Ilie Oleart

El descenso más celebrado

En 2010, el Portsmouth disputaba la Premier League y alcanzaba su segunda final de FA Cup en tres años. La temporada que viene, el club jugará en League Two, la cuarta división el fútbol inglés. Y sin embargo, sus aficionados están radiantes. Por fin comienzan a ver la luz al final del túnel.

 
17 de mayo de 2008. El Portsmouth celebra su 110º aniversario conquistando la segunda FA Cup de su historia. 27 de noviembre de 2008. El Portsmouth empata a dos con el A.C. Milan en el momento álgido de su única participación en competiciones europeas de su larga existencia. 15 de mayo de 2010. El Portsmouth alcanza otra final de FA Cup pero esta vez se inclina ante el Chelsea por culpa de un solitario gol de Didier Drogba.
 
16 de abril de 2013. El Portsmouth sella su segundo descenso consecutivo y la temporada 2013-14 competirá en League Two, la cuarta división del fútbol inglés por primera vez desde hace más de treinta años.
 
Y sin embargo, esta es una historia con un final feliz y un héroe triunfante. O muchos de ellos, en este caso. Pero vayamos por partes.
 
El declive del club solo puede explicarse a través de la larga serie de crisis financieras sufridas por el club a causa de la interminable sucesión de dueños sin escrúpulos cuyo único propósito era obtener un rendimiento económico del club.
 
El Portsmouth vivió su mayor momento de esplendor en la época contemporánea de la mano del dúo formado por Milan Manderic en los despachos y Harry Redknapp en los banquillos. Pero desde que el serbio vendió el club a comienzos de 2006, el declive del club, primero financiero e inexorablemente deportivo después, fue imparable.
 
El empresario francés de origen ruso pero con pasaporte israelí Alexandre Gaydamak compró la entidad a Mandaric y tres años más tarde la vendió a otro empresario, en este caso procedente de los Emiratos Árabes Unidos, Sulaiman Al Fahim.
 
En cuestión de meses, Al Fahim había vendió el 90% de la entidad a Ali al-Faraj, de origen saudí. Sin embargo, la Premier League prohibió al club que realizara traspasos a causa de los problemas financieros del club. En la Navidad de 2009, la Hacienda británica denunció al club por no pagar a sus jugadores.
 

En 2010, el club disputaba su segunda final de FA Cup en tres años

La próxima temporada, jugará en League Two por 1ª vez en más de 30 años

Para entonces, el dueño ya era Balram Chainrai, un empresario hongkonés de origen nepalí que propició que el club fuera intervenido judicialmente para evitar su desaparición tras estimar que la deuda alcanzaba los 135 millones de libras. Como consecuencia de la intervención judicial, la Premier League dedujo nueve puntos al club. A día de hoy, sigue siendo la única ocasión en la historia del torneo en que se han restado puntos a un club.
 
La deducción de puntos precipitó el descenso del club a segunda división. Pero lo peor estaba todavía por llegar. En verano de 2011, el ruso Vladimir Antonov adquirió el club. En noviembre de ese mismo año, las autoridades lituanas emitieron una orden de detención europea contra Antonov por su implicación en la liquidación de un banco lituano que también controlaba. Finalmente, fue detenido en sus oficinas de Londres ese mismo mes.
 
Antonov renunció como presidente del Portsmouth y el club tuvo que afrontar otra demanda de la Hacienda británica, que le reclamaba 1,6 millones de libras en impuestos no abonados.
 
El 17 de febrero de 2012, el Portsmouth fue intervenido judicialmente por segunda vez en dos años, lo que supuso otra deducción de diez puntos que acabaría costándole el descenso a League One. Los informes de los administradores revelaron que el club debía un total de 58 millones de libras.
 
Tras el descenso a League One, todos los jugadores profesionales abandonaron el club, que arrancó la temporada con diez puntos menos y la amenaza de la Football League de que estaría sometido a “estrictos controles financieros”.
 
El pasado mes de noviembre, el exdueño Balram Chainrai volvió a la carga e intentó hacerse con el control de la entidad por segunda vez. Pero esta vez, los aficionados del club no estaban dispuestos a permitírselo.
 
A través del Pompey Supporters Trust, los aficionados llegaron a un acuerdo con los administradores para adquirir el club. Solo quedaba un obstáculo por sortear.
 

Tras tres descensos y esquivar la liquidación, los fans son optimistas

Swansea, Wimbledon o Wrexham marcan el camino para el Pompey

El estadio del club, Fratton Park, hogar del club desde su construcción en 1898, seguía en manos de Chainrai como garantía de la deuda que el club mantenía con el empresario, valorada en más de diez millones de libras. Tras duras negociaciones, el exdueño de la entidad aceptó vender el estadio al club por valor de cuatro millones, renunciando por tanto a cobrar la integridad de la deuda.
 
Después de que la justicia confirmara la compra del club por parte de los aficionados, que han invertido su dinero personal para salvar el club, la alegría se desató en Fratton Park. El club ha descendido a cuarta división, pero la compra del club por parte de los aficionados representa el primer paso para regresar a la élite.
 
Solo un club en la Premier League tiene participación accionarial de los aficionados. Se trata del Swansea, cuyos hinchas controlan el 20% de la entidad. La del club galés es una historia similar a la del Pompey. Tras tocar la liquidación con la yema de los dedos, los aficionados de los Swans salvaron al club in extremis y diez años después competirán en Europa tras conquistar la Copa de la Liga y asombrar a todo el país con su fútbol y la eficiencia de su gestión.
 
En la Football League, solo hay un club controlado íntegramente por sus aficionados. Se trata del Wimbledon de League Two, contra el que competirá el Portsmouth la próxima temporada. Después de que un empresario comprara el club, decidió arrancarlo de su barrio de origen y trasladarlo a Milton Keynes (una localidad al norte de Londres). Los aficionados, huérfanos, optaron por refundar su club y comenzar de cero en la novena división del fútbol inglés. Una década más tarde, han logrado alcanzar la cuarta.
 
A un paso de la cuarta división está el Wrexham, que jugará en Wembley la final del play-off de ascenso de Conference. También el club galés está íntegramente controlado por sus aficionados, que han logrado resucitar un club que estuvo a horas (literalmente) de desaparecer.
 
Swansea, Wimbledon y Wrexham marcan el camino que debe seguir el Portsmouth. El de la gestión eficiente, responsable e inteligente del club. El modelo de club con amplio respaldo social, de compromiso con la sociedad de la que forma parte. Como dijo el director general del Wrexham hablando sobre los aficionados que habían empeñado sus ahorros para salvar al club: “Esta gente no busca trofeos. Solo quieren poder seguir disfrutando de un club al que animar”.
 

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Ilie Oleart