Tal vez este encuentro haya dilapidado las opciones del Arsenal de clasificarse para la próxima Champions League pero los espectadores neutrales han podido disfrutar de un encuentro trepidante con emoción a raudales. El Arsenal lleva cuatro partidos sin ganar y ha dejado escapar nueve de los últimos 12 puntos. Si Tottenham y Newcastle ganan este domingo, el Arsenal caerá a la quinta plaza.

 

El Norwich fue un rival durísimo. A pesar de que el Arsenal remontó el 1-2, Steve Morison acabó empatando a falta de cinco minutos. Un resultado que Wenger no se atrevió a calificar. «Tenemos que esperar a los resultados de mañana», dijo.

 

Y eso que las cosas no pudieron comenzar mejor para los locales, ya que Yossi Benayoun marcó un golazo a los dos minutos. El israelí disparó con rosca desde la esquina del área y envió el balón a la escuadra de John Ruddy.

 

El Norwich respondió con determinación y una buena dosis de creatividad. Wes Hoolahan empató tras rematar un centro de Naughton, aunque contó con la colaboración inestimable de Wojciech Szczesny, que no reaccionó a tiempo. El partido del polaco fue sorprendentemente malo en comparación con su excelente temporada.

 

Los «canaries» se adelantaron a mediados de la primera parte. Thomas Vermaelen avanzó su posición y dejó a su equipo en inferioridad atrás. Esto permitió a Hoolahan enviar un pase hacia Grant Holt, cuyo disparo fue desviado por Kieran Gibbs y pasó por encima de Szczesny.

 

Wenger tiró su botella de agua al suelo y eso que todavía faltaba por llegar lo peor. Bacary Sagna tuvo que abandonar el campo en camilla tras romperse la pierna, lo cual le dejará fuera de la Eurocopa de este verano.

 

El Arsenal sufrió. Careció de fluidez, concentración y notó la presión de estar obligado a ganar. Por momentos, los «gunners» perdieron los papeles. Benayoun propinó una patada a Simon Lappin, luego Alex Song se enganchó con Holt y Aaron Ramsey estuvo cerca de ver la segunda amarilla tras una entrada a destiempo.

 

El Norwich se quejó amargamente de un claro penalti no señalado cometido por Laurent Koscielny, que agarró a Russell Martin de la camiseta. Habría sido el 1-3 que habría hecho justicia a lo visto en la primera parte.

 

El decorado cambió drásticamente en la reanudación. Y lo hizo gracias a Robin van Persie, como cabía esperar. Alex Song asistió al holandés en el empate a dos. Fue su gol 36 de la temporada. El 37 estaba por llegar.

 

El balón circuló desde Gervinho hasta Tomas Rosicky, a través de Alex Oxlade-Chamberlain, y de repente Van Persie se encontró frente al fantástico Ruddy, que no pudo evitar el gol.

 

El encuentro parecía visto para sentencia. Nada más lejos de la realidad. El sustituto Morison se encontró solo frente a Szczesny, que dudó si salir o quedarse bajo palos. El galés respondió a su vacilación enviando el balón a la escuadra. Wenger estaba enfurecido con el gol: «Cometimos cinco o seis errores en la misma jugada».

 

Van Persie todavía tuvo otra ocasión, pero Ruddy evitó el gol con el pie. Luego Oxlade-Chamberlain se internó solo por la derecha y centró para Van Persie, que fue derribado por Naughton. El colegiado Anthony Taylor no concedió penalti.

 

Ruddy y sus compañeros resistieron todas las acometidas del Arsenal. «Ha sido fantástico», dijo Lambert. «Nunca creí que superaríamos nuestro partido contra los Spurs, pero lo hemos hecho. Estoy orgulloso del equipo».