Ander Iturralde

El Brighton acaba fundido en la ciudad del acero

Llegaba como el favorito. Tras perder su oportunidad de ascender directamente el pasado fin de semana en Middlesbrough, el Brighton visitaba Sheffield, conocida como la «ciudad del acero» por su gran industria metalurgica, para enfrentarse al Wednesday en la ida de la semifinal del play-off de ascenso a Premier League. Los visitantes empezaron con fuerza pero se rompieron físicamente y los locales maximizaron su oportunidad.

 

Championship

Sheff Wednesday 2
Brighton 0
Ficha técnica
2 – Sheffield Wednesday: Westwood, Hunt, Lees, Loovens, Pudil, Wallace (Matias, 68), Lee, López (Nuhiu, 63), Bannan, Forestieri, Hooper (Lucas João, 83).
0 – Brighton & Hove Albion: Stockdale, Bruno, Goldson (Rosenior, 40), Greer, Bong, Knockaert, Sidwell (Towell, 50), Kayal, Skalak, Baldock, Hemed (Wilson, 39).
Goles: 1-0, m.45: Wallace. 2-0, m.73: Lee.
A pesar de llegar envueltos en dinámicas opuestas a este partido, ya que el Brighton se empleó a fondo en Middlesbrough mientras que el Wednesday salió con el equipo suplente en Wolverhampton, hubo una gran igualdad desde el arranque la contienda. Ambos querían la victoria y no se andaron con contemplaciones. Fue un ida y vuelta más o menos constante creando suficiente peligro ambos ataques como para que la balanza se inclinase hacia cualquiera de los dos lados.
 
El Brighton lo hizo sobre todo por los costados, preferiblemente el derecho, donde la sociedad formada por el lateral Bruno Saltor y el extremo Anthony Knockaert estaba causando a estragos para el lateral rival, el checo Daniel Pudil, que estaba requiriendo de la ayuda de Barry Bannan para contenerles. Consiguieron frenarles lo suficiente. En la otra mitad, los ataques estaban frecuentando bastante los carriles centrales, con el mencionado Bannan desde el interior izquierdo junto a Fernando Forestieri desde la mediapunta o Ross Wallace a pie cambiado en la posición de extremo derecho.
 
Finalmente los que dieron en la diana fueron los locales… o al menos eso creían. Aquí yació la primera gran polémica. El portero Kieran Westwood mandó un balón largo que llegó directamente a un Forestieri en fuera de juego. El gol inicialmente pareció darse por válido, pues antes de llegar al argentino dio la sensación de que el esférico había rozado en su compañero Gary Hooper. El línier sin embargo lo terminó anulando. El gran problema fue que éste lo señaló llevando los del Wednesday un buen rato celebrando. Tras consultarlo con el árbitro dirimieron que Hooper no había tocado y que por tanto era ilegal. La furia estalló entre jugadores, cuerpo técnico y afición local. El partido prosiguió, empezando el Wednesday a ser algo más protagonista.
 
Y entonces el Brighton comenzó a fundirse. En espacio de unos seis minutos el ariete Tomer Hemed y el central Connor Goldson notaron problemas musculares que les iban a hacer imposible continuar disputando el partido. Chris Hughton tuvo que efectuar una doble sustitución. Entró el delantero (cedido por el Mancehster United) James Wilson por el primero y el lateral diestro Liam Rosenior por el segundo. El Wednesday tomó algo de inercia y dio con el gol. Esta vez sí. Tras un pase de Hooper, Ross Wallace se lo guisó y se lo comió marcando un golazo sensacional desde fuera del área con su zurda. Un golpe de autoridad.
 
Quizás fuera esto lo que les aturdió pero lo cierto es que el Brighton salió al campo para disputar la segunda parte algo adormecido. Estaban camino de quedar completamente fundidos. La temporada se les estaba viniendo encima mientras que el Wednesday estaba pletórico. Movían el balón a su antojo sabiendo que tenían la sartén por el mango. Todo esto se acentuó de manera exponencial. Primero en el minuto 49, cuando las «gaviotas» se vieron obligadas a agotar su tercer cambio ante las molestias que estaba padeciendo Steve Sidwell en su rodilla. Se fue y entró el canterano Richie Towell. Pero la gota que colmó el vaso se produjo apenas unos minutos después: Knockaert caía lesionado tras torcerse el tobillo. Tuvo que marcharse lesionado en camilla y el Brighton tenía que resistir con tan sólo 10 jugadores sobre el campo la media hora que quedaba.
 
El Wednesday asumió el control total. Echaron más leña al fuego sustituyendo al medio centro defensivo español Alex López por el delantero austriaco de dos metros de altura Atdhe Nuhiu. El partido era suyo y lo iban exprimir al máximo. Bannan como amo y señor del centro del campo hizo de director de orquesta con básicamente seis futbolistas por delante de él a los que pasarles el balón. En el 72′ llegó el gol de la tranquilidad, el que sellaba la victoria. El interior derecho Kieran Lee se coló entre los defensores rivales y recibió un balón (de Forestieri) que aprovechó para finalizar con precisión quirúrgica y marcar el 2-0. Hillsborough era una fiesta absoluta. El checo Jiri Skalak con su mortífero golpeo de balón fue la única vía de peligro visitante tras la lesión de Knockaert, y con dos disparos (uno antes del 2-0 y el otro después) pudo cambiar el rumbo de un partido del cual la mejor noticia para el Brighton es haber recibido sólo dos goles, un resultado que si bien complicado no es imposible de remontar.
 

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Ander Iturralde