Tal vez el Chelsea no sea el equipo más entretenido de ver de Europa. Tal vez ni siquiera de Inglaterra. Pero Stamford Bridge ha recuperado la alegría de vivir y la costumbre de ganar. Tras una temporada aciaga, el club se ha clasificado para las semifinales de la Champions League por sexta vez en nueve años. Un motivo más que suficiente para celebrar. Aunque el Barcelona se perfile en el horizonte como un rival prácticamente insuperable.

 

El Chelsea deberá mejorar considerablemente respecto al equipo que ha eliminado al Benfica si quiere tener una mínima oportunidad de acceder a la final de Múnich.

 

A pesar de jugar casi todo el partido con diez jugadores, el Benfica empató en el minuto 85 por medio del español Javi García, generando momentos de pánico. Un gol más de los portugueses habría dejado fuera a los «blues», pero el sustituto Raul Meireles selló la clasificación con un gol a la contra en el minuto 92.

 

El Benfica comenzó mejor el partido a pesar de sus numerosas bajas. Los portugueses llegaron a Stamford Bridge con cuatro centrales lesionados, incluidos los dos brasileños, Luisão y Jardel, que disputaron la ida. Javi García, un centrocampista, y Emerson, un lateral izquierdo, les sustituyeron. Alex Witsel, otro medio, pasó al lateral derecho tras la expulsión de Maxi Pereira. Así que no fue una sorpresa que el equipo se mostrara frágil.

 

El penalti de Lampard se originó por un error de colocación de García después de que Ashley Cole se internara en el área. Lampard lanzó bien el penalti pero Artur estuvo cerca de detenerlo.

 

A pesar del gol, el Benfica se mantuvo fiel a su idea inicial de atacar sin echar la vista atrás. Pero el árbitro eslovaco Damir Skomina y su propia indisciplina acabaron con sus esperanzas. La última visita de Skomina a Londres fue para el Arsenal-Milán que concluyó con tres partidos de sanción para Wenger por increparle y criticarle en la rueda de prensa post-partido.

 

Esta vez el que se molestó con el árbitro fue el técnico del Benfica, Jorge Jesus. En la primera parte, Skomina mostró seis amarillas, y dos de ellas acabaron en una roja. Cuatro de ellas fueron por protestar, entre ellas una para Maxi, que luego vería la segunda por una entrada sobre Mikel John Obi a los 40 minutos.

 

Dos goles abajo y con diez, el Benfica podría haber lanzado la toalla. En su lugar, perseveraron y siguieron creando ocasiones en la segunda parte, principalmente a través de Oscar Cardozo.

 

Aunque el Chelsea también tuvo sus ocasiones gracias a la existencia de espacios. A los cinco minutos de la reanudación, Salomon Kalou envió un balón al palo y Ramires no acertó a aprovechar el rechazo. Fernando Torres también tuvo varias ocasiones pero sigue sufriendo para marcar, a pesar de una ligera mejoría.

 

A la hora de juego, Terry tuvo que salir por un problema recurrente de espalda y esa sustitución marcó el punto de inflexión para el Benfica, que comenzaba a perder confianza. Esa recuperación culminó en el gol de García, que marcó de cabeza en un córner pésimamente defendido por el Chelsea. Pero tras unos minutos de tensión, Meireles selló la clasificación con un magnífico gol. Tras correr medio campo, envió su disparo desde el borde del área a la escuadra. Un gol que vale una semifinal.