El Chelsea nunca corrió peligro de ser eliminado aunque el 4-0 se antoja un resultado muy abultado tras lo visto este domingo en Stamford Bridge, en la reedición de la final de 2010.

 

Villas-Boas presentó un once muy fuerte, con el único cambio de Malouda respecto al equipo que se enfrentó a los Wolves el lunes.

 

La primera parte fue muy igualada y el Chelsea solo creó peligro mediante un remate de cabeza de Fernando Torres. Sin embargo, el decorado cambió tras la reanudación.

 

A los tres minutos, Juan Mata remató a gol un centro de Florent Malouda que permitió a los «blues» adelantarse en el marcador. El gol provocó que el Portsmouth adelantara líneas en busca del empate. El gol visitante estuvo a punto de llegar a los 53 minutos, pero la intervención a la desesperada de Petr Cech y John Terry lo impidió.

 

El Chelsea impuso su mayor calidad en los instantes finales del encuentro. Ramires marcó un doblete en cuestión de dos minutos, los que transcurrieron entre el 85 y el 87, y Frank Lampard añadió el cuarto en el tiempo añadido.

 

En los otros partidos de la FA Cup de este domingo, el Sheffield Wednesday de la League One eliminó al West Ham, situado una división por encima. Un solitario gol de O’Grady en el último minuto fue suficiente para eliminar a los «hammers».

 

En el último encuentro dominical, el Sunderland se deshizo del Peterborough gracias a los goles de Sebastian Larsson, que marcó de falta, y de James McClean. El joven norirlandés ha sido uno de los descubrimiento de O’Neill desde que llegó al club y respondió la confianza con el definitivo 0-2 tras rematar de cabeza un córner del propio Larsson.