Premier League
Manchester Utd. | 2 |
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Arsenal | 1 |
Ficha técnica |
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2 – Manchester United: De Gea; Evra, Evans, Ferdinand, Rafael; Carrick, Cleverley (Anderson, 60), Valencia (Nani, 81), Young, Rooney; Van Persie. |
1 – Arsenal: Mannonne; André Santos, Vermaelen, Mertesacker, Sagna; Arteta, Wilshere, Ramsey (Walcott, 51), Podolski (Arshavin, 81), Cazorla; Giroud. |
Goles: 1-0, m.2: Van Persie. 2-0, m.66: Evra. 2-1, m.90+4: Cazorla. |
Todo lo que abunda en el Manchester United escasea en el Arsenal, incluidos los goles de Van Persie. Mientras los de Ferguson avanzan merced a su dominio de las áreas, los gunners se enmarañan dentro de su desesperante horizontalidad. Así de simple. Al partido de la jornada llegaban ambos tras sus orgías goleadoras coperas y el resultado final no pudo ser más indicativo de sus respectivos estados. Ferguson volvía a meter a Rooney de mediapunta y Wenger continuaba apostando por Ramsey en el extremo derecho, relegando de nuevo a Walcott al banco.
Bien sabido que con muy poco al Manchester United le vale para golpear duro. Su ideario es sencillo, pero exige estar atento, especialista en aprovechar cualquier resquicio. Podolski se despistó durante unos segundos y no fijó la marca de Rafael. El brasileño se benefició de una primorosa pared tirada por Valencia y el desdoble acabó en un centro raso a los pies de Vermaelen, quien la pifió y la cedió inocentemente a Robin Van Persie, como si aún continuaran compartiendo vestuario. El holandés no perdonó y embocó. El belga, irreconocible, jugó uno de sus peores partidos. No se habían disputado ni tres minutos. Demasiados errores. Infinitos si enfrente están los red devils.
El guión cambió por completo y el United replegó algunos metros, concediendo parte de la iniciativa al Arsenal. Sin embargo, no acabaron por encontrarse cómodos los gunners. Jack WIlshere es un diamante, pero aún en bruto. Ayer pareció precipitado y demasiado lejos de Arteta, casi paralelo a Cazorla, lo cual obligaba a un desgaste extra al donostiarra, encargado de contener a Rooney. Santi Cazorla, que lleva un mes más bajo de lo habitual, no acababa de entrar y Ramsey permanecía exiliado en la banda. En muchas ocasiones, faltos de un mediocentro que ejerciera de tercer central, el Arsenal ni siquiera podía salir jugando desde atrás. Trataban de combinar los de Wenger, pero sin malicia ni verticalidad, contando con apenas un acercamiento peligroso en las botas de Ramsey.
El duelo para los locales no podía ser más cómodo, viendo como los gunners se estrellaban como frágiles olas ante sus muros, formados por el triángulo Carrick-Evans-Ferdinand, conscientes además de que a poco que agitasen el árbol, caerían las manzanas. Cerca anduvieron Van Persie y Wayne Rooney a bocajarro, espléndido ayer en su nuevo rol. El de Croxteth es el nuevo arma secreta de Sir Alex, entrando por allí y por aquí, por banda y por el centro, asistiendo y llegando, presionando a Arteta. Su único lunar, el penalti que falló en el linde del descanso, tras unas manos claras de Cazorla. Un fallo que no emborrona su enorme partido.
Tras el descanso, las marcas en el centro del United se desajustaron un tanto, permitiendo un dominio más efectivo del Arsenal. Rondaban con algo más peligro los londinenses el área de De Gea, si es que peligro se puede llamar a atacar sin tirar a puerta. A falta de media hora para el final y ya con Walcott en el césped, el Arsenal aún no había chutado a puerta. A los red devils solo les faltaba proceder con el descabello de su rival y llegaría en un córner, en la cabeza de Evra dentro de la frontal del área pequeña. Rodeado por Vermaelen, Mertesacker y Giroud, para elevar al cuadrado el despropósito visitante. Los gunners terminarían por suicidarse en una entrada de Wilshere, que le costó su segunda amarilla. Al joven centrocampista inglés el físico aún no le responde para desarrollar todo el fútbol que lleva dentro, que es mucho. Su impaciencia y precipitación, tampoco.
El duelo quedaba visto para sentencia. Solo quedaban detalles, como la búsqueda del tercer gol local, en los pies de Rooney o Van Persie, como si quisiera ensañarse. Al menos, los últimos quince minutos de tortura para el Arsenal le permitieron tirar por primera vez al arco de De Gea. Ya a falta de segundos para el final, Santi Cazorla la puso en la escuadra desde la frontal para maquillar el resultado.
La victoria local señala en rojo las virtudes y defectos de unos y otros. El United permanece en la cabecera de la Premier, gracias a ese oficio, esa intensidad y ese manual de instrucciones a veces simplón pero que casi siempre le permite responder con fiabilidad a cualquier trance. El Arsenal puso de relieve los problemas que viene mostrando desde el inicio de temporada, principalmente ligados a una falta de verticalidad y por ende de gol que resulta devastadora. Lo peor de todo es que el problema no solamente se llama Robin Van Persie, sino que va mucho más allá.