La semana previa al arranque oficial de la temporada en Inglaterra con la disputa de la Community Shield, el técnico del Manchester City, Roberto Mancini, aprovechó todas las ocasiones que tuvo para quejarse acerca de la falta de fichajes de su equipo. 

 

Los Citizens se presentaron en Villa Park, escenario improvisado por la disputa de los Juegos Olímpicos en Londres, sin ninguna cara nueva. Todo lo contrario que sus rivales. El Chelsea ha continuado este verano la remodelación que arrancó la temporada pasada con los fichajes de Oscar, Hazard y Marin. Sin embargo, solo Hazard fue titular en el clásico 4-2-3-1 de Roberto Di Matteo.

 

Sin embargo, el partido demostró por qué ambos clubes acabaron la pasada edición de la Premier League separados por 25 puntos de distancia. Lo cierto es que el Manchester City sigue siendo el principal favorito para ganar la liga. Y, por cierto, minutos antes del encuentro se supo que el club había realizado su primer fichaje de la temporada, el medio Jack Rodwell, que llega procedente del Everton por 15 millones de libras.

 

El Chelsea fue casi siempre inferior, aunque se adelantó en el marcador por mediación de Fernando Torres tras aprovechar un rebote para batir a Costel Pantilimon, titular por el lesionado Joe Hart.

 

Solo dos minutos después del gol y tres antes de la pausa, llegó la jugada que marcaría el encuentro. Branislav Ivanovic realizó una dura entrada sobre Aleksandar Kolarov que le costó la tarjeta roja directa con total merecimiento. Ramires se retrasó y pasó a ocupar el lateral derecho.

 

La primera media hora de la segunda mitad fue una avalancha de juego y ocasiones del City. En solo doce minutos remontaron el tanto inicial de Torres y colocaron el marcador en 1-3. Yaya Toure marcó el tanto del empate a los 53 minutos y, a partir de ahí, el Chelsea se deshizo como un azucarillo. Carlos Tévez puso al City por delante con un espectacular disparo a la escuadra de la portería de Petr Cech y Samir Nasri puso el tercero al aprovechar un centro desde la izquierda de Kolarov. Mancini optó por jugar con tres defensas y dos carrileros y, a tenor del resultado, la prueba resultó más que satisfactoria.

 

El equipo de Mancini pudo haber sentenciado con 1-3 pero no lo hizo y acabó sufriendo, después de que Costel Pantilimon no fuera capaz de retener un disparo de Daniel Sturridge que aprovechó Ryan Bertrand para poner el 2-3. Sin embargo, los Blues ya no tuvieron tiempo de obrar el milagro. El City se antoja como un producto acabado, mientras el Chelsea necesita todavía bastante trabajo. Y quizás algún fichaje más.