La violencia nunca es la solución. Bueno, casi nunca. En el primer partido de 2012 en The Hawthorns, la realidad es que estaba completamente justificada, dado el nivel que han mostrado ambos equipos. Esto mismo debió pensar Roy Hodgson pocos segundos antes del pitido final, cuando comenzó a golpearse la cabeza con el banquillo.
Tan cerca como ayer y tan lejos como el año pasado, Swansea y Tottenham demostraron lo divertido que puede ser el fútbol. No únicamente por el alto nivel técnico de ambos equipos, sino por la actitud de sus jugadores, que se esforzaron hasta el último suspiro en pos de la victoria. A pesar de que el encuentro acabó en tablas, ninguno de los jugadores hubiera firmado ese resultado, pues el objetivo estaba claro: ganar.
Todo lo contrario ocurrió en el primer partido de la Premier League de 2012. Desde el primer minuto de juego se vio que la noche de fin de año había pasado factura. Quién sabe si fueron las escasas horas de sueño, pero lo cierto es que la apatía presidía el encuentro. Tampoco favorecía al juego el hecho de que Phil Neville y John Heitinga ocuparan el doble pivote del Everton, dos hombres más acostumbrados al cuerpo a cuerpo que a crear juego.
Para colmo, tampoco estaba Drenthe en el campo, el único que podía animar algo el partido. De hecho, ni en el campo ni en el banquillo. Así, lo único que cabía esperar era a que el tiempo transcurriera lo más rápido posible. Pero nunca es suficiente.
Cuando el suplicio estaba cerca de acabar, apareció Victor Anibeche, el hombre del partido. Salió a falta de 25 minutos para el final en detrimento de Phil Neville y fue el único capaz de animar al público, en su mayoría dormido o en el coche de vuelta a casa. Lo hizo a falta de tres minutos, cuando un centro al área de Hibbert fue mal despejado por dos defensas del West Brom, que regalaron el balón a Anibeche, y el nigeriano logró mandar el balón al fondo de la red en su primer gol de la temporada y el primero desde hace casi dos años en liga.
Poco o nada más que contar del encuentro. Los tres puntos sitúan al Everton en una cómoda novena plaza, dos puntos por encima del West Brom, duodécimo. Por el bien del fútbol y de nuestra salud, esperemos que no haya más partidos como éste.