Ya desde el principio del partido fue el West Ham el que llevó la manija, aunque la primera ocasión fue para el Aston Villa tras una indecisión defensiva local. Andreas Weimann se plantó solo ante Jussi Jaaskelainen pero su chut se estrelló contra el portero tras su buena salida.

 

A partir de ahí, monólogo Hammer, con una primera intentona clara en el minuto 20 cuando un gran pase de Kevin Nolan habilitó a Matt Jarvis, que sorteó al portero, pero su disparo fue repelido por la zaga visitante bajo palos. Poco después, la picardía de Mark Noble casi adelanta a su equipo, ya que sacó rápidamente una falta mientras la defensa del Aston Villa estaba despistada, el balón llegó a las botas de Jack Collison en la frontal pero este no consiguió ver puerta.

 

El dominio del West Ham era total y absoluto, pero las ocasiones no llegaban, y hasta el minuto 42 no volvió a tener una oportunidad clara el equipo de Sam Allardyce, cuando tras una falta lateral, el despeje de Ciaran Clark se envenenó y acabó marchándose a saque de esquina besando el larguero.

 

En la segunda mitad, el control del esférico siguió en los pies del West Ham pero con la misma tónica, sin ocasiones claras. Es más, la oportunidad más clamorosa del partido la tuvo el Aston Villa. Tras un contraataque rapidísimo, el balón llegó a la banda derecha, donde Matt Lowton centró a la cabeza de Christian Benteke, desaparecido durante todo el choque, y el remate del delantero reventó el larguero defendido por el portero finés. Poco después, eran los Hammers los que contragolpeaban, pero el remate de Nolan se marchó rozando el palo tras una excelente asistencia de Stewart Downing.

 

Y también fue bastante clara la ocasión que tuvo un recién ingresado al verde de Boleyn Ground como Joe Cole, que ganó un balón dividido en la izquierda, pero su chut fue repelido por Guzan. Fue el preludio del asedio final de los Hammers.

 

Los diez últimos minutos fueron un auténtico acoso y derribo del West Ham, que adelantó su defensa al centro del campo y embistió una vez tras otra la bien plantada defensa del Villa. Y pese a todo, la oportunidad más clara durante esos minutos recayó en la bota derecha de Benteke, que cazó un centro tras una contra y tuvo que ser Jaaskelainen con la puntita de los dedos quien que evitara el gol en el último suspiro.

 

Después de esa ocasión, lo siguió intentando el West Ham y ya en el descuento, un balón colgado por Demel le cayó a Joe Cole que controló, disparó pero de nuevo un genial Guzan rechazó el chut.

 

El partido murió con un empate que sabe a gloria a los visitantes, mientras que los de casa se van con la sensación de haber dejado vivo a su contrincante.