Álvaro Escalante

El Everton recurre a la heroica (2-3)

El Everton le remontó en dos minutos el partido al West Ham gracias a un superlativo Leighton Baines, y a un gran Romelu Lukaku que marcó en su primera aparición como Toffee.

 

Premier League

West Ham 2
Everton 3
Ficha técnica
2 – West Ham United: Jaaskelainen; Rat, Collins, Reid, O’Brien; Diamé, Noble, Nolan (Taylor, 80), Jarvis (Vaz Te, 72); Maiga (Petric, 63).
3 – Everton: Howard; Coleman, Baines, Jagielka, Distin; Naismith (McCarthy, 45), Mirallas, Osman (Oviedo, 52), Barry, Barkley; Jelavic (Lukaku, 45).
Goles: 1-0, m.31: Morrison. 1-1, m.62: Baines. 2-1, m.76: Noble (p). 2-2, m. 83: Baines. 2-3, m.85: Lukaku.
En una primera parte bastante anodina, los primeros compases fueron manejados por el Everton, que tenía la posesión del cuero bajo control, aunque no inquietaba a Jussi Jaaskelainen, a excepción de un disparo de Kevin Mirallas, ante el que el finés hizo una buena intervención.
 
Y tras el disparo de Mirallas, el West Ham se sacudió el dominio merced a una gran presión adelantada, que ahogaba a los Toffees. Pero el gas local acabó bien pronto, volviendo el timón del partido a los de Roberto Martínez. Aunque uno y otro bando coincidían en algo: no chutaban a puerta.
 
En el minuto 31, una gran contra de los Hammers comandada por Matt Jarvis por la banda izquierda, acabó en los pies de Ravel Morrison en la frontal del área. Ravel, con un toque sutil, envió el balón al palo largo y, con la colaboración de Phil Jagielka, la pelota se introdujo en la portería de Howard. Era el 1-0 gracias al primer gol de Ravel Morrison en la Premier League.
 
El gol desconcertó a los visitantes, que no sabían cómo manejar la pelota. Y en esas circunstancias, no hay equipo que se sienta más cómodo que el West Ham de Sam Allardyce. El pitido del final de la primera mitad fue música celestial para el equipo de Liverpool.
 
Porque en la segunda, los de azul se vinieron arriba y le metieron una marcha más al partido, hasta que en el minuto 62, Leighton Baines ejecutó una falta en la frontal del área de forma espectacular y le dio al Everton un merecido empate.
 
El gol le dio alas a los Toffees, que arrinconaron al West Ham en su área. Pese a todo, Momo Diamé en el minuto 70 pudo poner a los Hammers de nuevo en cabeza, pero su remate tras un saque de esquina se marchó besando el poste. En la siguiente acción, pudo ser el Everton el que se adelantara, ya que la entrada de Mirallas por la izquierda acabó con un centro-chut de este, la pelota tocó en O’Brien y se envenenó, teniendo Jaaskelainen que intervenir haciendo prueba de sus reflejos.
 
En el 75, Mladen Petric iba a tener su momento de gloria en su debut como Hammer, ya que con mucho pundonor evitó un saque de puerta que parecía cantado para ceder a Kevin Nolan dentro del área y provocar que Seamus Coleman cometiera un claro penalti al derribarle. La pena máxima la transformó el propio Noble, un gran especialista en esta faceta.
 
El Everton quedó grogui y el West Ham se vino arriba, lo que a la postre resultaría decisivo, ya que en una contra de los de Martínez, Noble tuvo que derribar a un Bryan Oviedo que enfilaba la portería. El canterano fue sancionado con la segunda amarilla y tuvo que abandonar el terreno de juego. Para más inri, Baines calcó la ejecución del 1-1 para volver a poner el empate. Subidón de moral para el Everton, que a falta de 7 minutos para el pitido final igualaba el choque y tenía superioridad numérica.
 
Y no se hizo esperar la remontada. Un gran caracoleo de Mirallas por la derecha le permitió poner un servicio medido a la testa de Romelu Lukaku, que en su debut le daba los tres puntos al Everton con un remate impecable. Aunque el belga no pudo celebrar el gol, puesto que en el momento del remate, su cabeza impactó con la de Taylor y quedó visiblemente aturdido, aunque acabó sin problemas el partido.
 
El que sí quedó en la lona fue el West Ham, que tras ver cómo le remontaba el Everton entregó la cuchara y no pudo ni tan siquiera articular una ocasión de peligro. Los Hammers ni juegan ni ganan.
 

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Álvaro Escalante