El City ha dejado atrás el batacazo de Champions del pasado martes ante el Bayern de Munich y el show de Tévez negándose a jugar. Hoy, el equipo ha vuelto a demostrar que la liga doméstica es otro cantar y, excepto algún traspiés como el que sufrió ante el Fulham hace dos semanas, solo Manchester United y quizás Chelsea le pueden hacer sombra.

 

El Blackburn, por su parte, no levanta cabeza y ya es segundo por la cola. El equipo de Steve Kean no tiene mimbres para mantenerse en esta Premier y el principal señalado como siempre será el técnico. Hoy, la hinchada de los Rovers mostró su descontentó con la situación pidiendo la cabeza del técnico escocés.

 

La verdad es que el resultado es engañoso y la goleada ha sido más abultada de lo que realmente se ha visto sobre el terreno de juego. El Blackburn arrancó la segunda parte con el empate a cero inicial, pero el City tiene mucho talento arriba y pese a que Sergio Agüero tuvo que abandonar el encuentro por lesión antes de la media hora por molestias en los aductores, Balotelli, Touré y compañía no tuvieron problemas en conseguir cuatro tantos en solo 45 minutos.

 

La primera parte fue más bien discreta y pese a alguna ocasión aislada, como una doble oportunidad de Silva y Balotelli que no fue gol por poco u otro chut desde la frontal del propio Balotelli buscando la escuadra, la tónica general fue discreta y llegamos al descanso con el partido abierto.

 

El Blackburn que vimos en la primera parte fue un equipo con consistencia capaz de plantarle cara a cualquiera, pero el equipo de Steve Kean padece un transtorno de bipolaridad. Mientras que los hombres que enfilaron los vestuarios en el receso parecían querer ofrecer una victoria a Ewood Park, los que aparecieron en la segunda parte salieron asustados ante el City y se pasaron muchos minutos encerrados en su propia área, pensando que así podrían llegar al pitido final con un 0-0. Pero al City solo le hicieron falta diez minutos para adelanterse mediante un gran gol.

Adam Johnson recibió el balón en la frontal al recoger el rechazo de un saque de esquina y, con tiempo para prepararse, puso un zurdazo que se coló en la misma escuadra de Paul Robinson.

 

Solo tres minutos más tarde y cuando el Blackburn tuvo que empezar a abrirse para conseguir la igualada, llegó el segundo de los «citizens». Nasri puso un buen centro desde la banda izquierda al primer palo y Balotelli se adelantó a su marcador para meter el pie y desviar el balón hacia la red.

 

En el 73, y con los Rovers totalmente volcados, Silva y Nasri condujeron una contra que acabó en un tuya mía dentro del área que remató Nasri a la red después que el balón fuera desviado por un zaguero local despistando al meta Robinson.

 

La puntilla la puso Savic en el minuto 87, solo diez después de haber ingresado en el campo sustituyendo a Johnson, tras un córner botado por Nasri a la frontal del área pequeña que el montenegrino remató completamente solo a la escuadra.

 

La estampa de Ewood Park al final del partido era un drama. Muchísimos aficionados habían abandonado ya el campo y los que quedaban solo increpaban a jugadores, técnicos y directivos. Ahora la duda es saber si Steve Kean se sentará en el banquillo de Loftus Road la próxima jornada en el encuentro que enfrentará a los Rovers y al QPR.

 

Mancini, por su parte, consiguió apagar el fuego de esta semana con una victoria balsámica que devuelve las aguas a su cauce y que demuestra que pese a las críticas que ha suscitado desde su llegada a Manchester, el técnico italiano sigue cosechando buenos resultados.