recomiendo que alargue más sus sobremesas dominicales. Escuche con atención las absurdas historias de sus hijos adolescentes, muestre interés por las andanzas, las venturas y desventuras de su mujer en la oficina. Ría a mandíbula batiente las historias que le regala al oído su suegra. Recuerde que, no por repetidas hasta la saciedad, las anécdotas de su amada madre política, en cualquiera de sus versiones, pierden un ápice de su encanto. ¡Ría, ría como si le fuese la vida en ello!
Consejo N.º8: evite caer en la tentación
Ya se ha dado cuenta, cuando se ha visto nuevamente alargando sobremesas, de que su vida es un absurdo, un círculo cerrado, esa pescadilla que se está mordiendo la cola todo el día, ese círculo concéntrico…no aguanta más. Se levanta de la mesa dominical, dando tumbos, impreciso; agarra el mando a distancia, tembloroso: el sudor arrolla por su frente, las cejas no dan abasto conteniendo, cae sobre sus ojos. Está a punto de sucumbir y caer en las garras de la Liga BBVA: ha llegado un punto en el que cualquier cosa le vale….¡NO LO HAGA!. Una buena película de cine español “sesentino” o un programa televisivo sobre las apasionantes vidas de los más glamurosos, en compañía de su esposa y familia política puede resultar una buena actividad para solventar con éxito una anodina tarde de domingo. Sigue sudando, esta situación le suena de algo: ¿ya la habrá vivido con anterioridad?
Ya se ha dado cuenta, cuando se ha visto nuevamente alargando sobremesas, de que su vida es un absurdo, un círculo cerrado, esa pescadilla que se está mordiendo la cola todo el día, ese círculo concéntrico…no aguanta más. Se levanta de la mesa dominical, dando tumbos, impreciso; agarra el mando a distancia, tembloroso: el sudor arrolla por su frente, las cejas no dan abasto conteniendo, cae sobre sus ojos. Está a punto de sucumbir y caer en las garras de la Liga BBVA: ha llegado un punto en el que cualquier cosa le vale….¡NO LO HAGA!. Una buena película de cine español “sesentino” o un programa televisivo sobre las apasionantes vidas de los más glamurosos, en compañía de su esposa y familia política puede resultar una buena actividad para solventar con éxito una anodina tarde de domingo. Sigue sudando, esta situación le suena de algo: ¿ya la habrá vivido con anterioridad?
Consejo N.º9: felicidades, superó otro fin de semana
Logra, a duras penas, llegar a su dormitorio. ¡HA ESTADO A PUNTO DE SUCUMBIR A LA LIGA BBVA! Mientras se pone el pijama oficial de su equipo del alma, ese que consiguió a base de cupones que le ofrecía su periódico deportivo de cabecera, ese que le salió más caro obteniéndolo de esa manera que si lo hubiera comprado en la Quinta Avenida de New York, como le recuerda su esposa cada vez que se lo ve puesto, piensa que mañana es lunes y que ha sobrevivido con éxito a otro fin de semana más sin Premier. Flaqueó: es consciente de ello: pero allí está, sentado en la cama, pijama a precio de Dior, zapatillas a juego. Sonrie: es la primera vez. Besa con pasión la lista de consejos que aconsejamos imprimir: ¡ahí tienen el consejo los que ya iban a protestar!
Logra, a duras penas, llegar a su dormitorio. ¡HA ESTADO A PUNTO DE SUCUMBIR A LA LIGA BBVA! Mientras se pone el pijama oficial de su equipo del alma, ese que consiguió a base de cupones que le ofrecía su periódico deportivo de cabecera, ese que le salió más caro obteniéndolo de esa manera que si lo hubiera comprado en la Quinta Avenida de New York, como le recuerda su esposa cada vez que se lo ve puesto, piensa que mañana es lunes y que ha sobrevivido con éxito a otro fin de semana más sin Premier. Flaqueó: es consciente de ello: pero allí está, sentado en la cama, pijama a precio de Dior, zapatillas a juego. Sonrie: es la primera vez. Besa con pasión la lista de consejos que aconsejamos imprimir: ¡ahí tienen el consejo los que ya iban a protestar!
Consejo N.º10: aproveche el descanso
Estos nueve consejos anteriores se resumen en unos solo: ha descubierto que usted es fuerte. ASÚMALO. Disfrute del exiguo descanso estival que su convenio colectivo correspondiente le ofrece. Goce de las largas caravanas que le conducirán, más tarde que temprano, a ese camping abarrotado de niños salvajes, tortilla de patata y filetes empanados de Tupperware, antesala de un metro cuadrado de playa que tanto le ha costado conquistar y que defenderá con su vida. Y cuando regrese a su hogar, más cansado seguramente que cuando se marchó, se reencontrará de nuevo con su televisor, ese de las pulgadas incontables, dispuesto a proyectarle, una vez más, las imágenes de la mejor liga del mundo.
Ya está usted preparado.
¿Hay mayor felicidad?