Momento decisivo en la Premier League. Entre distracciones por el cuarto puesto, las semifinales de Copa de la Liga y el batacazo de los grandes en la FA Cup nos habíamos olvidado de lo serio. La liga inglesa vivirá un momento trascendental en el partido entre Chelsea y Manchester City. La actual diferencia de cinco puntos puede alargarse a ocho o reducirse a dos. Nadie contempla que prevalezca. El morbo del balompié, oiga.
Se dilucidará si tenemos competición unas semanas más o si la liga quedará sentenciada. Si en los fines de semana previos a las jornadas de Champions League jugarán titulares o suplentes. Si existe la posibilidad de estar simultáneamente pendiente del partido propio y del rival. Si se irá al campo propio con la voracidad de puntos para competir o por mero divertimento.
Si gana el Chelsea, se acabó el espectáculo. Y es lo más probable. Primero, sus partidos se cuentan por victorias en Stamford Bridge, diez. Segundo, para los amantes de los números, los Blues llevan 11 victorias en los últimos 16 partidos frente a los Sky Blues en The Bridge (sólo una derrota). Y tercero, el momento de forma y la plantilla acentúan aún más el favoritismo de José Mourinho y su séquito.
Y eso que los Blues llegarán al duelo muy mermados tras el accidentado duelo ante el Liverpool del martes en semifinales de Copa de la Liga. Diego Costa, máximo goleador en liga, no podrá estar presente tras ser sancionado con tres partidos por la FA tras su pisotón a Emre Can. Son duda por lesión otros tres jugadores: Branislav Ivanovic, Cesc Fàbregas y Filipe Luis. El que tiene más posibilidades de jugar es el primero. La ausencia de Fàbregas podría suponer un grave contratiempo para Mourinho, que se ha negado a dar la protocolaria y obligatoria rueda de prensa prepartido como forma de protesta contra la FA.
El empate le vale a los Blues. El calendario para el Chelsea es mucho más asequible que para el City. Los Blues sólo tienen que visitar Boleyn Ground y el Emirates. A Manuel Pellegrini le queda viajar a Anfield Road, Old Trafford o White Hart Lane entre otros. Complicado.
Pero queda el lado más romántico. El que todo aficionado foráneo desea. Una victoria del City. Que permitiría la guerra. La emoción. El argumento para creer se llama Sergio Agüero ante la baja de Yaya Touré (y el reciente e innecesario fichaje Wilfred Bony) por la Copa África. No hay duda que el juego del equipo de Manchester ha sido muy irregular a lo largo de lo que va de temporada. En cambio, sí han respondido en momentos críticos. La clasificación para los octavos de Champions League cuando todo parecía perdido o la remontada de varios puntos allá por el medio otoño dejan resquicios para creer. Pase lo que pase, a Pellegrini seguirán sin salirle las cuentas.
Entre todas esas conspiraciones y posibilidades vuelve Frank Lampard a Stamford Bridge. Parece que la afición de Londres le recibirá con honores. Merecido, sin duda. Habrá un espacio para la ternura y el amor entre tanta calidad futbolística y trascendencia del partido.
Mientras, se intenta cerrar la llegada de Juan Cuadrado y las salidas de André Schürrle y Mohamed Salah a contrarreloj para que el primero pueda entrar en la convocatoria. Partido grande de Premier. En el que si no queda todo decidido, estará todo por decidir.
