Dos empresas malasias han obtenido el derecho a reconstruir la central de Battersea, tras batir una oferta del Chelsea, que deseaba instalar su nuevo estadio en este lugar emblemático.
El mes pasado, unas 15 empresas presentaron ofertas para comprar esta área, incluyendo el Chelsea, propiedad del ruso Roman Abramovich. El lugar, de 15 hectáreas, se encuentra en la orilla sur del río Támesis, y ha sido objeto de sucesivos intentos de reconstrucción desde hace tres décadas, cuando fue cerrada.
Las compañías malasias han firmado un contrato de exclusividad con Alan Bloom y Alan Hudson de Ernst & Young, los administradores, para adquirir el lugar por 400 millones de libras.
El edificio, la estructura de ladrillo más grande de Europa, y su cuarteto de chimeneas blancas art déco forman parte del paisaje londinense desde hace 80 años.
El lugar fue puesto a la venta después de que un plan de 5.500 millones de libras de la constructora irlandesa Treasury Holdings para construir viviendas, tiendas y oficinas fracasara en diciembre.
Ante este fracaso, el Chelsea tiene dos opciones. La primera, tratar de ampliar Stamford Bridge, algo que resulta en principio complicado debido a la ubicación del estadio. Y la segunda, buscar una nueva ubicación para el nuevo estadio, una opción que también resulta complicada si el club desea construirlo relativamente cerca de su actual localización, en el barrio londinense de Chelsea.