Hay que remontarse hasta 2003 para encontrar la última vez que los aficionados del Cardiff pudieron salir a las calles de la capital galesa para celebrar algo. Un gol de Andy Campbell permitió al equipo ascender al Championship y dio nacimiento a una nueva era para el club. Por desgracia, desde entonces el club siempre se ha quedado a las puertas del éxito.
Demasiadas veces como para no considerar que el problema radica en la falta de autoconfianza. Se puede pasar por alto la derrota en la final de la FA Cup ante el Portsmouth, que entonces jugaba en la Premier League. Incluso la derrota en la final del play-off de ascenso contra el Blackpool hace 18 meses. Sin embargo, dejaron escapar la oportunidad de clasificarse para los play-off del Championship en la última jornada de la temporada 2008-09, cayeron ante el Reading en la semifinal del play-off del año pasado y hasta en tres ocasiones durante los últimos ocho años han dejado escapar un buen inicio de temporada tras Navidad. El pasado 1 de enero fue la cuarta vez consecutiva que el club inicia en 4ª posición el año. En las tres anteriores, no logró el ascenso.
Nadie espera que el Cardiff venza al Liverpool en la final de la Carling Cup el próximo mes. Sin embargo, algunos signos dejan entrever que las cosas han cambiado en la capital galesa.
Bajo la dirección de Malky Mackay, el Cardiff no solo es más valiente, sino que muestra un coraje digno del mismo Mackay cuando era jugador. Aunque el equipo carece de grandes nombres, colectivamente ha demostrado una capacidad de trabajo y un hambre de éxitos que les sitúan entre los favoritos para el ascenso.
El único fichaje de campanillas fue el del goleador Kenny Miller. Mackay apostó por el escocés, al que repescó del Bursaspor turco y que ha resultado ser todo un acierto. El experimentado Miller se ha adaptado perfectamente en una plantilla formada principalmente por jugadores jóvenes.
El ascenso es el gran objetivo del club. El martes viajan para enfrentarse al Southampton, segundo clasificado. «Ese partido es mucho más importante que la Copa de la Liga», dijo Miller. «La liga es nuestra prioridad y queremos el ascenso».
Un último paralelismo con el acérrimo rival Swansea ofrece esperanzas al Cardiff. Tras tres temporadas bajo las órdenes de Roberto Martínez y una con Paulo Sousa, Brendan Rodgers llegó a los Swans y logró el ascenso a la primera. En verano, Dave Jones abandonó el Cardiff tras seis años y otros tantos intentos fallidos de ascenso. Malky Mackay parece destinado a emular a Rodgers y lograr en un año lo que sus predecesores no lograron. Todavía es pronto, pero la perspectiva de visitar Wembley en febrero y ascender ha generado un sentimiento de euforia en Cardiff que hacía tiempo que no se vivía. Desde 2003.