Puede marcharse contento Manuel Pellegrini de Boleyn Ground, ya que se lleva un punto en el zurrón en un partido sufridísimo para los Sky Blues, que ven cómo el Leicester vuelve a distanciarse dos puntos más. Por parte de los capitalinos, dice mucho de su progresión que un empate ante todo un Manchester City les sepa a poco.

 

Digno de un frenopático fue el inicio del partido. Tras cincuenta y dos segundos de juego, Enner Valencia cazó un balón en el área tras una buena recuperación e internada de Cheikhou Kouyaté para poner el 1-0 en el marcador.

 

Pero el City respondió rápido de la mano de Sergio Agüero. Primero con una vaselina que se estrelló en el palo tras ganar la carrera a James Collins y un par de minutos después, cuando Carl Jenkinson cometió penalti sobre el menudo argentino, que convirtió el propio Kun al engañar a Adrián San Miguel.

 

El empate volvió el partido más loco aún, tan loco que se sumió en un mar de idas y venidas, pero sin precisión ninguna, hasta que los Citizens se hicieron con el control del esférico, aunque las ocasiones claras no terminaron de llegar para los de Pellegrini.

 

Pero todo cambió en los últimos diez minutos del primer periodo, cuando el West Ham, espoleado por un maravilloso Dimitri Payet, dio un paso adelante y embotelló a los de Manchester. Las dos oportunidades más claras para volver recuperar la ventaja en el marcador estuvieron firmadas por Payet, primero con un lanzamiento de falta que desbarató Joe Hart con un paradón estratosférico cuando la pelota se colaba por la escuadra y, dos minutos después, cuando el mediapunta francés lanzó una chilena defectuosa tras una jugada ensayada de saque de banda.

 

En la segunda mitad pronto pudo adelantarse de nuevo el West Ham, pero el remate de Michail Antonio tras el buen servicio de Mark Noble se marchó desviado por un pelo. Pronto iba a replicar el City, con un disparo al palo de Fabian Delph, pero la iniciativa seguía en las botas locales, que volvieron a mandar en el marcador cuando Valencia aprovechó un tremendo error de Nicolás Otamendi.

 

El West Ham tomó aire con el nuevo gol del ecuatoriano y rebajó un punto el ritmo del partido, lo que pilló a contrapié a los norteños, que durante muchos minutos solo disfrutaron de una ocasión, cuando Jesús Navas disparó sin ángulo para que Adrián atajara sin problemas. Poco después avisó Alex Song desde la larga distancia con una volea que lamió el poste derecho del arco de Hart.

 

Pero tener al Kun es tener un tesoro. O más. Porque si en el setenta y uno avisaba con un testarazo que no entró de milagro, diez minutos después el de Quilmes mandaba al fondo de la red un balón a bocajarro tras una indecisión de los centrales Hammers. El gol acrecentó el ardor de los visitantes, pero de forma infructuosa, ya que la última gran intentona fue el disparo al larguero de Kouyaté sobre la bocina. Con esas acabó un bonito partido de fútbol que deja al West Ham en plena lucha europea y al City con la posibilidad de caer a la tercera posición.