Champions League
Manchester City |
1 |
Nápoles |
1 |
Ficha técnica |
1 – Manchester City: Joe Hart, Vincent Kompany, Aleksandar Kolarov (Gaël Clichy, 75), Joleon Lescott, Pablo Zabaleta, Yaya Touré, Samir Nasri (Adam Johnson, 76), David Silva, Gareth Barry, Edin Dzeko (Carlos Tévez, 81), Sergio Agüero. |
1 – Nápoles: Morgan De Sanctis, Salvatore Aronica, Hugo Campagnaro, Paolo Cannavaro, Christian Maggio, Walter Gargano, Juan Zuñiga, Marek Hamsik (Mario Santana, 89), Gökhan Inler, Edinson Cavani (Goran Pandev, 84), Ezequiel Lavezzi (Blerim Dzemaili, 58). |
Goles: 0-1, m.69: Cavani. 1-1, m.74: Kolarov. |
El Etihad Stadium lució sus mejores galas con ocasión del debut del Manchester City en la máxima competición europea. Los de Mancini sabían de la importancia de empezar con buen pie para que su público se ilusionase y poder demostrar al continente la superioridad y excelencia que vienen demostrando en la Premier League cada fin de semana. Pero se encontraron delante a un más que correcto Nápoles que demostró no estar dispuesto a quedar apeado de la Champions a las primeras de cambio, sino que aspira a utilizar la competición como un trampolín para confirmarse como el equipo grande que fueron en sus tiempos dorados con Maradona, Giordano y Careca.
El City salió con Dzeko en la delantera, después del pertinente descanso del que gozó este fin de semana para reponer fuerzas y junto a él, el trío de jugadores que más fútbol atesoran actualmente en este equipo con Tévez fuera de forma: Nasri, Silva y Agüero. Pero hay que recordar que aunque el Nápoles haya estado fuera de la órbita europea los últimos años, es un equipo que reúne a Cavani, Lavezzi y Hamsik en la zona ofensiva y que cuenta con una defensa más que fiable encabezada por dos jugadores experimentados como Campagnaro y Paolo Cannavaro, el hermano pequeño de Fabio.
Los locales llevaron el peso del partido en el primer acto, sabedores que su afición quería celebrar un gol europeo de su equipo, pero sus ganas no se veían traducidas en ocasiones claras. Fue Dzeko el que puso el primer susto en el cuerpo de los italianos, pero su cabezazo a centro de Nasri desde el córner no vio puerta. El City mostró su mejor cara en esta primera parte, en la que se sucedieron las ocasiones, la más clara un remate al larguero de Yaya Touré tras un excelente pase de la muerte de Sergio Agüero.
Pero quizás Roberto Mancini y los suyos deben aprender que la Champions es una competición distinta en la que no se puede perdonar. Es una competición donde los pequeños no son tan pequeños y donde a los grandes les cuesta mostrar su supremacía. Los «citizens» notaron la losa del debut y al final lo acabaron pagando con el empate.
Un equipo como el City, que quiere aspirar a ser alguien en Europa, no puede permitirse errores en la creación como el que cometió Barry. El centrocampista inglés intentó devolver un balón con la espuela en la zona medular, pero conectó mal y sirvió en bandeja el contraataque a los visitantes. En menos de lo que tarda Mario Balotelli (que otra vez se quedó sin jugar) en meterse en un problema, Maggio y Gargano condujeron el contragolpe para que Cavani se plantara solo delante de Hart le batiera colándole el balón bajo las piernas. Un aviso para recordar a jugadores y aficionados que las cosas fuera de la Premier League pueden ser más dificiles. Era el 0-1 a falta de veinte minutos.
Por suerte para el City, la fortuna le deparó un tiro libre al borde del área en el minuto 74. Un tiro libre que Kolarov no desaprovecho. El serbio puso el balón pegadito al palo y Di Sanctis, el meta del Nápoles, se quedó petrificado mientras contemplaba cómo entraba el esférico.
Con el 1-1 las reacciones fueron las esperadas. Los visitantes sabían que un empate en casa del City en un grupo que comparten con Bayern Munich y Villareal era un excelente botín, ya que las dos primeras posiciones se venderán muy caras al final de la fase de grupos. Por su lado, el City buscó el arco rival y por momentos pareció que lo encontrarían. Pero las ocasiones de Agüero, Silva y Kompany se fueron sucediendo sin que ninguna encontrase el gol que deshiciese las tablas en el marcador. Tras el gol del empate, Mancini dio entrada a Clichy, Adam Johnson y Tévez, pero los cambios no surtieron efecto, a excepción del de Johnson, que desbordó un par de ocasiones por su banda pero no le alcanzó con un cuarto de hora para dejar su sello en el encuentro.
El City seguramente no empieza como hubiese querido en su estadio, pero aprende una valiosa lección. En la Champions League las victorias van caras y aunque en la Premier League parece que se paseen, van a tener que meter la quinta marcha para estar entre los dos primeros del que se ha denominado como «grupo de la muerte».