El Stoke City quizá no juegue un fútbol excesivamente elaborado y complejo, pero conoce sus limitaciones y explota sus virtudes como nadie. Y volvió a demostrarlo, una vez más, en la Europa League ante el Besiktas.

 

El encuentro no pudo empezar peor para los «potters», que vieron como un excepcional pase de un ex del Chelsea, Ricardo Quaresma, fue definido a la perfección por el lateral derecho del Besiktas Robert Hilbert. Sin embargo, lejos de achicarse, los locales igualaron el encuentro tan solo dos minutos más tarde en una jugada marca de la casa que ya sufrió el Manchester United en sus carnes. Un córner fue rematado por Peter «la jirafa» Crouch, que contó con la inestimable ayuda del veterano portero turco de 38 años Rustu, ex del Barcelona, que erró en su salida.

 

Desde el gol, el encuentro entró en la fase que más le gusta a los de Tony Pulis. Como de costumbre, regalaron la posesión de balón al rival, pero no por ello renunciaron al dominio del encuentro. De hecho, los locales lograron más ocasiones de gol, aunque bien es cierto que la más clara fue para los turcos, cuando Ricardo Quaresma, el mejor de su equipo, disparó un balón al poste a mediados de la segunda parte.

 

Tan solo unos minutos más tarde del disparo de Quaresma al palo, llegó el gol que culminó la remontada local. Una vez más fue producto de un córner lanzado por Pennant, que entró poco después del inicio de la segunda parte en detrimento de Etherington. El balón buscaba a Crouch, que fue agarrado por detrás por Sivok. El árbitro no dudó en pitar la pena máxima, que fue ejecutada con contundencia por Jonathan Walters que, al igual que Pennant, había entrado al inicio de la segunda parte.

 

La victoria de los «potters» les coloca como líderes del grupo E de la Europa League, una competición que Tony Pulis se está tomando en serio a tenor de sus alineaciones, plagadas de jugadores titulares. Veremos si el esfuerzo europeo no les pasa factura este domingo contra el Swansea.