Martin O’Neill ha hecho milagros con el Sunderland esta temporada. Pero visitar Wembley no será uno de ellos después de que el Everton derrotara a los «black cats» gracias a una excelente actuación.

 

Habrá derbi de Merseyside en las semifinales de FA Cup. Una ocasión especial para David Moyes, que tan buen trabajo ha hecho en Goodison Park, que podría celebrar sus diez años en el puesto con una final de FA Cup.

 

Fue un clásico partido de copa. El Everton contó con el apoyo de numerosos aficionados, que esperaban que sus rivales ciudadanos no gozaran de un viaje a Londres mientras ellos se quedaban en casa.

 

El Everton salió mejor, algo sorprendente teniendo en cuenta que su autobús llegó al estadio solo una hora antes del inicio del partido, tras haber quedado atrapado por el tráfico.

 

Nikica Jelavic cabeceó mal un centro de Leon Osman, y luego Tim Cahill disparó a los brazos de Simon Mignolet cuando tenía espacio y tiempo suficiente para marcar.

 

Cahill, que suele marcarle al Sunderland, algo que hizo con el Millwall la última vez que los «black cats» alcanzaron una semifinal, vio cómo Mignolet le privaba del gol a los 19 minutos. Tras adelantarse a Sotirios Kyrgiakos tras un centro de Darron Gibson, Cahill vio cómo el portero mostraba unos reflejos felinos para desviar el balón. 

 

El primer gol llegó pasados los 20 minutos. Un pase de Marouane Fellaini llegó a Magaye Gueye, que envió un centro raso para Jelavic. El delantero, que se ha adaptado de maravilla desde que llegó del Glasgow Rangers en enero, se deshizo de la defensa del Sunderland y marcó el primer tanto.

 

El gol despertó al Sunderland. Solo una entrada en el último instante de Leighton Baines evitó un gol casi seguro de Nicklas Bendtner.

 

En la segunda parte, el Everton mantuvo su hegemonía. Osman envió una volea fuera por poco antes de que se produjera el momento cómico de la noche, que desembocó en el 0-2.

 

Fellaini erró su pase a Jelavic, pero el delantero fue capaz de disparar a puerta. David Vaughan, que llevaba dos minutos en el campo, no tenía presión alguna para despejar, pero se precipitó y acabó enviando el balón al fondo de las mallas de su propia portería. Ni siquiera O’Neill puede hacer nada antes momentos como este.

 

El Everton estuvo a punto de marcar acto seguido por tercera vez. Cahill pasó a Jelavic, que fue incapaz de marcar. Luego Mignolet evitó el gol del internacional croata. Gueye fue el siguiente en intentarlo pero disparó fuera.

 

Lo único destacado de los últimos compases fue un conato de tangana en el centro del campo, pero ni siquiera acabó en golpes a pesar de la presencia de Lee Cattermole, lo cual plasma la total falta de inspiración de los «black cats».