Pese al buen inicio liguero del Aston Villa en cuanto a resultados (una victoria y dos empates), en ninguno de sus tres encuentros mostró buen juego, tan solo pegada. Sin embargo, en esta ocasión, eso solo le sirvió para evitar la derrota in extremis.

 

No hubo sorpresas en el once de McLeish, en el que el magnífico Albrighton volvió a brillar por su ausencia, siendo N’Zogbia y Agbonlahor los titulares en las bandas, mientras Heskey y Bent ocuparon la delantera. Mientras, en el primer partido del Everton sin Arteta, destacó la ausencia de delanteros, tras la marcha el último día de mercado de Beckford y Yakubu, y la eterna baja de Saha. Moyes consideró que el recién llegado Stracqualursi no estaba todavía preparado para iniciar el partido.

 

El choque no pudo comenzar peor para los de McLeish, que vieron cómo se lesionaba a los 17 minutos Emile Heskey, algo que no resulta especialmente sorprendente teniendo en cuenta que tiene 33 años y arrastra 18 temporadas como profesional a sus espaldas. Y tan solo dos minutos más tarde, para más inri, un envío de Tim Cahill llegó a Leon Osman, que batió con la izquierda a Shay Given y puso el 1-0 en el marcador. Tras el gol, los locales siguieron dominando, aunque sin crear ocasiones claras. No hubo más goles antes del descanso, al que el Everton llegó merecidamente con ventaja.

 

Los «toffees» volvieron a dominar en los primeros compases de la segunda parte, hasta que Stiliyan Petrov empaló un disparo desde 25 metros que colocó las tablas en el marcador. Pese al gol, los visitantes siguieron jugando con poco criterio y regalando el balón, por lo que un Everton sin Arteta fue capaz de volver a ponerse por delante tras un penalti cometido por Delph sobre Jagielka que fue anotado por Leighton Barnes. Tras el segundo gol del Everton, que tuvo lugar a falta de veinte minutos, Moyes dio entrada al díscolo Royston Drenthe, mientras McLeish hizo lo propio con Marc Albrighton, que sustituyó a un desacertado y enfadado Charles N’Zogbia.

 

Como no podía ser de otra manera, la entrada de Albrighton espabiló a los «villanos». De hecho, el joven inglés fue el autor del centro que remató Agbonlahor para poner el 2-2 con el que finalizó el encuentro.

 

Un empate que es más útil para el Villa, que jugaba fuera de casa y mantiene su imbatibilidad, que para un Everton que deja escapar dos puntos como local a pesar de haber estado casi una hora por delante en el marcador.