Los partidos del Chelsea contienen un guión bastante monótono. En función del rival pueden tener mayor control del balón, más lucha y pelea o juego en transición con más pragmatismo. Pero la mayoría tienen el mismo final, victoria de los blues. Su última víctima, la revelación de la Premier League, el West Ham.
Los Blues muestran un juego convincente y sólido. Con muchas virtudes y pocos defectos. Muy fiable ante equipos de calidad relativa o menor a la suya y de garantías para competir ante equipos de capacidad equiparable. Fútbol creativo, de toque corto, combinativo y dinámico. Dicho lo cual, tampoco es apabullante ni arrasador. Siembra ciertas dudas de cara a partidos del más alto nivel. Por ejemplo, ante el PSG, en los octavos de Champions League.
Los Blues son convincentes y sólidos, muestran muchas virtudes y pocos defectos
Aunque el equipo carece de un líder natural, más allá del eterno Terry
El Chelsea tiene un gran potencial como equipo pero esta temporada adolece de un gran líder. De un jugador capaz de resolver los partidos importantes. Un símbolo al que agarrarse en situaciones difíciles. Diego Costa ha sido un gran acierto como fichaje en la punta del ataque pero no tiene la influencia en el juego que tenía en el Atlético de Madrid. Es el colofón ante un sistema de juego colectivo difícil de combatir. Pero el señalado es Eden Hazard.
El belga es un jugador de cualidades extraordinarias. Capaz de poner en pie a los espectadores con sus cabriolas. Pero no hace demasiados goles, no resuelve demasiados partidos. En cierto modo, es la cabeza visible del Chelsea pero está relativamente sobrevalorado.
De todas formas tampoco le echan en falta Jose Mourinho y los suyos hasta el momento. Nueva victoria y nuevamente iniciada por el capitán John Terry. Saque de esquina rematado por Diego Costa en primera instancia y remachado a gol por el central inglés.
El West Ham defendió mucho y compitió poco. Adrián San Miguel se hartó de parar disparos, Mark Noble de completar kilómetros y Enner Valencia de realizar carreras en solitario. Mucho esfuerzo en los hammers y poca productividad. Sam Allardyce y sus secuaces volvieron a la realidad.
En el segundo tiempo el monólogo del Chelsea fue menor. Pero de mayor profundidad y peligro con el cansancio y las inciertas acometidas de los rivales. El segundo gol llevó la firma de Diego Costa tras una gran jugada individual que finalizó cruzando con gran habilidad a la red de Adrián. Partido solventado.
El Chelsea puso el modo ahorro de energía y el West Ham se animó de la mano de Morgan Amalfitano y Diafra Sakho. Un tiro al poste del francés y poco más. Hasta ahí llego la presencia ofensiva de los hammers.
Una vez más el fútbol práctico llevó al Chelsea a sumar tres puntos. Partido sólido y convincente. Nueva semana en lo alto. Mientras, el West Ham aterriza de nuevo a la realidad. Pero, ¿quién no habría firmado estar en puestos de Champions League en el Boxing Day?