Alvaro Oleart

El Chelsea remonta a un WBA que mereció más

El pésimo encuentro ante el Stoke City y las quejas de Villas-Boas por el estilo de juego de los «potters» pusieron en duda la labor del joven entrenador portugués de 33 años. Sin embargo, debutar como local en una olla a presión como Stamford Bridge y hacerlo ante el West Bromvich debería de facilitar las cosas. Nada más lejos de la realidad.

 
El pésimo encuentro ante el Stoke City y las quejas de Villas-Boas por el estilo de juego de los «potters» pusieron en duda la labor del joven entrenador portugués de 33 años. Sin embargo, debutar como local en una olla a presión como Stamford Bridge y hacerlo ante el West Bromvich debería haber facilitado las cosas para los «blues», pero nada más lejos de la realidad.
 
Pese a no funcionar en el primer partido, Villas-Boas, como buen discípulo  de Mourinho, volvió a apostar por un centro del campo más físico que técnico, formado por Obi Mikel, Ramires y Lampard. Tampoco cambió en exceso la delantera, donde sorprendentemente Kalou y Torres repitieron titularidad, siendo Anelka el único cambio, que salió de inicio en detrimento de Malouda. 
 
Por su parte, Roy Hogdson debió de quedar satisfecho con el juego de su equipo en la derrota ante el Manchester United (1-2) en la primera jornada, pues salió con los mismo once jugadores al terreno de juego.
 
Así, el balón comenzó a rodar, y concretamente en la dirección opuesta a la deseada por el equipo de Villas-Boas, que, tras cuatro flojísimos minutos de inicio, ya se encontró por debajo en el marcador. El central brasileño Alex, incomprensiblemente titular dejando en el banco al siempre efectivo Ivanovic, ejecutó una monumental pifia tras recibir un pase de Ramires que aprovechó a la perfección Shane Long, que, como Juan Palomo, hizo honor a la mítica frase «yo me lo guiso, yo me lo como». Él solito puso por delante a los «baggies», que fueron superiores a un Chelsea con mucho músculo y poco cerebro.
 
Sin embargo, Villas-Boas supo reaccionar al desastroso juego de su equipo, o quizá simplemente tuvo una revelación divina. Salomon Kalou, un hombre de 26 años que llegó como una promesa y cinco temporadas después sigue sin explotar, fue sustituido por Florent Malouda. El extremo francés aporta un plus de creatividad que Kalou solo puede soñar, y tan solo necesitó tres minutos para demostrarlo, cuando regateó a su par de forma espectacular, aunque un mal pase a Anelka frustró el devenir de la jugada. Los «blues» todavía tuvieron dos ocasiones más antes del descanso, aunque ambas fueron frustradas por Ben Foster, que estuvo a punto de cometer penalti en una de ellas, cuando pareció derribar a Anelka, aunque el árbitro, Lee Mason, señaló saque de portería.
 
Las perspectivas al descanso del Chelsea no podían ser peores. Iban 0-1 perdiende, la defensa, con Alex a la cabeza, estuvo horrible, y su juego ofensivo fue predecible e individual, pues no fueron capaces de encadenar cuatro pases consecutivos con acierto en campo rival. Y, quizá lo peor de todo, no hubo cambios al descanso.
 
Pese a no haber cambios, no fue una sorpresa la estampida inicial del Chelsea al inicio de la segunda parte a base de intensidad, aunque el desgaste físico sin más no suele servir de mucho. Desgraciadamente para los «blues», siguen sin contar con un medio centro organizador, algo que siempre es útil. Por mucha intensidad que pusieran, no hubo nadie que tratara de jugar con sentido. No hay duda de que les sobra resistencia y músculo a la pareja Ramires-Mikel, pero no dan la talla para jugar en este equipo. McEachran, con unas palomitas en el banquillo y sabedor de que no iba a salir al campo, está todavía algo verde para ser titular de un aspirante a la Premier, pero a buen seguro que aportaría más que los citados Ramires y Mikel.
 
Dicho esto, el Chelsea ganó  la Premier League con Carlo Ancelotti dos temporadas atrás jugando de esta manera, y volvió a demostrar porqué ganaron esa Premier. Ocho minutos después del inicio de la segunda parte, Anelka recogió un balón huérfano cerca del área rival, condujo desde la derecha, y puso las tablas en el marcador batiendo a Foster por bajo. 
 
Con 1-1 en el marcador y la entrada de Drogba e Ivanovic por Fernando «sobrevalorado» Torres y un desastroso Alex, nada pareció cambiar. El Chelsea siguió buscando el gol a base de balones largos y jugadas a balón parado, mientras unos ambiciosos «baggies» no se rendían en su afán de lograr los tres puntos en Stamford Bridge, como demuestra el atrevido cambio de Odemwingie por Tchoyi a falta de 15 minutos.
 
Se presentaban 15 minutos apasionantes, en los que ambos equipos buscarían la victoria. Y, por suerte para el Chelsea, la historia del WBA se repitió. La semana pasada recibió el gol que supuso su derrota a falta de nueve minutos, y, ante el Chelsea, lo recibió a falta de siete, cuando una internada del velocista Bosingwa puso un balón perfecto al área, que Malouda tan solo tuvo que empujar a la red. Todavía tuvo una última ocasión el WBA, cuando Odemwingie puso en problemas a Hilario, que atajó con algunas dificultades.
 
Esta victoria, aunque podría tener un efecto balsámico, aumenta las dudas en el seno de los «blues», un equipo más reconocible por sus defectos que por sus virtudes. No ha cambiado nada respecto a la temporada pasada, únicamente la titularidad de Alex y Bosingwa en detrimento de David Luiz y Ivanovic, infinitamente mejores los dos últimos que los dos primeros. Siguen siendo un equipo igual de rocoso tanto defensiva como ofensivamente, anotando los goles más por empuje e individualidades que por juego colectivo y creativo. Villas-Boas debe de estar rezando muchos Aves María para que lleguen definitivamente Modric y Mata, dos hombres que aportarán inteligencia y sentido al juego de los «blues», algo de lo que carecen actualmente.
 
Por otra parte, los «baggies» de Roy Hogdson tampoco han cambiado. Siguen siendo ese equipo goleador (han marcado dos goles en dos partidos a dos de los favoritos al título) incapaz de mantener su portería a cero. Es cierto que han perdido los dos primeros partidos y ambos a falta de menos de diez minutos, pero hay que tener en cuenta que los de Hogdson se han enfrentado a dos de los tres máximos favoritos al título. Desde luego, la renovación de Odemwingie y el acertadísimo fichaje de Shane Long (dos goles en dos partidos) dan esperanzas para un WBA que no debería sufrir para alcanzar la permanencia.
 
Chelsea: Hilario; Bosingwa, Alex (Ivanovic, 66), Terry, Cole; Ramires, Mikel, Lampard; Kalou (Malouda, 35), Torres (Drogba, 60), Anelka
 
West Bromvich: Foster; Reid, Tamas, Olsson, Shorey; Brunt, Scharner, Mulumbu (Dorrans, 87), Morrison; Tchoyi (75), Long
 
Goles: 0-1: Long (4), 1-1: Anelka (53), 2-1: Malouda (83)
 

Sobre el autor

Alvaro Oleart