Premier League
Manchester City | 3 |
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Southampton | 2 |
Ficha técnica |
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3 – Manchester City: Hart; Clichy, Kompany, Lescott, Zabaleta; Rodwell, Touré, Silva (Balotelli, 71), Nasri; Tévez (Kolarov, 86), Agüero (Dzeko, 13). |
2 – Southampton: Davis; Clyne, Fonte, Hooiveld, Fox; Ward-Prowse, Schneiderlin, Lallana, Puncheon (Sharp, 85), Jay Rodríguez (Lambert, 54); Guly. |
Goles: 1-0, m.39: Tévez. 1-1, m.58: Lambert. 1-2, m.68: Davis. 2-2, m.71: Nasri. 3-2, m.79: Nasri. |
Partidos como el que nos ocupa dan fe de que el mayor rival del Manchester City en Inglaterra es el propio Manchester City. En un calco del último partido de la pasada campaña, los Citizens hubieron de remontar y contener la respiración frente a un rival más que digno pero manifiestamente inferior.
Comenzó el encuentro lánguido, secuestrado de ritmo especialmente tras la infortunada lesión de Sergio Agüero en un lance con Clyne. La placidez inicial de los locales contrastaban con el buen hacer de los Saints, pulcros en sus salidas, bien timoneados por el francés Schneiderlin y el novel Ward y estirados por la siniestra por Jay Rodríguez, llegando a inquietar las cercanías del área de Hart. Sin embargo, con Lambert en el banco, los sureños adolecían de pólvora. Los de Mancini circulaban con lentitud, ahogados como ya es costumbre sus bandas, merced a la tendencia natural de Silva y Nasri a irse hacia el centro y las escasas incorporaciones de Clichy y Zabaleta. Solamente la movilidad y la persistencia de Tévez desahogaban los avances locales y en uno de ellos, el Apache fue claramente derribado por Hooiveld. El lanzamiento de la pena máxima por parte de Silva constará en los manuales de cómo no lanzar un penalti: flojo, raso, algo centrado, anunciado. Presa fácil para Kelvin Davis.
Le costaba llegar a zonas calientes al Manchester City hasta que Touré comenzó a desligarse de Rodwell, muy plano, y cercar el área. La presencia del africano embotelló atrás al Southampton y un pase a la espalda de Hooiveld de Nasri a Tévez, en posición dudosa, significó el primer gol de la tarde. El peso del fenomenal centrocampista costamarfileño en el equipo es incalculable. No cesaría ahí la marea local y pudo haber llegado el segundo en las botas de Dzeko y el propio Tévez. La campana del descanso significó todo un respiro para los de Nigel Adkins.
El segundo tiempo comenzó de manera pareja a como terminó el primero, con Clichy e inexplicablemente Dzeko mandando al limbo la oportunidad de sentenciar el encuentro. Sin embargo, el conjunto de Mancini gusta de complicarse la vida y enredar los guiones más fáciles. Se destensaron Touré y Rodwell y compareció Lambert en los visitantes. Dicho y hecho, balón enredado en la frontal del área local y el ariete del Southampton que no perdonó. ¿Déjà vu? El Manchester City es muy capaz de repetir o superar sus peores papeles. Pérdida absurda de Rodwell en la medular, contraataque y gol de Steven Davis. Incredulidad en las gradas del Etihad, que recordaba la agónica victoria ante el Queens Park Rangers de la pasada temporada.
Introdujo Mancini a Balotelli por Silva y el partido se convirtió en un correcalles de donde solo podía salir triunfador el Manchester City. No tardaría demasiado en igualar la contienda Edin Dzeko, tras un rechazo en un córner, mitigando en parte lo que fue una negativa actuación merced a su completa pasividad. Poco le duraría la alegría a los recién ascendidos, ya que apenas ocho minutos después, Samir Nasri sellaba el tercero de nuevo tras otro rechazo, esta vez a centro de Gaël Clichy.
Bien pudiera parecer que con el tanto del francés, el partido quedaba visto para sentencia. Ni mucho menos. Y es que a los de Manchester les gustan las emociones fuertes y el Southampton pudo incluso empatar en un par de acercamientos peligrosos hacia el marco de Joe Hart. La tuvo el central portugués Fonte, protagonista de un más que sobrio partido, dentro del área, pero no supo embocar. Acabarían pidiendo la hora los Citizens, temiéndose lo peor.
Victoria pues, muy sufrida de un Manchester City al que todavía le sobran kilos veraniegos y en ocasiones aún acusa ser un equipo mentalmente frágil. Precisa aún adaptar piezas como el recién llegado, Rodwell, y necesita mucho más de jugadores como Dzeko, más aún tras la lesión del Kun, que pinta fea y pesará como una losa. A Nigel Adkins le queda al menos el buen sabor de haber puesto en apuros a todo un campeón de la Premier y rozar el empate, mostrando una imagen más que gratificante en la vuelta a la máxima división inglesa de todo un histórico como el Southampton.