Champions League
Ficha técnica |
2 – Barcelona: Víctor Valdés, Gerard Piqué (Dani Alves, 26), Carles Puyol, Francesc Fábregas (Seydou Keita, 74), Javier Mascherano, Xavi, Sergio Busquets, Andrés Iniesta, Isaac Cuenca (Cristian Tello, 67), Alexis Sánchez, Lionel Messi. |
2 – Chelsea: Petr Cech, Ashley Cole, Branislav Ivanovic, Gary Cahill (José Bosingwa, 12), John Terry, Ramires, John Obi Mikel, Raul Meireles, Frank Lampard, Didier Drogba (Fernando Torres, 80), Juan Mata (Salomon Kalou, 58). |
Goles: 1-0, m.35: Busquets. 2-0, m.43: Ramires. 2-1, m.45+1: Ramires. 2-2, m.90+1: Torres. |
Quizás el Chelsea no practique el fútbol más vistoso de Europa. Posiblemente ni siquiera de Inglaterra. O de Londres. Pero esta noche demostró una vez más que existen otras armas para ganar un partido además del pase, la posesión y el control. En este caso, la solidaridad, la defensa, el sacrificio y el espíritu de equipo.
Por si fuera poco, los «blues» vieron cómo su capitán, John Terry, era expulsado en la primera parte. Su estupidez le impedirá jugar la final, donde tampoco estarán Branislav Ivanovic, Raul Meireles y Ramires por sanción. Pero esa ya es otra historia.
Los «blues» sufrieron ocho minutos fatídicos, entre los que marcaron Sergio Busquets y Andrés Iniesta, y Terry fue expulsado por una agresión sobre Alexis Sánchez sin balón. Recuperarse de ese momento fue una hazaña, en la que resultó clave el golazo de Ramires en el tiempo de descuento de la primera parte que ponía por delante en la eliminatoria a los ingleses.
Nada más comenzar la segunda parte, Lionel Messi falló un penalti, luego el Barcelona estrellaría el balón en el poste, le anularían un gol por fuera de juego y, ya en los últimos segundos, Fernando Torres selló un empate inesperado.
En la segunda parte, el Chelsea acampó en su área y se limitó a bascular de lado a lado siguiendo hipnotizado el balón. Además, tuvo que defenderse sin sus dos centrales titulares. Terry se fue expulsado en el 37 y antes Cahill había tenido que abandonar el campo lesionado. Eso obligó a Di Matteo a colocar a Ramires de lateral derecho, Ivanovic y José Bosingwa como centrales y Ashley Cole como el único defensa en su posición natural en el lateral izquierdo. Bosingwa había comenzado como lateral derecho tras la salida de Cahill, desplazando a Ivanovic al centro, pero la expulsión de Terry obligó a la defensa a reestructurarse por segunda vez. Demasiados cambios en un Camp Nou que ha visto 102 goles de su equipo esta temporada. Y eso sin David Villa.
Terry dejó a sus compañeros en la encrucijada cuando llegó por detrás de Alexis, sin provocación aparente, y le golpeó con la rodilla en la parte posterior de la pierna. Dos minutos antes, Isaac Cuenca había cruzado el balón por el área de penalti para que Busquets marcara a puerta vacía. Con 1-0 en contra, Terry sembró dudas (una vez más) sobre su conducta.
Siete minutos después, una combinación entre Alexis y Messi permitió a Iniesta entrar en el área y poner el 2-0. El partido parecía sentenciado.
Y, de repente, un pase de Lampard permitió a Ramires marcar el 2-1 que dio vida al encuentro. Para entonces, el brasileño ya sabía que no podría jugar una hipotética final tras ser amonestado.
Guardiola comenzó el partido con tres defensas y Busquets como único mediocentro puro. Los otros seis jugadores eran atacantes. Los catalanes, al examinar su índice de posesión y la cantidad de ocasiones creadas, no comprendarán cómo es posible que se les haya escapado esta eliminatoria.
Pero se encontraron con un portero inspirado, Petr Cech, y un equipo que se negó a rendirse. El mejor exponente es Didier Drogba, que llegó a ocupar los dos laterales y se dejó la piel en el campo.
El Barça también tiene parte de culpa de su destino. Al igual que en Stamford Bridge, los catalanes carecieron de definición. Incluso Messi erró un penalti nada más comenzar la segunda parte que habría cambiado el curso del encuentro. Su disparo se estrelló en el palo después de que Drogba derribara a Cesc Fábregas.
La noche acabó siendo redonda para el Chelsea, que marcó el tanto del empate en el tiempo añadido a través del jugador menos inesperado. Un balón despejado por la defensa le cayó a Torres, que controló a la perfección, encaró a Valdés, le dribló y marcó. Era el 2-2 que sellaba el acceso a la final. Y no es un detalle menor que el autor fuera Torres, un jugador criticado y objeto constante de burlas que por fin obtuvo su redención. Igual que el Chelsea.